Conductor dinámico con gobierno estático ● ADN
Comenzamos a transitar el último bimestre del año. Tiempo de balances, de analizar las columnas del debe y el haber. También el tiempo de la reflexión sin trampas y engaños.
Restan menos de 60 días porque a fin de año el calendario encoge como confección de mala calidad. También llegan las vacaciones y se vive un clima de euforia y festejos, pero el gobierno debe seguir.
Esta es una administración que sufrió varias transformaciones desde el primer mes del año y cada cambio de ministros y funcionarios marcó un parate o un retroceso. Los que se van tardaron mucho en aprender y los que llegan necesitan tiempo para conocer de qué se trata.
“El inicio lo es todo” dice un proverbio griego y el inicio de la actual gestión del Frente para la Victoria fue traumático, poco se evaluaron las consecuencias de la muerte del gobernador Carlos Soria y el cambio de gobierno.
Miguel Pichetto sufrió un ataque de pánico escénico y se paralizó para impulsar una nueva elección en su momento y Alberto Weretilneck –conocido el trágico suceso- habló con Juan Manuel Abal Medina y se preparó para ejercer un cargo con el que muchas veces seguramente soñó, pero al que nunca pensó llegar.
A decir de Platón un “virtuoso”, o sea aquel “que menos se lamenta y afronta con mayor calma las catástrofes”. Los griegos sostenían que hay que evitar “visiones tenebrosas” ineptas para promover el “espíritu de lucha” y suprimir las “quejas y los lamentos”.
De esta manera cada uno marca su derrotero, el senador y su sector le tienden la mano derecha al gobernador para abrir el diálogo y juntarse y con la mano izquierda lo castigan a diario con declaraciones que a veces “asustan”.
A su vez Weretilneck enfrentó la tormenta, casi zozobra y empuja una maquinaria muy pesada que no logra movilizar. Hay un conductor dinámico frente a un gobierno estático.
Cuesta relacionar, por ejemplo, los cambios en el equipo oficial con claras políticas de Estado. Por ejemplo Roger García es mejor que José Guerra, o Sandro Chaina es la persona idónea para manejar la empresa Horizonte o César del Valle será mejor funcionario en Vialidad, que cuando se desempeñó en Obras Públicas y así podemos citar a cada uno de los cambios propuestos. Es una cuestión de hombres o de políticas.
Alberto Weretilneck siempre buscó legitimidad a su voluntarismo, legitimidad no constitucional, sino la legitimidad que tiene que surgir de la capacidad del sistema de engendrar y mantener la creencia de que las instituciones del Estado y quienes las conducen son las más apropiadas para la sociedad.
Noviembre y diciembre serán meses importantes. No habrá que esperar tanto para conocer si finalmente Alberto Weretilneck se afiliará al justicialismo o esperar el fallo final de la Justicia en el juicio a Susana Freydoz por la muerte de Carlos Soria. Cualquiera sea la resolución judicial habrá remezones internos, aunque se nieguen u oculten.
Nada será neutro, aún en la oposición radical que se pisa los juanetes para seguir sufriendo su propia existencia.
También fin de año define la orden vertical de apoyar a Miguel Pichetto, como candidato a senador por Río Negro, con una clara presencia del gobierno nacional que si bien puede ser una anécdota más en la volatibilidad de la política no deja de ser molesta en la interna del FpV.
La administración provincial tiene que dejar de compararse con el gobierno anterior, porque ese debate se definió en las urnas hace un año. Ahora debe demostrar que la ciudadanía no se equivocó.
Repetimos algo ya dicho. Crecer es quebrar círculos viciosos, vencer la propia impotencia y la medianía instalada en muchos ámbitos del Estado y el compromiso de crear las condiciones para que se desarrollen la imaginación, la producción y la equidad.
Nada de esto hizo la gestión radical anterior y perdió el gobierno. Se acuarteló en el personalismo, se aisló en la soberbia e instaló un internismo insensato.
Parece que nada aprendió. Se presentaron las listas para conducir el Comité Central en Río Negro, con sus delegados, y todo sigue igual.
Con mirada piadosa puede comprenderse la “vocación de servicio” de Pablo Verani hacia su partido o el “gesto” de Fernando Chironi para seguir plantado como la oposición interna, pero la candidatura de César Barbeito parece correr por otros andariveles que merece otra consideración. Quizás su impulsor, el ex gobernador Miguel Saiz, repitió el mismo capricho que con la candidatura a la gobernación en el 2011.
Se estima que la interna radical se planteará como captura del voto del afiliado a reivindicar una línea de oposición al gobierno nacional, andarivel que se supone que también transitará Barbeito, salvo que Saiz , siempre ligado al radicalismo K, lo lleve a buscar el voto kirchnerista en el redil radical.
Todo puede ser porque desde aquel beso de Carlos Menem al almirante Isacc Rojas, se rompieron en la política las barreras de lo imposible. En Río Negro también hay ejemplos similares.