Ratifican dos años de prisión efectiva a un hombre que amenazó con arma a su pareja
Viedma (ADN).- El máximo Tribunal judicial rionegrino ratificó la sentencia de los jueces de la sala B de la Cámara en lo Criminal de Viedma que condenó, en junio pasado, a un sujeto a dos años y tres meses de prisión efectiva, por el delito de amenazas agravadas por el uso de armas, en perjuicio de su pareja.El hecho ocurrió el 28 de agosto de 2010, aproximadamente a las 12,30, en Viedma, cuando la pareja protagonizó una pelea conyugal y el hombre amenazó a la mujer extrayendo de su cintura un arma, con la que le apuntó a la cabeza a la vez que le dijo: “¿Ahora sí me tenés miedo?”, conducta con la que “infundió temor en ambas mujeres (madre e hija) que se retiraron del lugar”.
Según el expediente judicial, la hija de la mujer amenazada le dijo al acusado: ‘No le vuelvas a gritar a mi mamá delante de mí, no te tengo miedo W., no me levantes la voz”. Y entonces el imputado le dijo: “Ah ¿no me tenés miedo? ¿Y ahora? y sacó el arma”.
“Cuando se fue con la hija… la testigo le dijo (a la hija) que la perdonara porque ella la llevó a eso, que las dos estaban llorando. Que la amenaza con el arma duró segundos, vio la forma de un revólver y que era de color negro, que a las dos las pudo el pánico. Ella no sabía que el tenía un arma”.
Después del juicio, la Cámara del Crimen describió que “la testigo en la audiencia mostró gestualmente cómo el imputado le puso el arma en la cabeza a su hija y dijo que su hija ahí se largó a llorar. Que salieron corriendo y se subieron al coche y fueron a hacer la denuncia al barrio 20 de Junio donde le dijeron que debían ir a la Comisaría Primera, su hija la efectuó y ella declaró como testigo”.
Uno de los jueces del Superior Tribunal sustentó que “es obvio que apoyar un arma de fuego en la cabeza de la víctima y preguntar si ahora tenía miedo es un claro gesto intimidador. El daño así anunciado es serio (su realización era posible), gobernable, el medio vulnerante utilizado es para provocar daños en el cuerpo y la salud, grave e injusto porque no debía ser soportado por la víctima. También logró su cometido, porque, como refieren las víctimas, se fueron llorando, aterradas”. (ADN)
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