Gallinger habló sobre la reforma y destacó el valor del consenso policial
Roca.- El jefe de Policía de Río Negro, Ariel Gallinger, expuso su perspectiva en el seminario “La Reforma Policial en Río Negro”, que se lleva a cabo en General Roca. Gallinger aseguró que la reforma requiere de cambios “no sólo en las prácticas policiales sino además en la voluntad política”.
Se llevó a cabo esta mañana la segunda parte del seminario “La Reforma Policial en Río Negro”, y el jefe de la Policía de Río Negro, Ariel Gallinger, formó parte del panel junto con Marcelo Saín, diputado de la Provincia de Buenos Aires y fundador de la Policía Aeroportuaria; Mariano Ciafardini, presidente del Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracias (ILSED) y director nacional de Estadística Judicial y Penitenciaria de la Nación y Enrique Font, de la Universidad Nacional de Rosario y ex secretario de Seguridad Ciudadana de Santa Fé.
En la oportunidad, expresó que el proceso de reforma “necesita nuevos mecanismos y herramientas que comienzan con una reformulación de la Ley Orgánica, pero que también necesita de la participación social y de nuevas políticas de seguridad”.
Al respecto, Gallinger remarcó que “es primordial el consenso policial, porque la reforma pretende básicamente dar respuestas a la actual necesidad interna de especialización y revalorización de los derechos de defensa de la Fuerza”.
Para el jefe de Policía, “la herramienta fundamental de estos cambios es la creación de agrupamientos y escalafones para organizar las distintas especialidades”.
Desde distintas perspectivas, los disertantes abordaron el proyecto de reforma en relación con espacios “multiagenciales” del Gobierno.
Los temas estuvieron relacionados con los principios generales de actuación policial, la conducción superior y operativa de la fuerza, y la gestión administrativa en los modelos de organización policial.
Ciafardini, por su parte, explicó que “un modelo policial plausible de reforma debe ser abordado desde tres ángulos: el político, el ángulo policial y el punto de vista social porque ello permitiría el abordaje de diversos aspectos de delito y de la inseguridad”.
La actual reforma policial –apuntó- “aspira a recomponer las bases del sistema de nuestra sociedad porque es una estrategia tripartita que comprende la voluntad política del gobierno, una estructura policial con diseño profesional y la incorporación de la ciudadanía a la participación activa”.
Saín, en este marco, sostuvo que es alta “la complejidad que implica poner en marcha la reforma porque requiere principalmente de un compromiso político”, y consideró esencial el armado de equipos técnicos, administrativos, la creación de una dirección orgánica de Inteligencia Criminal, Operaciones y Logística Policial, la asignación presupuestaria y la formación policial permanente”. Finalmente, concluyó en que el desafío de la reforma “es urgente, y que debe ser creado con conciencia autocrítica y evaluaciones permanentes”.
Finalmente, Font abordó la temática desde una perspectiva sociológica. En este sentido, coincidió en que la reforma “necesita cambios propuestos desde nuevas políticas de seguridad”, e insistió sobre “la asignación de presupuesto y la formación de expertos en gestión ciudadana de seguridad para tratar asuntos de prevención y de vulnerabilidad en sistema penal.