Rumbos Equivocados ● María José Bongiorno
El conflicto desatado por el Sindicato de Camioneros toca la más honda sensibilidad del pueblo argentino. Las amenazas sobre el desabastecimiento de combustibles, traslado de dinero, transporte de mercaderías y alimentos y otras tantas actividades, remontan al país hacia épocas que, hasta hoy, parecían olvidadas.
Son rumbos equivocados que se eligen para una supuesta reivindicación sectorial. Sin duda alguna, resultan legítimos los reclamos salariales y de condiciones de trabajo; empero, las metodologías son erróneas. Y, como nuestra provincia lo vive en carne propia, los efectos de tan obtuso accionar, comienzan a sentirse en nuestra vida diaria con el faltante de combustible en diversas regiones de nuestro territorio
Ha sido este Gobierno –desde el 2003 hasta el presente- un sostenedor constante de las reivindicaciones salariales y de condiciones laborales. El funcionamiento regular de las reuniones paritarias superó los lógicos conflictos que surgen entre las demandas y las ofertas de trabajadores y empleadores.
Las tensiones fueron siempre encaminadas por los rumbos establecidos en la ley y la intervención del Poder Ejecutivo Nacional fue decisiva en pos del reconocimiento de las conquistas gremiales. El propio gremio que hoy intenta desatar una situación de alarma, fue uno de los más favorecidos por esa política impulsada, en su momento, por Néstor Kirchner y hoy por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
La recuperación salarial lograda desde 2003 hasta hoy es totalmente indiscutible; el mejoramiento de las condiciones de trabajo, también. Por ende, no se entiende la animosidad desplegada desde el Sindicato referido.
La aplicación de la Ley de Desabastecimiento anunciada por el Ministro Julio De Vido es el remedio legal adecuado ante tanta insensatez. Lamentablemente, es necesario recurrir a ese marco ante la prepotencia y la amenaza. No es posible admitir que las conciliaciones laborales queden desoídas sin que ello no provoque ninguna consecuencia.
En definitiva, se trata de asegurar el libre abastecimiento de productos necesarios para la vida diaria de los ciudadanos y ello no puede quedar a expensas de este tipo de conductas irresponsables.
Es necesaria la prudencia, la reflexión y el sentido común y humanitario. Es indispensable que se rectifiquen los rumbos equivocados que asume la dirigencia sindical cuando se aleja de los parámetros legales vigentes.
Y es menester reconocer que si ha habido un Gobierno que ha luchado –y sigue luchando- por las reivindicaciones de los trabajadores, es el actual –iniciándose dicha tendencia allá por el año 2003-. Si se logra ese atinado camino, seguramente el conflicto quedará sólo como un mal recuerdo.
Caso contrario, se seguirán adoptando rumbos y actitudes equivocadas que, en verdad, perjudican a todos y cada uno de los habitantes de la Nación Argentina.
Dra. María José Bongiorno
Senadora Nacional