Hasta siempre, Gordo…
La política no va a ser la misma sin Leandro Gómez, pero mucho más lo vamos a extrañar quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo. La política pierde una referencia de honestidad y apasionamiento en la defensa de sus ideales. Los amigos, a la persona que siempre estaba cerca para dar una mano, un consejo o el afecto necesario en cada momento.
Algunos tuvimos la posibilidad de conocerlo en la vieja Escuela Nº 53 de Cipolletti, un muchacho recién llegado al Valle enseñando apasionadamente geografía y ciencias naturales. Y fue bueno reencontrarlo en la vida, defendiendo con la misma pasión su ideal de una sociedad mejor. Para Leandro, la política solo fue un medio, un camino para la construcción de esa nueva sociedad, más justa, democrática y tolerante.
Lo vamos a extrañar, seguramente. Y nos van a seguir haciendo falta la vitalidad, el empuje y la alegría de vivir que desplegaba en todo momento. Más, cuando la taba venía dada vuelta. Pero nos quedan sus enseñanzas y su ejemplo para no desfallecer en ese camino. Y para seguir con más fuerza que nunca en el desarrollo de un proyecto que implica una vida mejor para todos los argentinos.
Hasta siempre, Gordo Gómez