Legisladores radicales piden tratamiento de ley por desastres naturales

Viedma.- Los legisladores radicales Bautista Mendioroz y Daniela Agostino reclamaron ante el Parlamento el urgente tratamiento del proyecto de ley que establece como polìtica prioritaria del Estado provincial el abordaje de la gestión de riesgos de desastres naturales.

La iniciativa, que ingresó el año pasado a dos comisiones permanentes y desde entonces está sin análisis alguno, busca establecer un plan estratégico que determine los parámetros de relevamiento, prevención, mitigación por causas propias del comportamiento de la naturaleza y el accionar de las personas.

La propuesta pretende, además, crear en ámbito del Ministerio de Gobierno la Unidad Ejecutora Provincial para la gestión del riesgo de desastres naturales.

Mendioroz y Agostino mencionaron que Río Negro es una provincia expuesta a diversos riesgos naturales debido a las amenazas geológicas, como sismos y erupciones volcánicas, pero también a amenazas hidrometeorológicas como inundaciones, sequías, deslizamientos de tierra, incendios forestales y de interfase y riesgo de falla de represas (colapso), entre otras imprevistas situaciones.

Indicaron que hasta ahora “la actuación del Estado provincial se ha caracterizado básicamente como reactiva, con una escasa gestión en la prevención, lo que ha desembocado en pérdidas y daños innecesarios, tanto humanos como económicos”.

Agregaron: “A esta conducta fundamentalmente reactiva se suma una escasa definición de roles y responsabilidades de las instituciones públicas y privadas para actuar frente a los riesgos y desastres, provocando duplicación de esfuerzos, disminución de los niveles de eficiencia y eficacia y superposición de funciones”.

Mendioroz y Agostino recordaron que la erupción del complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle, que comenzó el 4 de junio de 2011 y aún continúa, puso en evidencia “vulnerabilidades y amenazas naturales desconocidas e incorrectamente ponderadas por su impacto natural sobre la vida y el desarrollo socio-económico de nuestras comunidades de la zona Andina y la Línea Sur, pero que impacta también, indirectamente, sobre la producción frutícola del Alto Valle”.