Antecedentes del denunciante: ¿Un mitómano, un estafador, un espía chileno?

Juan José Soto Vargas, el denunciante. Foto: Al Día

Viedma (ADN).- Juan José Soto Vargas afirma ser médico. Hace unos días presentó una denuncia ante el fiscal Ricardo Falca, pero los antecedentes hacen dudar de sus declaraciones y la veracidad de sus títulos. 

Entre incontables referencias periodísticas negativas sobre él, el 26 de febrero pasado, el Diario Digital de Río Colorado publicó un artículo, titulado “La increíble historia del espía chileno”, que consigna lo siguiente:
Lo llaman «El estafador de noticias», «El loco de las mil identidades», «El falso espía» o «El falso muerto de Barajas», entre otros apelativos. Son tantos que en definitiva no hay uno solo que no le siente, pero tampoco se puede decir que solo es un simple mitómano si es que lo fuese.

Éste personaje  hace años paso por Viedma y fue entrevistado por «Diario Al Día» donde señaló que llegó para «hacer conocer a los chilenos residentes en el extremo sur de Argentina el avance jurídico que ha habido (.) sobre presentaciones hechas oportunamente y que tienen que ver con la posibilidad de que ex soldados chilenos en la dictadura puedan iniciar acciones civiles en contra de sus ex jefes».
Pero la historia no termina aquí, ya que en los archivos de noticias que poseemos encontramos a José Soto Vargas en un hecho muy extraño ocurrido en el año 2008 en Río Colorado. Su hermano, José Rigoberto fue arrestado el día 13 de agosto de dicho año solicitando de urgencia el quirófano del hospital local, para una operación de urgencia, sin embargo se supo rápidamente que su matrícula fue dada de baja en el año 1991 porque la titulación que presentó estaba adulterada y fue detenido por la policía para averiguar sus antecedentes penales. Por esos momentos el comisario a cargo era Roberto Sputniki y el subcomisario Oscar Torres.
Luego de ser liberado José Rigoberto denuncia a la Policía de nuestra ciudad por torturas y el robo de 5.000 dólares y es aquí donde nuestro «007» hace su participación. Juan José se entrevistó con la doctora Liliana Piccinini, procuradora general del Poder Judicial para que «investigue las razones de la detención que sufriera su hermano José Rigoberto Soto Vargas en Río Colorado».

Piccinini, inmediatamente con los fiscales en Choele Choel, mandó a interrogar a todos los policías involucrados «por orden superior y de oficio«.

Aparentemente, Juan José Soto Vargas por aquellos años mantenía muy buenos contactos con legisladores y letrados. Pero veamos los antecedentes de este enigmático personaje.

Juan Anguita Soto es primo del protagonista de esta nota y comenta que «es un tipo aprovechador, sinvergüenza, mentiroso, mitómano, las tiene todas» «no ha sido fácil para la familia aceptar a un pastel como Soto Vargas. De chico, cuenta Anguita, su primo se las dio de espía. «Incluso hizo un curso de investigador privado por correspondencia», asegura. Sus historias empezaron cuando vivía en Palena. «Estuvo en un seminario, lo echaron por mentiroso y después se fue a Santiago a estudiar, durante un buen tiempo no supimos nada de él«, señala Anguita.

En Chile lo sindican como protagonista de una historia muy particular: se trata de un ex agente de la DINA que ha postulado y repostulado a los beneficios de exonerados políticos de la dictadura y, ante las sucesivas negativas recibidas por no cumplir con los requisitos, ha presentado recursos de amparo y de protección en contra de la Policía de Investigaciones, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Justicia chilenos. Todos con fallos en su contra.

Según registra el archivo Memoria Viva, administrado por el Proyecto Internacional de Derechos Humanos, «este ex oficial de la DINA se escondió en Alemania desde 1981, pero en mayo de 1989 aparece solicitando asilo político en Suecia. Se estima que durante su estadía en Europa continuaba espiando a los exiliados para entregar información a sus antiguos jefes».

¿Qué quiere, qué busca o a quién busca Soto Vargas en Viedma?

Hace solo un par de semanas Soto Vargas se entrevistó por aproximadamente media hora con el subsecretario de Derechos Humanos de la provincia. «El doctor Bagli me dio una tarjeta con el teléfono de su oficina y su correo electrónico. Con él hablamos sobre diferentes cuestiones que tienen que ver con los derechos humanos«, remarcó el mismo personaje en declaraciones. Claro que Bagli lo recibió sin conocer sus antecedentes.

En la entrevista al diario Al Día, menciona que se entrevistó con secretario del Consejo de la Magistratura, Juan Montoto Guerrero. También mencionó nada más y nada menos que al fallecido gobernador Carlos Soria, a quien dijo haber conocido el año pasado y haber mantenido más de un diálogo con él sobre la política patagónica.(ADN)

 

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