Por qué somos kirchneristas

(Leandro García*).- Nos toca atravesar un contexto adverso, el neoliberalismo que tanto daño social hizo en nuestro país y América Latina vuelve a ganar terreno en todo el continente. Se abre una etapa donde las organizaciones, militantes y dirigentes nos debatimos como impedir que este proyecto económico se implemente a costa de los derechos de las mayorías populares.

Es importante revisar aciertos y errores, y recuperar experiencias históricas de resistencia a un proyecto como el que propone Cambiemos, liberal en lo económico y autoritario en lo político, con la novedad de que llego con el voto popular. Tenemos que revisar las formas discursivas para contrarrestar la influencia de los medios, repensar las estrategias de organización e intervención política, los marcos de alianzas, el rol de la militancia y la participación en los procesos democráticos, los alcances y los límites de la institucionalidad y la gestión en procesos de transformación, hay que pensar todo de nuevo.

Desde Nuevo encuentro, entendemos que hay que defender eso que la derecha pretende denigrar, eliminar, estigmatizar: el Kirchnerismo como identidad política. Ellos nunca confunden el enemigo. Y nosotros no defendemos esa identidad porque defendemos liderazgos individuales, ni por caprichosos, ni por ser beneficiarios de hechos de corrupción, sino porque sabemos que el Kirchnerismo y el liderazgo de Cristina representan hoy la única posibilidad de que la política no vuelva a reducirse a administrar los dictámenes del poder económico, mediático y judicial establecido, y a contener la pobreza con políticas focalizadas y si no alcanza, como siempre, con represión.

A contramano de lo que pasa en el mundo los Proyectos Políticos iniciados con Nestor Kirchner en 2003, y en América Latina desde la asunción de Hugo Chavez en sociedad con Lula Da Silva, Evo Morales, Rafael Correa, Pepe Mujica y los destituidos Lugo y Celaya, recuperaron experiencias históricas de lucha por la emancipación y la soberanía, la idea de conformar la Patria Grande de Bolivar y San Martin. Así se construyeron proyectos colectivos que revalorizaron al rol del Estado, a la política, hicieron crecer la democracia, la participación popular, redistribuyeron la riqueza, crearon derechos donde había necesidades; y por eso, y no por otra cosa, hoy son el blanco de la embestida de la derecha.

En Argentina quieren borrar del mapa a Cristina y al kirchnerismo, y con ello estigmatizar a la política como herramienta de transformación. Decir que los que militamos lo hacemos por ingenuos o por dinero, que la política es sucia, conflictiva y tantas otras cosas. Es parte de un plan que pretende volver a pensar que todo es lo mismo, que los políticos son todos iguales, que como sociedad no creamos en su capacidad transformadora. Y por lo tanto que sigan tomando decisiones las minorías históricamente privilegiadas del país.

El Estado, lo público y la política institucional volvieron a ser un espacio de disputa con las experiencias populares de comienzo del sigio XXI en Argentina, Bolivia, Venezuela, Ecuador, etc, el espacio donde se juega si las decisiones las toman las corporaciones o los mandatos populares, al comprenderlo en estos años, hemos incrementado como sociedad nuestra capacidad política de acción y movilización, somos más los que entendemos lo que se juega en la disputa institucional, los que vemos quienes se oponen por conveniencia particulares a una sociedad más justa.

Nuevo Encuentro asume ese desafío histórico, ese legado que nos exige impedir que se clausure el ciclo abierto en 2003, y que la política en lugar de, profundizar ese ciclo, de reconocer las nuevas demandas que fueron surgiendo a partir de ampliar derechos y redistribuir la riqueza, se vuelva a reducir a administrar lo que el poder económico define como marco de acción.

En Rio Negro llevamos un proceso construcción política de algunos años, hoy nos encontramos a un paso de tener reconocimiento jurídico como partido provincial, como el resultado de un proceso de maduración y trabajo colectivo, que le da entidad a Nuevo Encuentro en más de 15 localidades de la Provincia. A diferencia de muchos de los partidos tradicionales nosotros creemos en la construcción política como base de la constitución de un partido, no de sellos vacíos, sino en la posibilidad de convertirnos en la representación electoral de las demandas de los sectores populares de cada localidad de la provincia.

Seguiremos trabajando en cada localidad de nuestra gran provincia, para que todos los vecinos y vecinas que saben que hoy se instala a nivel nacional un proyecto que daña sus condiciones de vida, tengan en un próximo escenario electoral una opción real, un opción de gobierno provincial nueva, pero con un legado histórico, que reconoce que hoy en la provincia se necesita un gobierno que recoja la experiencia abierta en 2003, y se oponga firmemente al gobierno de Mauricio Macri, como también a las autoridades provinciales y municipales que avalen y legitimen esas políticas.

*Representante de Río Negro en la Mesa Nacional de Nuevo Encuentro e integra la Mesa de Conducción de Nuevo Encuentro Río Negro