Tiempos de liderazgos ● ADN
En política se dice que no hay más destino del que se construye, un concepto que sirve para otros órdenes de la vida, pero que en este caso hace a la construcción del poder y liderazgo de un dirigente.Este es hoy un desafío tanto para la alianza gobernante como para el radicalismo, con la diferencia de que el primero transita por una etapa de vitalidad, mientras que el segundo está en vida latente. En el FpV habrá pelea por la conducción, en el radicalismo sólo desazón de pensar que Miguel Saiz, conduce el partido con pretensiones de mayor protagonismo.
¿Cómo se presiente en la alianza gobernante el liderazgo futuro? Hay conducción compartida, como no podría ser de otra manera, por un lado el gobernador, responsable de la administración del Estado y por otro Miguel Pichetto, presidente del justicialismo, titular del bloque de senadores nacionales del oficialismo y con peso propio dentro y fuera de la provincia.
Podría hablarse de un tercer sector, el sorismo, circunscripto al intendente de General Roca y media docena de funcionarios, en realidad un eufemismo para definir un club de fans. Nada de política, poco de ideología y menos de kirchnerismo.
No existe sector interno con capacidad de discutir a Pichetto y Weretilneck, aún a costa de fantasías de golpismo interno.
El gobernador busca, brújula en mano, hallar el camino para la construcción de su liderazgo, condición esencial para pensar en su propio futuro político. Llego al máximo sitial del poder político rionegrino y luego de avanzar tantos casilleros -producto del azar- ya no puede retroceder.
Tiene un norte. Se declara admirador de Cristina Fernández y busca enviar señales a cada instante y si es preciso viajar todos los días a los actos de la Presidente para no quedar fuera de la foto.
Definirse kirchnerista es una simplificación y hasta una moda, pero el compromiso llegará cuando los verdaderos kirchneristas pidan pruebas de amor.
Durante el acto en el estadio de Vélez Sarsfield, la Presidente hizo un llamado a formar un frente popular, democrático y antiimperialista. Hallar un correlato a esa convocatoria en el gobierno de Río Negro no será posible.
Las políticas públicas tienen que ver con medidas de corte liberal, ajuste en el Estado, desequilibrio regional, carencia de diálogo político y desprecio por los agentes públicos, incluso existe gran coincidencia con las editoriales del medio regional – claramente antikirchnerista – que lo protege. Basta observar el comportamiento de unos y otros en el tema YPF para dejar clara la contradicción.
El gobernador tendrá que poner en sintonía a Río Negro con el gobierno nacional, más allá de las actuaciones “pour la galerie”.
Weretilneck avanzará en la construcción de su liderazgo. Su compañero de ruta adelantó que quiere ser nuevamente senador por Río Negro, vocación que asienta en su relación con Cristina Fernández.
Sabe entonces el mandatario rionegrino que necesita tiempo para que aquella percepción del votante de alcanzar un cambio y renovar sus esperanzas está ahora en sus manos.
Ya llegará el momento de afiliarse al justicialismo para desembarcar con un caudal personal difícil de cuestionar, y entonces podrá visualizar su futuro con mayor claridad. Entonces el 2015 estará cerca y con la ficha en el bolsillo.
Todo es posible si tiene éxito en el gobierno. Crecer es gestionar y a su vez evitar los problemas que le generan algunos colaboradores siempre dispuestos a crearle costos políticos innecesarios. Faltan hechos concretos que tengan como destino el bienestar de los rionegrinos y no sólo contentarse con el procesamiento de ex funcionarios radicales.
Tuvo que hablar con la prensa por la pelea en el ministerio de Turismo, desestimó el hecho, pero finalmente renunció Guadalupe Del Valle. Una vez más los hechos contradicen las declaraciones oficiales. Designó hombres de su confianza en Horizonte, pero la empresa la siguen gobernando los funcionarios que responden al intendente de Roca.
Un tema aparte fueron las denuncias sobre el maltrato a los agentes públicos. Se equivocó el gobernador en plantear una cuestión numérica y el anonimato en las quejas.
Al contrario, el gobernador debe dar garantías de reserva para quienes quieran denunciar abusos laborales, incluso debería habilitarse en la Defensoría del Pueblo un espacio para formular las denuncias con identidad reservada, basta pensar que la misma Justicia tiene esta figura de protección del denunciante.
Falta tiempo para las elecciones legislativas, pero están a la vuelta del almanaque. El gobierno no tiene oposición, transita sin sobresaltos, pero los problemas surgen desde sus propios intestinos, transcurrieron cuatro meses de gestión y no se puede demostrar el movimiento.
Áreas virtualmente paralizadas, funcionarios que no pueden conducir por desconocimiento, errores administrativos y jurídicos. La desconfianza extremó los celos en el gasto y burocratizó los pagos, empresarios que hablan preocupados de las comisiones, las políticas de ingresos y recaudación están ausentes en la hacienda pública y aún se sigue mirando hacia atrás para descargas culpas que ya empiezan a ser propias.
“Ser o no ser. Esa es la pregunta”. La cuestión es gobernar, ser peronista-kirchnerista en la Capital Federal y en Río Negro, ser popular, democrático y antiimperialista, como pidió la Presidente y armonizar las funciones oficiales con las internas que a diario le ofrecen sus socios.