Increíble pero cierto. Chocaron la calesita ● Claudia Beltramino

La pequeña revolución institucional que se produjo entre el jueves y el viernes de la semana pasada, desplazando al pichetismo de la titularidad de la Legislatura para poner en su lugar a un peronista albertista se produjo a tal velocidad y en un marco tan restringido que habría que preguntarle a los ciudadanos de a pié para saber como les resultó esta toma directa de dos de los poderes e indirecta del tercero, el judicial.

Desde un: “¿Sabe usted que partido político o alianza política gobierna en Río Negro?” a un, “¿Si tuviera que encuadrar a los siguientes dirigentes políticos en alguna de las siguientes fuerzas políticas, diría que….?” Y en un cuadro de doble entrada se le ofrece al cliente PJ, FG, UCR, CC ARI, PS, PPR y se enumeran a, pongamosle Alberto Weretilneck, Alejandro Palmieri (es un ministro este), Jorge Ocampos (es un ex radical ahora heredero de Odarda que nos dejó para ser Senadora), Ariel Rivero (era el que estaba en la Legislatura antes) (si, el que corrieron ahora), Martín Doñate (es el representante del Cuervo Larroque) (Larroque es el referente absoluto de La Cámpora) (La Cámpora es la agrupación elite de CFK), María Eugenia Martini (es la de Bariloche, la que usa anteojos. Intendente), Bautista Mendióroz (ese lo tenés porque fue vice durante años), Claudio Lueiro (mmmm del P.P.R) (Partido Provincial Rionegrino) (¿Requeijo?), Luis Di Giácomo (es uno pelado de anteojos que es ministro) (ministro de Gobierno) (antes estaba en Roca) (era titular del Concejo Deliberante), Martín Soria, Abel Baratti (intendente de Cipolletti. Buen, dejá, no importa, es un poco difícil de explicarte), Ana Piccinini, Ricardo Ledo (¿no te acordás que iba de candidato con Gatica, el de Apel, de los legislativos?) (buen, dejá, no importa), Horacio Massaccesi, (si, si, ese que te dijo tu mamá), Matías Rulli (uno de Viedma, bastante joven, era de La Cámpora, pero después se le pasó; a veces andaba caminando con Pichetto por la costanera de Viedma. Jogging amarillo, tipo Kill Bill. Si, cierto, hay mucha gente en la Costanera), Domingo Kohon, Isaías Kremer (jajajajaja, es broma), Pedro Pesatti, (si, claro, puede ser, antes era gordo y cabezón y ahora adelgazó pero le siguen diciendo cabezón, ¿lo tenés? Ta. No importa), Daniel Sartor, (¿Fino Sartor?). Bingo. Acertaron con este.

Total que de seguro nadie entendió mucho de la delicada situación, aunque a nadie se le debe haber escapado que de la apuesta mayoritaria al proyecto de Carlos Soria, no quedan ni las plumas y que este escenario, urgente, irrespetuoso, sin grandes convicciones ni catadura institucional, es el de un Titanes en el Ring en el que el oficialismo pasea su desmesura actitudinal y su molicie ideológica, lo que provoca, como daño colateral, que la oposición sea la nada misma.

El viernes pasado, en histórica jornada, o bien se derrocó a una autoridad constituida lo que se traduce como golpe institucional o bien se reparó un error, retomando la senda de la Constitución rionegrina vía su artículo 180. La historia la escriben los que tienen más plata para pagar a los mejores comunicadores, escribas, picarones así que más que saber que pasó el viernes, debemos entender que la chequera más gorda la tiene Alberto Weretilneck.

La vida de los rionegrinos es eso que ocurre entre golpes institucionales, apelaciones a la Constitución, gastos reservados por 27 millones de mangos que se distribuían entre una docena de tipos en un período de poco más de dos años, la desaparición de algo más de 20 millones de un fondo de la vivienda convertido en negocio inmobiliario del gremio Apel (con asistencia parlamentaria), negocios con los autos oficiales, un festival de personerías jurídicas que habilitaron desembolsos a modo de subsidios, un “!A robar que se termina Río Negro!” que cada tanto nos recuerda la famosa frase de Luis Barrionuevo y su refinada apelación a la moderación en el campo del delito estatal.

Situaciones como esta se prestan para que un ministro cansado, renuncie por razones ideológicas como si efectivamente hubiera una gran distancia entre las ideas mencheviques de Daniel Scioli y las bolcheviques de Sergio Massa.

Tampoco cierra la airada declaración de Susana Diéguez con eso de que Sergio Massa es su límite, ya que ahora podría tener que explicar la Tendencia Revolucionaria de Daniel Scioli.

En ese espíritu cada vez más laxo del peronismo que se entrega con unción religiosa al discurso neoliberal de Carlos Menem con la misma avidez con que da la vida por el matrimonio troskysta de la Década Ganada, la respuesta despistada de la oposición que se une para confrontar en una elección, deja al ciudadano con un profundo deseo de cambiar el domicilio. A Noruega.

Como ocurre en la Nación en donde la confusión voluntarista de la oposición es directamente proporcional al vacío ideológico de un peronismo que se apoya en el afecto y la memoria, en Río Negro, la crisis del oficialismo pone a la oposición en un estado de pre organización. Seamos muchos y después nos ponemos de acuerdo en un par de puntos. O no. Bien ahí.

La mirada atenta espera al 7 de septiembre, fecha en que la interna del PJ definirá liderazgos. Pichetismo o Pedropesattismo.

Si se impone Pichetto, el Pedropesattismo se encolumnará en proyecto “massita” y la fórmula Weretilneck Pesatti podría acercarse más a la realidad.

Si el pichetismo perdiera, incluso si perdiera en Viedma, vería seriamente comprometido su futuro como alternativa al 2015.

En cualquier caso siempre estaríamos frente a una propuesta oficialista de tipo pragmática que podría encolumnarse con una candidatura de Daniel Scioli o de Sergio Massa o de Sergio Urribarri o de Florencio Randazzo o de Jorge Capitanich o de Agustín Rossi o de Aníbal Fernández o de Juan Manuel Urtubey o de Julián Domínguez. Todos peronistas, todos católicos, algunos hinchas de Boca. ¿Qué otra cosa necesitaríamos saber?

Esto deja a la oposición rionegrina en el mismo lugar que a la nacional, de allí que el sueño de una Nueva Mayoría que viene a ser un conglomerado que solo aspira a ganar elecciones, se presente con razonabilidad.

Esta oposición laxa en lo ideológico, cuentan con un enorme valor agregado que es el de un radicalismo que si bien está bastante balcanizado, puede exhibir orgullosamente un “nosotros gobernamos durante 28 años y el estado marchaba, con sus más y sus menos, con conflictos, con aciertos y desaciertos pero marchaba”.

Increíblemente, antes de que se cumplan 3 años de la recomendación de “pedir perdón de rodillas” por los 28 años de gobierno, los radicales, deshechos, rotos, desconcertados, en pobre procesión, empobrecidos, podrían, si quisieran, gritar a viva voz, “in your face”, “es cierto, gobernamos durante 28 años”, subrayando el “gobernamos”.

Entre tanto, los ciudadanos llaman a los medios de comunicación por que les roban sus casas, les roban las zapatillas a sus hijos, porque los desatienden en los hospitales, porque no hay medicamentos para los usuarios del servicio público, porque el Ipross lleva meses sin entregar leche, porque los edificios escolares están en mal estado, porque la plata no alcanza, porque se caen programas sociales que dan contención, porque no llegan las becas a los deportistas becados, porque está paralizada la obra pública, porque se pierden puestos de trabajo. Los oyentes dejan sus datos ofreciéndose para corar el pasto, hacer plomería o remendar ropa.

Y el pichetismo amenaza al albertismo con influenciar a la Nación para que esta le corte los víveres y el albertismo le devuelve la atención pasando a los hechos con la Municipalidad de Bariloche a la que le corta la coparticipación para cobrarse las deudas.

El FpV toma a los ciudadanos de rehenes. Que no importa porque los que van a jorobarse son los que menos tienen y que nunca van a escribir una queja al director del diario Río Negro para que se las publique en su Correo de Lectores. No saben expresarse así que no importa, se vuelven invisibles.

La oposición, aunque incómoda, prefiere el “modo Odarda” que dileta entre los cajeros automáticos y las virtudes verdes, mientras estudia salidas para la denuncia sobre Gastos Reservados, o el “modo UCR” que es un ‘dejemos que se maten entre ellos, que no es nuestra pelea’ o el “modo socialista” que es uno que intenta superar el infarto de encontrarse con una socia a la que la política convirtió en rica al estilo K y que los sume en el arrepentimiento de haberse llenado la boca despreciando a los radicales o el “modo PPR” que es uno de alquiler o venta.

Es probable que exista consenso general respecto de una sola idea: así como vamos no hay oportunidad de que nos vaya bien. Atento a esto, sería oportuno, casi recomendable, que la política deje de acariciarse sus partes íntimas y se disponga a ejercer una democracia saludable y vigorosa que enriquezca a Río Negro y a los rionegrinos que no participan ni de gastos reservados ni de prebendas de ninguna clase.

Claudia Beltramino