Clarín, Magnetto y el puesto menor • Nuevo Encuentro

“¿Presidente? Puesto menor”. La frase pertenece al CEO de Clarín Héctor Magnetto y fue dirigida al ex presidente Carlos Menem, en medio del proceso privatizante del Estado argentino, por la que transparentó la debilidad de los gobiernos frente a los poderes económicos.

Las palabras de Magnetto llevaban implícito el desprecio a las instituciones y el ninguneo al sillón de Rivadavia. En su lógica, el directivo visualiza a la Casa Rosada como la escribanía del poder real, ya que la concesión del menemismo de Canal 13 y radio Mitre al diario Clarín, era sólo un paso más en la estrategia empresarial que comenzó con el otorgamiento en 1977 de Papel Prensa por parte del dictador Jorge Videla.

Pero tres décadas después de la instauración del golpe cívico-militar, la democracia parió una nueva ley de comunicación audiovisual y desafió la frase de Magnetto.

“¿Presidente? Puesto menor”, volvió a razonar el empresario, confiado en que nada había cambiado en la Argentina. Y se equivocó. Un Estado más fuerte, un pueblo movilizado y un espacio político legitimado dieron una enorme batalla contra una de las embestidas corporativas más virulentas que recuerde la historia argentina. Cuatro años de artilugios legales, operaciones mediáticas, corridas bancarias e intentos de desestabilización institucional destituyentes formaron parte del bombardeo para forzar el freno a la Ley 26.522.

La resistencia contó con palabras del ex presidente Raúl Alfonsín que desde el recuerdo tronaron como aquel día en la Sociedad Rural; con la decisión política de Néstor y Cristina Kirchner de reconstituir el poder político y recuperar la autoridad del Estado y la dignidad de las instituciones; con el empoderamiento popular; y con un organismo sólido y decidido a no ser avasallado.

Desde ese puesto de lucha, Martín Sabbatella ejerció un rol vital, e hizo de la defensa de la Ley de Medios un estandarte político de Nuevo Encuentro.

Hoy, el Grupo Clarín debió adecuarse a la ley. Magnetto y la dueña del emporio mediático, Hernestina Herrera de Noble, dejarán la conducción del diario –eje principal de la construcción del monopolio- y se refugiarán en la administración de una de las seis unidades (la más rentable) lideradas por Cablevisión. Seguramente, esa pérdida de poder los dejará sin blindaje y quizás la Justicia avance en causas que ambos tienen pendiente por la “adquisición” de Papel Prensa y la identidad de los hijos de Herrera de Noble.

¿Presidente? Puesto cada vez mayor.

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