Perpetua a Osman por el femicidio de Ruth Sagaut

La Cámara Segunda del Crimen condenó a prisión perpetua a Claudio Osman por el femicidio de su ex mujer, Ruth Sagaut, ocurrido hace diez meses en la casa de la víctima.

La lectura de la sentencia se concretó en el marco de un operativo de seguridad en la sala de audiencias. Los efectivos policiales procedieron a revisar bolsos y carteras para descartar la presencia de objetos que puedan poner en riesgo al acusado.

Los familiares de la víctima -informó Bariloche2000- oyeron la sentencia con profunda conmoción y aplaudieron la resolución de los jueces. La madre y la hermana de Ruth rompieron en llanto al escuchar que el acusado recibió la mayor de las condenas.

«Tengo mucho para decir» gritó Osman mientras era retirado por los efectivos policiales de la sala de audiencias.

Desde que ocurrió el hecho, el hombre insistió en su inocencia argumentando que su ex mujer se suicidó ahorcándose en su vivienda del barrio El Frutillar. Algunos meses antes la mujer se había mudado a ese domicilio junto a los cuatro hijos de ambos, tras separarse de Osman.

Sin embargo, los jueces de la Cámara Criminal consideraron que está probado el crimen por una serie de elementos que permitieron descartar el suicidio.

El juez Héctor Leguizamón Pondal fue el encargado de dar lectura a la sentencia, en la cual se analizan principalmente los golpes que la víctima tenía en el rostro, la posición de la soga en el cuello y los testimonios de los testigos.

En primer lugar recordó el juez que según las pericias el cuerpo tenía un hematoma en el ojo izquierdo, que se produjo por un golpe de puño propinado por una mano que portaba un anillo en uno de los dedos. «Anillo que el propio Osman aseguró tener colocado» indicó.

Por otro lado, los forenses comprobaron en la escena que «no existe ningún elemento que haya podido golpear la cabeza» de la víctima, tal como Osman lo indicaba y que la pared y el marco de la ventana no tienen elementos salientes sino que la superficie «es lisa y plana».

«Resulta imposible que se haya podido lastimar el ojo izquierdo voluntariamente» dicen los jueces. El cuerpo además presentaba un sangrado nasal provocado por un golpe previo a su muerte.

Además, la forma en la que la soga se ubicó sobre su cuello, corresponde a un estrangulamiento y se aleja de la posibilidad de un ahorcamiento voluntario.

Según los peritos, la asfixia por ahorcamiento se comprueba con la presencia de un surco en dirección oblicua ascendente y por estrangulamiento, en dirección horizontal.

La herida que produjo la soga en el cuello de Ruth Sagaut marcó un surco debajo de la laringe, y está comprobado que la fuerza fue ejercida de adelante hacia atrás.

Los jueces concluyeron que existe un alto grado de probabilidad de que la víctima haya sido agredida con un golpe que la dejó indefensa e inconsicente; y luego, haya sido estrangulada por Osman, que se posicionó detrás de ella.

«Ninguna de las lesiones se condicen con un ahorcamiento voluntario» resumieron en la sentencia, concluyendo que «Ruth no es responsable de su muerte».

Las pericias también determinaron que «la soga presenta material genético tanto de la víctima como del imputado» y que el material extraido debajo de las uñas de Sagaut «probablemente» coinciden con el ADN del imputado.

Pudo comprobarse también que horas posteriores al crimen Osman presentaba una escoriación en el antebrazo y en la muñeca.

El imputado intentó defender su inocencia respaldándose en el testimonio de su hija mayor, quien declaró en Cámara Gesell que al despertarse e ir a abrirle la puerta a su padre, que se encontraba en el exterior del domicilio, su madre ya se encontraba herida.

Osman alegó que cuando fue a despedir a sus hijos a la vivienda, observó que la mujer se encontraba inconsciente y decidió golpear la ventana de habitación donde dormían sus hijos para que le abrieran la puerta.

Sin embargo, los jueces concluyeron que Osman había ingresado previamente a la vivienda sin que sus hijos lo advirtieran porque estaban profundamente dormidos, asesinó a la mujer y armó la escena del suicidio.

Los informes psiquiátricos definieron a Osman como «una persona con rasgos narcisistas» y de limitada «tolerancia a la frustración e irritabilidad».

«Osman siempre pone sus necesidades por sobre los demás» consigna el informe. Además comprobaron que «Ruth le tenía temor».

Los testigos indicaron que esa noche, «Osman se encontraba más enojado que lo normal» y que manifestó: «tengo una calentura que la cagaría a patadas».

Los jueces de la Cámara Segunda del Crimen consideraron que «la violencia de género que se ha comprobado sin lugar a dudas» y ello agravó la pena del único imputado.