Caso Soria: Freydoz pidió no estar en los alegatos
Roca (ADN).– Con la misma postura que mantuvo durante todo el juicio oral, Susana Freydoz adelantó a los jueces de la Cámara Primera del Crimen, que la juzgan por el homicidio de su esposo, su intención de no estar presente en la sala cuando el miércoles 7 de noviembre su abogado defensor, Ricardo Richieri y la Fiscal de Cámara Laura Pérez realicen los alegatos previos a que el tribunal emita sentencia. En la última jornada peritos oficiales y de parte tuvieron visiones diferentes de pericias y hechos.
Durante lo que fue la séptima audiencia Freydoz ingresó al auditorio donde se desarrolla la audiencia con su acompañante terapéutica y su custodia policial. Vestida de pantalón y saco negro, con una remera blanca la acusada respondió con un escueto sí cuando el presidente del Tribunal, Carlos Gauna Kroeger la consultó sobre sí quería dejar la sala y si iba a mantener esa postura también en los alegatos. Ante el segundo «sí» de Freydoz, el juez le efectuó una recomendación «me parecería prudente que escuche los alegatos», aunque le aclaró también que «usted tiene la última palabra». Tras dar a entender que daría a conocer su postura a través de su abogado, Freydoz se retiró de la sala.
El primer testigo de la jornada fue el médico legista Cristóbal Dario Heredia, director de Medicina Legal del Ministerio Público Fiscal de Salta e investigador del Centro de Investigación Forense de Salta. El especialista estuvo a cargo de la pericia solicitada por el fiscal Miguel Fernández Jadhe con el objetivo de determinar la distancia del disparo, la trayectoria y las posiciones de víctima y victimario.
El perito detalló que en su estudio analizó los resultados de la autopsia, radiografías y videos, también hizo referencia a estudios que se realizaron en centros de investigación forense en las ciudades de Buenos Aires y Salta que a microscopio primero y bajo microscopio de barrio electrónico después no encontraron restos de disparos de arma de fuego en el tejido con la herida de bala que fue tomado para analizar del cuerpo de Soria. Este dato, sumado a la ausencia de restos de pólvora, o del famoso «tatuaje» que dejan los disparos a corta distancia, apuntó conducían a un disparo a distancia.
Las hipótesis se probaron en con disparos de prueba de proyectil a distintas distancias sobre papel y piel de cerdo para determinar a que distancia dejaba de producirse quemadura, tatuaje, ahumamiento y la dispersión de los residuos del disparo. Estas pruebas explicó Heredia, indicaban que el disparo que Soria recibió en su rostro fue efectuado a una distancia de entre 70 centímetros a 2 metros.
Sobre la trayectoria del proyectil en el cráneo de la víctima explicó que la bala fue de adelante hacia atrás, de abajo hacia arriba, ligeramente de izquierda a derecha. Tras ingresar por el pómulo izquierdo la bala atravesó huesos y todo el hemisferio izquierdo del cerebro, para detenerse dentro del cráneo sobre el cerebelo, en la parte posterior de la cabeza.
El experto también consideró ante el Tribunal que el cuerpo de Soria no presentaba signos o gestos de defensa, ni reflejos vitales de protección y defensa, lo que indicaría que no se sintió amenazado al momento de producirse el disparo.
Consultado por el defensor Richieri, el especialista calificó como «muy bueno» el trabajo efectuado por los médicos forenses que realizaron la autopsia al cuerpo de la víctima. Junto al Tribunal y las partes el perito a pedido de Richieri observó fotos y videos con diferentes momentos de la necropsia al extinto gobernador en la que solicitó la opinión del profesional. El experto salteño negó diferentes observaciones realizadas por el letrado de Freydoz, referidas al lavado y secado de la herida de bala de Soria, que a criterio de la defensa pudieran haber eliminado rastros de un disparo a corta distancia.
Sobre la forma de la herida de bala que presentaba Soria, detalló que se trataba de un orificio de bala de forma estrellada, morfología que puede corresponder a un disparo efectuado por contacto o sea con el arma sobre la piel, o en situaciones de disparos a distancia que impactan en zona de piel con hueso, donde el hueso se rompe y genera el signo estrellado, la única diferencia es que el primer tipo de disparo genera tatuaje, ahumamiento y quemaduras y en el segundo caso no, justamente por lo cual el perito sostiene que se trató de un disparo «a distancia» porque no se hallaron residuos de disparo de armas de fuego, residuos o pólvora.
Ante la consulta de la defensa Heredia consideró en coincidencia con los médicos forenses que intervinieron en la autopsia de Soria, que «la causa de la muerte es por la herida cerebral» y remarcando en contra de una de las hipótesis de la defensa, que «la muerte no es por asfixia».
Perito balístico
El licenciado en Criminalística, Roberto Washington González, también del CIF de Salta, fue el segundo testimonio de la jornada y se centró principalmente en los resultados a la pericia balística a la que se sometió el arma utilizada para disparar contra Soria. Detalló que el revólver calibre 30 Smith & Wesson fue remitido a Salta, junto con el proyectil recuperado en la necropsia, la vaina y proyectiles similares, además de prendas de vestir y otros elementos que también fueron analizados.
Detalló que se efectuaron 30 disparos sobre papel y piel de cerdo con el arma, lo cual permitió determinar que a una distancia de 70 centímetros ya no dejaba residuos de disparo, lo que comparado con las pericias que hablaban de la ausencia de restos de residuos de disparo en la piel de la herida, hablaba que a no menos de esa distancia había sido efectuado el disparo. También refirió a la presencia de resultados positivos en las pericias que se le realizaron a Freydoz, en una de sus manos y en una manga, y que indicaban que la mujer había accionado un arma de fuego.
«El trabajo que hizo la policía (de Río Negro) fue bastante bueno en el sentido de que se documentó lo que normalmente tiene una escena del hecho, que se cumplieron pautas que normalmente se establecen en la parte de investigación criminal y lógicamente la planificación planimetrica fotográfica y luego el acta de inspección ocular. En cuanto a la autopsia, también está todo documentado», explicó el perito. Todos los datos se volcaron a un programa informático llamado Vista FX que realizó la reconstrucción, que ubica a Freydoz disparándole a Soria desde los pies de la cama.
Ante la consulta de Richieri el perito reconoció que ante distintas variantes que se podrían dar entre el modelo proyectado y lo que ocurrió realmente en el dormitorio matrimonial de Soria y Freydoz, arrojaría «otras variables». Respecto al disparo en sí, el experto, detalló que Freydoz usó el revólver en doble acción cuando se produjo el disparo contra Soria, es decir que sólo accionó la cola del disparador, sin haber amartillado el arma previamente.
Respecto a porque el proyectil no salió del cráneo de la víctima, el especialista consideró que pudo haberse debido al tipo de bala, de plomo, sin encamisado, que en su trayecto impacto con varios huesos, que la deformaron y le restaron velocidad, aunque también se podría haber debido a cuestiones vinculadas al estado y condiciones de la pólvora de ese cartucho en particular.
Perito de parte cuestionó estudios oficiales
El último testimonio delo juicio correspondió al perito de parte, médico forense y psiquiatra Delfín Delgado, convocado por la defensa dos días después de la muerte de Soria para seguir la investigación y las diferentes pericias que se iban realizando en torno al caso. En varios aspectos cuestionó la validez de las pericias y arrojó otras interpretaciones para diferentes cuestiones que establecieron los peritos oficiales.
En primer lugar apuntó a las tareas que se desarrollaron en la escena del crimen, el dormitorio matrimonial de la chacra, que según Delgado no se tomaron los recaudos para evitar contaminar la escena y perder algunos rastros como manchas de sangre en el lugar y en la propia arma que fueron alteradas y hasta eliminadas por el personal policial. Incluso, aseguró que no se realizó un hisopado en el interior del cañón del arma para determinar la existencia de sangre de Soria que contribuya a la teoría de la defensa de un disparo a corta distancia en el marco de un posible forcejeo.
El perito particular estableció que a su criterio Soria perdió entre 750 y 1.500 centímetros cúbicos de sangre desde el momento en que le dispararon hasta que lo trasladó la ambulancia, calificando además la hemorragia como «moderada», aunque a lo largo del juicio varios testigos refirieron una profusa hemorragia que brotaba del rostro del malherido Soria.
Sostuvo el perito de parte que las manchas de sangre que se perdieron por el supuesto mal trabajo policial «podrían haber aportado información espacial» de la escena del crimen. También apuntó a 118 manchas de sangre que detectó en 12 sectores diferentes del revólver calibre 38 que podrían abonar la versión del disparo a muy corta distancia. Del arma puntualmente refirió estaba «adulterada», que «tenía modificaciones en el pestillo» y que «se disparaba con una presión muy inferior a la descrita por los peritos».
El perito quiso también extenderse sobre diferentes cuestiones referidas al traslado del herido en la ambulancia y sobre la asistencia que le suministraron el médico y el enfermero que lo atendieron, al igual que hacer consideraciones sobre el desempeño de los médicos forenses que realizaron la autopsia, aunque a requerimiento de la fiscal Laura Pérez y tras deliberar por varios minutos, resolvieron que el testimonio del experto de parte se limite a su accionar como perito en las pericias en las que haya intervenido y participado, aclarándole además que «no puede dictaminar en las pericias en las que no haya participado».
Esta situación generó la protesta del abogado Richieri quien anticipó una reserva de casación por considerar que se vulneraba el derecho a completa defensa de su defendida y consideró «un exceso de formalismos» la decisión de los jueces de acotar el testimonio del doctor Delgado.
A diferencia del resto de los peritos que intervinieron Delgado manifestó ante el Tribunal que a su entender la herida que recibió Soria se trataba de un disparo a «boca de mina con punto de contacto firma» -es decir un disparo con la pistola apoyada sobre el rostro- y fundamentó su postura en una foto de la autopsia en la que se ven marcas de supuestas quemaduras por disparo con armas de fuego, que ninguno de los otros médicos que vieron el cuerpo in situ detectaron.
También se refirió a forma de la herida «estrellada», en la que contabilizó 17 fisuras laterales, y que a su entender se corresponde con un disparo «a boca de mina», contradiciendo otros informes que hablan de la ausencia de residuos de disparo de arma de fuego en la herida, y por su forma justamente la caracterizan como disparo a distancia sobre piel con hueso, que también deja una forma «estrellada».
Finalmente los jueces dieron por terminado su testimonio, aclarando que lo hacían dentro de los límites del derecho procesal. Posteriomente se confirmó que el miércoles 7 de noviembre será la fecha para los alegatos y que la sentencia se conocería en un plazo de ocho días hábiles, dando por terminada la última audiencia del juicio oral por el asesinato del gobernador Soria.