¿Para que sirve el ente de la Región Sur? ● Jorge Castañeda
A la luz del tiempo transcurrido desde la creación del Ente de Desarrollo de la Región Sur, creado por la Ley 2583 e incluído dentro de la Constitución Provincial a partir de la reforma del año 1987, con una duración mínima de 20 años, cabría preguntarse si los programas implementados por el mismo han cumplido con las expectativas de revertir una región postergada.
El mismo abarca un extenso territorio que equivale al 60% de la superficie de la provincia y está integrado por 8 municipalidades desde Valcheta hasta Pilcaniyeu y 28 Comisiones de Fomento.
Su directorio de 28 miembros está compuesto por los intendentes, un representante de cada Concejo Deliberante, 6 representantes de las Comisiones de Fomento, uno por cada departamento, 2 por el Poder Ejecutivo Provincial y 2 por el Poder Legislativo.
El Presidente del mismo es elegido por una terna por los directores y refrendado por el Gobernador de la provincia y tiene dos vicepresidentes y como se sabe su sede es la localidad de Maquinchao.
El objetivo general de su creación es “planificar y coordinar las acciones necesarias para la promoción integral, económica y social de la Región Sur de Río Negro, a los fines de equipararla con el resto de las regiones de la provincia, teniendo en cuenta la histórica condición de región marginal que tenía dicha zona”.
“Para cumplir con el objetivo general el Ente debe construir e implementar un programa integral de desarrollo para la región, que contemple los aspectos sociales, económicos y culturales. En ese sentido se han implementado una serie de programas productivos y de servicios, orientados a atender estos aspectos”.
Algunos de estos programas son: el ganadero –volcado generalmente a ovinos y caprinos-, de control y erradicación de sarna, forestal, turístico, cultural, comunicaciones y otros, ofreciendo una serie de servicios regionales como reparación de caminos, estudios hidrológicos, becas terciarias y universitarias y otros.
El actual legislador Rubén Lauriente expresó que “la otra historia del Ente de la Región Sur, previa a la legal de su creación y desencadenante de ésta y la más rica sin dudas, tiene que ver con el trabajo de la gente de la región que pugnaba por tener una herramienta que permitiera a esta zona, conocida como Línea Sur, salir de la condición de marginalidad histórica que había tenido hasta entonces, con problemas estructurales en su economía más importante que es la ganadería, la migración rural y urbana a centros con mayor población, comunicaciones deficitarias y otros problemas sociales”.
Sin embargo desde aquella iniciativa de la dirigencia que bregó por mucho tiempo por su concreción hasta el día de hoy mucha agua ha corrido bajo los puentes de la provincia y de la región.
¿Se ha cumplido los objetivos para los que fue creado? ¿Se ha permitido ser una herramienta para pensarse como región y revalorizarse como tal o es un mero apéndice del gobierno provincial, que por ejemplo siempre le ha retaceado el envío de los fondos que le corresponden? ¿Responde a las expectativas de los productores? ¿Los diferentes programas como la ley ovina, donde en un gran sector de su jurisdicción se ha terminado el ciclo de la lana por el empobrecimiento de las majadas, responde a las actuales expectativas productivas o es un gasto muy oneroso en remuneraciones de sus técnicos? ¿Tiene sentido tener un programa de arreglo de caminos vecinales y otro de becas, por ejemplo, cuando deberían ser atendidos por las respectivas áreas provinciales? ¿Acaso se ha transformado en un organismo netamente burocrático donde la mayor cantidad de dinero de su presupuesto se destina a sueldos y gastos de funcionamiento? ¿Se ha comenzado en forma concreta a diversificar la producción ganadera hacia nuevas actividades sustentables?
Una de las mayores responsabilidades de nuestros dirigentes debe ser estudiar todos estos particulares expuestos y considerar seriamente su reformulación. Porque al decir de Lauriente “una de las obligaciones que tenemos es tratar de que la Región Sur esté permanentemente en la mira de los gobernantes”, pero también “es necesario que se den las respuestas a las necesidades y problemas que desde la zona se plantean”.
Ha llegado la hora de asumir que temas tan serios que hacen al desarrollo y la vida misma de nuestra provincia y una vasta región, sean analizados fuera de toda política de partido y actualizarlos a la luz de un nuevo contexto que nos engloba, para que realmente cumplan los objetivos de transformación y desarrollo.
Jorge Castañeda
Escritor -Valcheta