Un baile mágico en Neuquén ● Elio Brat
El baile del periodista, historiador y escritor Osvaldo Jorge Bayer con las Madres de Plaza de Mayo neuquinas Inés Ragni y Dolores “Lolín” Rigoni fue lo mejor que se vivió en la Patagonia en los últimos años. Fue como si la ética, el compromiso y la valentía de investigar y decir se juntaron en un baile con la lucha, el mismo compromiso y el coraje de tres mujeres.
Ocurrió en Neuquén el pasado lunes 30 de abril, la noche que cientos de personas se juntaron en la primera escuela provincial, la 201, para festejar los 35 años de Vida de las Madres de Plaza de Mayo de Neuquén y el Alto Valle de Río Negro. Porque se trataba de Inés y de Lolín pero también de Beba, la tercera de las Madres neuquinas de siempre, fallecida en marzo del 2003.
Beba Mujica, madre de Susana, una profesora de Antropología secuestrada en junio del ´76, en tiempos que el siniestro Remus Tetu era el rector de una recién nacida Universidad Nacional del Comahue. Muchos de sus profesores, alumnos y trabajadores fueron cesanteados y perseguidos en esos años. Uno de ellos, Orlando “Nano” Balbo fue el primero en testimoniar hace pocos días en el segundo juicio a 24 militares y represores que actuaron en “La Escuelita” de Neuquén, gemela de la que existió en Bahía Blanca, donde por última vez, en la segunda quincena de junio del 76, se vio con vida a la misma Susana Mujica y Cecilia Vecchi, ambas desaparecidas hasta el día de hoy.
Y en la fiesta por los 35 años de la primer Filial que se formó en el interior del país a instancias del gran Obispo de la Diócesis de Neuquén Jaime Francisco De Nevares – “Don Jaime”, como popularmente lo recuerdan los neuquinos, fue el nombre más ovacionado de la noche- participaron HIJOS, el sindicato de los maestros ATEN, los judiciales de SEJUN, la Asociación por los presos Zainuco, la APDH, la Corriente por los DDHH y los obreros de la Fábrica Sin Patrones (FASINPAT), la ex Cerámica Zanón que les regalaron a las Madres neuquinas dos inmensos cerámicos con sus rostros y sus pañuelos blancos de dignidad.
De lado quedaron los balazos que la misma noche que comenzó el juicio de La Escuelita II impactaron en la puerta de la casa de los Ragni, donde funciona la Casa de las Madres local. También las bravuconadas del propio Raúl Guglielminetti en el mismo juicio aquí en Neuquén, quien no supo decir nada ante la pregunta que Inés y Lolín le hicieron una vez más: “¿qué hicieron con nuestros hijos?”. Solo quedaron esas dos inmensas mujeres neuquinas bailando al ritmo de batucada en el centro del salón con un Bayer que indudablemente vivió una de las mejores noches de sus jóvenes 85 años de Vida.
Lolín, Inés y Osvaldo bailaron esa noche en Neuquén un baile que le ganó y le ganará siempre a la muerte.
Publicado originalmente en Rebelion