Socializar con responsabilidad ● Marta Milesi
La sociedad argentina se ha visto sino convulsionada, por lo menos sorprendida por las noticias referidas a las salidas “culturales“ de personas privadas de su libertad, cuestión esta que si bien tiene notable repercusión, mucho más aún sobre aquellas mujeres y familias que padecen la violencia de género.
Por caso, el tema en cuestión alrededor del caso de Eduardo Vázquez, asesino de Wanda Taddei, dista mucho de ser un posicionamiento en contra de las actividades que se llevan a cabo en los servicios penitenciarios en pos de la reinserción social. No estamos objetando los derechos que poseen las personas que se encuentran privadas de la libertad, de hecho estamos totalmente a favor de tomar todas las medidas necesarias e implementar un amplio abanico de políticas públicas que permitan habilitar
psicosocialmente a los detenidos.
Los hechos conocidos por estos días, lejos están de significar una resocialización.
Lo fundamental aquí, es respetar la memoria de una mujer asesinada, y acompañar desde el punto de vista ético primordialmente, la permanente lucha de la sociedad argentina que busca erradicar la violencia contra las mujeres. Una ardua lucha que ha costado años, y que sigue costando, intentando sostener y fortalecer la bandera de la justicia. Por eso, también debemos ponderar los derechos de la familia de la víctima, y el honor de la misma.
No podemos no preguntarnos qué sienten hoy las víctimas o sus familiares cuando ven que el asesino o un violador a pocos días de ser condenado puede salir de su lugar de detención.
Este gravísimo caso de violencia contra la mujer, debe tener una sanción ejemplificadora, tanto para el victimario como para la sociedad. En el caso de Vázquez, las salidas con las que fue beneficiado, son objeto de controversia dado que no ha trascurrido un tiempo prudencial como para que el condenado tome real conocimiento de lo sucedido. De hecho no se ha informado si ha sido sometido a un tratamiento psicoterapéutico apropiado, con el fin de buscar cierto grado de isight psicoemocional.
Más grave es aún, que la justicia otorgue este beneficio en tan poco tiempo del
cumplimiento efectivo de la condena.
El grado de desidia, se ve incrementado por la manera solapada en que se ha producido sus salidas. No hay conducta ejemplar que avale psicológica ni socialmente las salidas.
Pero lejos de ser mera oposición a las políticas de reinserción, o a los derechos de las personas privadas de la libertad, es menester posar el foco de la crítica sobre el impacto negativo, y el retroceso en la lucha contra la violencia de género, así como los casos en que las mujeres han sido atacadas y prendidas fuego. Una mente que comete tal atrocidad, no sólo debe ser sometida a un juicio justo y condenada debidamente, sino que se debe realizar un trabajo psicosocial específico y minucioso que lleva un largo tiempo. Una persona con la capacidad, o la incapacidad, para llevar a cabo un delito tan grave y violento, no está en condiciones ni debiera tener el derecho de las salidas (sea cual fuere el motivo) en tan poco tiempo.
También debemos remarcar la repercusión negativa que ha tenido en las víctimas de violencia de género y sus familias las imágenes que han recorrido el país, otro asesino, Pablo Díaz, a quien se lo ve participando de una murga.
Para quienes no lo recuerdan Pablo Díaz en el año 2011 fue condenado a prisión perpetua, por habérselo encontrado culpable de abuso sexual seguido de muerte, la joven tenía 19 años y la asesinó de 26 puñaladas.
Más allá de lo aberrante del hecho, Díaz asesinó a Soledad Bargna durante una salida transitoria. Sobre él pesaba una condena de 12 años de prisión por violar en el año 2001 a una adolescente de 15 años.
Hay datos que la sociedad debe conocer y aquí no se trata de aterrorizar a nadie; se trata de informar: las estadísticas nos dicen que entre los años 2008 y 2009 hubo 8 casos de mujeres quemadas y entre el 2010 y junio del 2012 , 48 casos.
Cada día y medio, una mujer muere en el país a causa de violencia de género Otro dato es que en el caso de Vázquez, su primer salida se produce el 25 de noviembre de 2011, el Día Internacional de la Lucha Contra la Violencia de Género.
Volvemos a reflexionar: qué s