Brasil también frena el ingreso de manzanas provenientes de la Argentina
Capital Federal.- Hace 15 días que las autoridades del vecino país no permiten el ingreso de la fruta. «Nos sorprende mucho, nunca hemos visto una situación como esta», dijo un dirigente del sector. El país consume un cuarto de la exportación de manzanas y peras.
Desde hace dos semanas, las frutícolas argentinas del Alto Valle de Río Negro están preocupadas por las trabas que está implementando Brasil a sus productos.
La medida se suma a un contexto de tensión comercial creciente por las medidas proteccionistas que está ejecutando el gobierno argentino. Brasil, que importa alrededor de un 25% de la producción local de manzanas y peras, es también el principal consumidor de la fruta en el segundo semestre, por lo que la comercialización y la cadena de agregación de valor del sector presentarían una importante vulnerabilidad.
Marcelo Loyarte, director general de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), afirma que la situación genera una «profunda preocupación», porque «no hay cómo reemplazar a Brasil como destino de la exportación». «De complicarse las exportaciones a Brasil, el daño sobre la industria va a ser muy importante», expresó el dirigente fruticultor, quien representa a la organización que agrupa a las principales productoras del Alto Valle de Río Negro y Neuquén.
Por lo pronto, no existen anuncios ni comunicaciones de cuándo el país vecino volvería a permitir el ingreso de las manzanas. Mientras, Brasil encontró en Chile un proveedor del producto, quien le vendería, inclusive, a un precio más económico que la Argentina. «No sé si es una represalia, pero realmente nos sorprende mucho, porque la manzana nuestra no representa una amenaza para la manzana de Brasil» declaró el representante fruticultor a Radio 10.
Ahora bien, de extenderse la suspensión de las compras, habría sobreproducción local de manzanas, puesto que, si bien una parte podría industrializarse en forma de jugos, el mercado local no se encontraría con la capacidad de absorber el excedente. Existe incluso la posibilidad de que parte de la producción tenga que ser desechada, debido a que las productoras no podrían recuperar los costos de la comercialización.
Señal de alarma para las peras
Los empresarios fruticultores también ven con alerta qué es lo que puede suceder con las ventas de peras al Brasil, máximo consumidor del producto durante la segunda mitad del año. «Aunque todavía no se sabe si se restringirá la compra de peras, no es posible descartar que la producción de la fruta se vea afectada», afirmó el director general de la CAFI.
En caso de responder de esa manera, los productores argentinos podrían perder competitividad, porque “ahí vamos a competir con las peras de Europa, que pueden estar a costos más bajos», dijo Loyarte.
Un sector golpeado
El escenario comienza a agravarse paulatinamente para las empresas exportadoras del sector. Debido a la crisis internacional, los ingresos de las frutícolas se vieron disminuidos por la caída de las ventas hacia Europa durante la primera parte del año.
Esta pérdida de mercados se suma también a la caída del poder de compra de Estados Unidos y Rusia, acuciados por las mismas circunstancias económicas. Alrededor del 75% de las ventas de frutas al exterior radican en estos destinos, pero el volumen de aquellas está en una pendiente decreciente porque los precios, sensiblemente depreciados, no están llegando a cubrir los costos. La diferencia, que hace mella en la rentabilidad del sector, ronda entre los 20 y 30 centavos de dólar por kilo.
En declaraciones a Radio 10, Marcelo Loyarte afirmó que este año «ha sido un año malo, de precios similares al año pasado, pero Brasil venía comportándose bien, con precios razonables». Por esta depreciación de precios, las exportaciones en el primer cuatrimestre cayeron un 30% según la CAFI.
El panorama es negro. Para la CAFI, con este nivel de precios y exportaciones, proyectan como mínimo una caída de los ingresos de $300 millones hasta marzo, y todavía queda esperar si la tensión bilateral con Brasil no generará un perjuicio mayor.
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