Ocho claves para entender de qué hablamos cuando hablamos de “convergencia”

(Alejandra Soifer–@soifereta).- El gobierno de Cambiemos adelanta en los medios que pronto alcanzaremos “la convergencia” en telecomunicaciones. No se refiere a inversión estatal en un proceso tecnológico, sino a liberalizar el mercado para que entre cuatro gigantes (Cablevisión/Grupo Clarín, Telefónica, Telmex/Claro y DirecTV) compitan en toda la industria de la información y la comunicación y así “atraer inversiones”.

1- El proceso de convergencia tecnológica se basa en la homogeneización de los soportes, productos, lógicas de emisión y de consumo de las industrias de telecomunicaciones, informática, audiovisual, prensa escrita y edición. En palabras simples, es un proceso que pretende que la información que hoy viaja por distintos cables y llega a diferentes artefactos pueda viajar por el mismo cable y ser consumida indistintamente en cualquiera de estos artefactos (celulares, televisores, computadoras). Este proceso se pretende “irreversible”, y se han hecho negocios de compra-venta empresarial multimillonarios bajo esta premisa.

2- El gobierno de Mauricio Macri, en consonancia con el movimiento del mercado, definió, a solo un mes de asumir, desarticular la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley SCA) y la Ley Argentina Digital creando un único organismo de control el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM). Mediante el decreto de Necesidad y Urgencia 267, amplió los límites a la concentración de la propiedad de medios permitiendo la compra venta de licencias. A su vez, aprobó a cableras a tener más de 24 licencias, aún superando el 35% de los abonados de una región, así como también autorizó a las telefónicas brindar servicio de TV por cable.

3- Con esta regulación a su favor, en marzo de 2016 el gobierno permitió que el Grupo Clarín comprara la empresa de telefonía móvil Nextel, a la vez que autorizó la adquisición de Telecom Argentina por el fondo inversor de Fintech, de David Martínez, socio en Cablevisión. Ambas operaciones habían sido rechazadas durante el gobierno kirchnerista por violentar lo establecido por la Ley Argentina Digital, que aún se encuentra vigente. Fintech con Telecom-Personal y su parte de Cablevisión y por ende de Nextel, acapara el 60% de la cuota de mercado de internet residencial, 50% de telefonía fija y 40% de telefonía móvil y cable.

4- Los competidores buscan igualar los servicios que presta este gran conglomerado: Claro evalúa la adquisición de una empresa proveedora de tv de pago como Telecentro (del grupo Pierri) o Supercanal (Manzano-Vila). Telefónica presiona también para poder ingresar al mercado del cable.

5- El mercado argentino en materia de comunicaciones es muy codiciado. Se trata del país más conectado según la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Supera a Uruguay, Chile y Brasil, entre otros de América Latina e incluso en ciertos aspectos, a algunos de Europa.

6- Aún habiendo ampliado los límites de la concentración, las empresas presionan al gobierno para que se quite cualquier clase de restricción en materia de concentración. El decreto 267 no los ha dejado conformes. El gobierno, en pos de “atraer inversiones”, prepara el terreno para enviar un proyecto de ley a fin de año al Congreso que vaya en este sentido.

7- El objetivo del gobierno es que todas las empresas del mercado puedan dar todos los servicios (telefonía móvil, internet, cable y la transmisión de TV por satélite). Esto requiere de una inversión de tal envergadura que deja indefectiblemente afuera a los pequeños actores del mercado (cableras locales, por ejemplo).

8- Así, la convergencia se convierte para el oficialismo en un circuito cerrado de cuatro empresas que fueron beneficiadas en estos años con una infraestructura heredada de la estatal ENTEL a la que poco han hecho por mejorar, y que ahora “competirán” entre sí sin ninguna regulación del Estado, desentendiéndose de esta forma de la función social de los medios de comunicación.