Las cenizas del Calbuco-ADN

Viedma (ADN).- El volcán chileno Calbuco entró en erupción. Ubicado a 100 kilómetros de San Carlos de Bariloche, el polvo de cenizas y el olor a azufre trajo el fantasma del volcán Puyehue-Cordón Caulle, y aquel 4 de junio del 2011, con imágenes de lava y plumas de ceniza que se elevaban kilómetros hacia el cielo.

Aquel espectro hizo recordar las infortunadas declaraciones del ex gobernador Miguel Saiz y las críticas al accionar oficial. A los pocos meses Saiz perdía las elecciones provinciales.

Bastó el recuerdo para que Weretilneck reaccionara de inmediato. Nuevamente jugó todo (yo ganó o yo pierdo) y de inmediato envió un mensaje a la sociedad, viajó a Bariloche y como siempre, tiró el córner y corrió al área a cabecear.

Un gesto claro para Bariloche que le permite alcanzar algún rédito político-electoral y ganar terrero en una zona donde necesita votos para su proyecto de quedarse en la Casa de Gobierno de Laprida y Belgrano, en Viedma.
No se puede negar que la rápida reacción del gobernador alentó el optimismo y los correveidiles oficialistas ya anunciaban el triunfo del 14 de junio, luego del desembarco a la cabecera de playa andina cubierta de cenizas.
Se hicieron las cosas como corresponde y además Weretilneck no quiso correr riesgos delegando tareas en funcionarios lentos y de pocas iniciativas.

El volcán Calbuco abría la posibilidad de mostrarse con agilidad, frente a un gobierno que le ha costado salir de la pesada maquinaria burocrática del Estado.

Por mérito propio el gobernador llevó a todos a Bariloche y ocupó el centro de la escena. No hubo ventajas y la política aunó criterios, estuvo a la altura de las circunstancias y en la foto se vio a la jefa comunal de Bariloche María Martini y al senador Miguel Pichetto, sentados junto al gobernador.

El candidato del FpV también fue cauto. No sobreactuó la ayuda nacional y se limitó –al igual que el resto de los senadores, García Larraburu y Odarda- a presentar un proyecto de ley de emergencia para toda la región afectada. La intendente María Martini fue un prolija y esmerada anfitriona.

La situación no daba para pasos en falsos, proselitismo y discursos de ocasión. La sensibilidad de los cordilleranos y el recuerdo del pasado pusieron cordura y racionalidad ante un nuevo fenómeno natural. El volcán Calbuco despertó de su letargo luego de 41 años y en estos casos hay poca previsibilidad, sólo actuar a la medida de la demanda.
Las cenizas motivaron un impasse en las campañas políticas. Hay que seguir atentos y en la zona chilena del volcán aún hay alerta roja.

El gobernador volvió a Viedma e hizo algunas paradas, por ejemplo en el Valle Medio, donde prosiguió con su programa oficial de entregar subsidios, viviendas, anuncios de licitaciones, obras nuevas, etc con un ojo puesto en darle eficiencia a los recursos petroleros y otro en la campaña electoral y a la espera que esta agotadora agenda de kilómetros recorridos le devuelva sus dividendo en la tarde del 14 de junio cuando abran las urnas.

También el volcán Calbuco y los problemas de hipertensión de Guillermo Gesualdo permitieron traer a un cordillerano al gabinete. Finalmente Carlos Valeri, un arquitecto bonaerense del Frente Grande, radicado en Bariloche, se muda a Viedma para integrar el equipo oficial.

Weretilneck siempre lo quiso en el gobierno. En su momento le ofreció el IPPV y luego ante la salida de Ricardo Arroyo se había pensado en una corrida que implicaba Matías Rulli a Desarrollo Social, Gesualdo a la secretaría General y Valeri a Obras Públicas. Este enroque no se dio pero finalmente el arquitecto de Bariloche llega al gabinete.

La designación de Valeri tiene un agregado de efecto político que es darle un mensaje a Bariloche que tiene además a otro aliado del gobernador que es Gustavo Genusso, posible candidato a intendente de la ciudad cordillerana. Gestos con eventuales réditos en un circuito donde se necesita lograr votos.

Este mensaje amigable se hizo presente también en Viedma nada más ni nada menos que en un nuevo cumpleaños de la capital rionegrina. La estrategia electoral comprendió el anuncio de incorporación a planta de los contratados –en una ciudad sensibilizada por la administración- la concreción de una fecha del calendario de carretas del TC –en una ciudad fierrera y con un lindo autódromo- y un rosario de promesas en obras y aportes económicos.

Viedma también es un lugar a conquistar porque los votos son reacios y bien lo sabe el gobernador que pudo constatar en las distintas encuestas que tuvo en las manos, la actitud de los viedmenses frente a las elecciones, favorable a Miguel Pichetto, más aún cuando a la oferta se sumaron Magdalena Odarda, Horacio Massaccesi y Mario De Rege.
Alberto Weretilneck arma su agenda con un objetivo bien claro. Juega todas las cartas del mazo y sabe que también debe sostener al gobierno, porque no siempre se puede tener el control de todo.

Gustavo Gesualdo se fue repentinamente. Fue una sorpresa y el escueto comunicado oficial no aportó nada para salir de las dudas de una renuncia que nadie esperaba.

El ex ministro de Obras públicas tiene un problema de hipertensión que merece no sólo tratamiento médico, sino fundamentalmente cambiar de estilo de vida, según allegados a Gesualdo.

Este es cierto, pero no es menos cierto que hubo otros tres motivos que decidieron su renuncia. Primero, no compartió el alineamiento político nacional del gobernador, segundo y habiendo sido un importante protagonista de la negociación de los contratos petroleros, sintió que tuvo poca participación en la elección del destino de esos fondos y tercero, pretendió hacer cambios en el ministerio –ya que todo el equipo de Obras Públicas estaba de la gestión anterior- y no logró el aval del mandatario rionegrino.

Si hablamos de cambios y ministerios no pasa inadvertida la situación que encontró el Desarrollo Social el flamante ministro Fabián Galli. La gestión de Ricardo Arroyo ahora quedó al descubierto, se eliminaron planes sociales, hay sub ejecución de partidas, los niveles de conducción están fracturados y el nuevo ministro entendió a poco de salir del Salón Gris el día de su asunción, que Desarrollo Social en nada se compara con administrar un municipio o un canal de televisión.

Fabián Galli no puede armar su equipo, aún no tomó una sola medida en el ministerio y los cuadros técnicos y administrativos esperan un plan de trabajo que lo llega.

Última semana de campaña para las elecciones municipales del tres de mayo. Habrá comicios en 22 municipios, entre otros Viedma, Cipolletti, Villa Regina.

La elección de la capital rionegrina será importante en un escenario de suma paridad, hasta el momento y según algunas encuestas. No es menor la candidatura de Juan Manuel Pichetto, hijo del senador y candidato a gobernador Miguell Pichetto que enfrentará al actual intendente radical José Luis Foulkes.

Foulkes con apoyo oficial del gobernador Weretilneck propone seguir en la gestión hasta ahora desplegada en Viedma y que tiene su origen en el ex intendente fallecido Jorge Ferreyra. Presidente de la Convención radical se entusiasma con repetir su mandato y darle un aliento al alicaído radicalismo rionegrino.

Juan Manuel Pichetto, joven de 36 años, fue ministro de Producción en esta gestión del FpV que se inició en diciembre del 2011, y ahora quiere conducir el municipio local con una promesa de tándem y trabajo conjunto con su padre Miguel Pichetto, si gana las elecciones a gobernador.

Sólo dos candidatos en una elección polarizada y con estreno del voto parroquial en la capital de Río Negro.