Sobre los saqueos

Una trama cada vez más compleja de versiones y contradicciones sobrevuelan los hechos del 20 de diciembre en Bariloche. En en marco de las detenciones de los integrantes de la Cooperativa 1°de Mayo existe otro escenario en el cual se dirime la continuidad o no del Intendente Goye.

 

Supuestos que originalmente eran sólidos se diluyen, otros nuevos emergen como verdades absolutamente reveladas. La situación parece darle la razón al filósofo Nietzche: “no hay hechos, solo hay interpretaciones”. Podría decirse también que lo que existe es una utilización de los hechos, mediante la cual el poder político -en sus distintas versiones- , respaldado por el poder económico impone su discurso, impone su “verdad”.

Mientras el establishment barilochense festeja alborozado uno de los niveles más altos de ocupación turística de las últimas temporadas los más pobres e indigentes van colmando las ya superpobladas cárceles rionegrinas.

Los saqueos, que se intentan mostrar como ejemplo de perversión de una hipotética “condición humana”, sirven para ocultar que como trasfondo existe una feroz interna política en la cual cada una de las facciones intentan por sobre todas las cosas ocultar el núcleo del problema: el hambre.

¿Qué hay de las primeras versiones sobre la participación de las dirigencias de los gremios de comercio y gastronómicos en los saqueos, como parte de la interna justicialista? ¿Qué hay sobre las versiones sobre la coordinación nacional impulsada por Moyano o el radicalismo?

Parecería ser que quienes fueran imputados como autores de los hechos son participes necesarios hoy para cerrar un espúreo y corrupto acuerdo para definir la continuidad política en nuestra ciudad. Con todos ellos se pacta, se acuerda. La gobernabilidad y la permanencia del status quo que garantice la estructura jerárquica y extremadamente desigual de la sociedad barilochense es el objetivo central. Este es el punto en el cual todas las facciones tienen una mirada común. Ni los prontuarios delictivos de dirigentes sindicales ni las del propio intendente son obstáculos para “acordar”. La venta de votos en el Consejo Deliberante y los chantajes y extorsiones políticas exigiendo “recompensas” futuras es evidente que ya esta en marcha.

Mientras tanto los sucios, los desdentados, los innombrables, los desheredados de la tierra, aquellos que afean la postal de la Suiza Argentina son ocultados en los buzones de las que fueran consideradas parte de las más temerarias cárceles de nuestro país.

¿Por qué razón un supuesto chantaje y extorsión hacia los supermercados es señalado como de extrema gravedad cuando lo que esta en juego es sólo lo material e iguales conductas por parte de los partidos políticos e instituciones provinciales y nacionales son vistas como prácticas políticas naturalizadas cuando tienen que ver no sólo con lo material sino con el destino y la vida de miles de barilochenses y rionegrinos? Es una pregunta que tenemos que empezar a hacernos.

 

Angel Vainstein