Juicio Escuelita II: Anguita dejo en claro el «Plan Sistemático»
Sobre su militancia:
Era muy pequeño (13 o 14 años) cuando empezó a interesarse en militar activamente. Concurría al Nacional de Buenos Aires durante el Golpe del 66 de Ongania, recordó como los policías reprimían a los estudiantes. Comenzó militando en la Juventud Católica, de la mano de Carlos Mugica, cuestión que describió como un privilegio. Ya con 17 años decidió militar en el PRT y tiempo después en el ERP.
«Sabíamos que cualquier cosa que hagamos podía generar la respuesta violenta del otro lado», dijo Anguita. Comento que escribió un libro, «La Voluntad» junto a Martín Caparros, en donde investigaron hechos reales de hombres y mujeres militantes revolucionarios en donde dan cuenta que en el país hubo un plan sistemático, que no solo tuvo como objetivo acallar las voces que se levantaban sino también aplicar un plan de retroceso económico. Con la carta escrita por Rodolfo Walsh a la junta daba cuenta de detenciones, torturas y desapariciones, motivo por lo que un día después de la publicación fue desaparecido.
Eduardo cumplió una condena por participar en la toma del cuartel militar «Comando de Sanidad del Ejercito», que tuvo como objetivo llevarse armas. Estuvo 16 años preso, y la mayoría durante la Dictadura Militar. En su estadía en el penal compartió celdas con detenidos ilegales, y torturados, quienes le comentaban el horror que habían pasado. Allí también supo de personas a las que los militares le fraguaban las firmas, de una supuesta libertad, y luego eran desaparecidos. También que los militares simulaban intentos de fugas para fusilarlos.
Sobre el rol de inteligencia:
Eran agentes de civil que no se identificaban. En 1974 supo de agentes que hablaban de los mecanismos de torturas como un protocolo obligatorio, «Había que torturar», decían. Los de inteligencia era gente destinada a crear todo tipo de impunidad, apañados lógicamente por jueces y fiscales que acompañaron el silencio con el rechazo de los miles de Hábeas Corpus.
El periodista dejo en claro que el control de las fuerzas de seguridad se concreto con sectores empresariales. A pregunta de un defensor sobre como el ERP financiaba sus gastos, dijo que a diferencia de las fuerzas que con el impuesto del estado se entrenaba para torturar, ellos eran militantes sociales, no necesitaban financiación alguna. También pusieron en duda sus investigaciones ya que él durante la dictadura estuvo preso, pero muy bien explico que las investigaciones no necesitan de presencia temporal-espacial, sino que puede realizarse por archivos, relatos y otras fuentes. Los abogados defensores intentaron varias veces dar por desestimada algunas preguntas ya que referían a opiniones o investigaciones a nivel nacional y no sobre hechos involucrados directamente en la Escuelita de Neuquén. No comprendían que un Testigo de Concepto ayuda a entender mejor los hechos que conformaron parte de un plan sistemático a nivel nacional, y que lo ocurrido en Río Negro y Neuquén no fueron casos aislados.
A preguntas de la Querella sobre la participación policial en la represión ilegal en la década del 70 contesto: «En Operación Masacre Rodolfo Walsh contó como en 1956 Policías fusilaron a militantes políticos en José León Suarez. También se sabe que los militares durante el golpe pusieron a sus pares como jefes policiales. No se concebía a la policía como auxiliar de la población sino de los planes militares y al servicio del poder económico. La policía formaba parte del aparato opresivo, ya que quedo bajo el control de las Fuerzas Armadas. De los peores tenemos el ejemplo de la Policía Federal», relato detalladamente Eduardo. Aseguro también que las comisarias fueron centros de detención y tortura.