Viagra y “atentados” ● Carlos Almenara
Luego de mostrarse favorables en un primer momento, la DAIA y la AMIA han asumido una actitud hostil al acuerdo con Irán para investigar el atentado de 1994.
La primera contrató como asesor a Luis Moreno Ocampo, ex funcionario judicial en Argentina, abogado del foro, conductor televisivo y recientemente, fiscal de la Corte Penal Internacional.
En tal carácter tuvo una participación destacada en múltiples conflictos en que alguna coalición internacional liderada por Estados Unidos quisiera invadir algún país subdesarrollado.
Es inolvidable su participación en la invasión a Libia.
¿Cómo funciona el sistema de hostigamiento a la soberanía de países pobres?
Aparecen informes de que se estaría cometiendo alguna atrocidad o de que se realizaría una actividad riesgosa para la población o para otras naciones. Tanto pueden ser las inexistentes “armas de destrucción masiva” que “justificaron” la invasión norteamericana a Irak como la violación a reglas democráticas revivificadas con repentino prurito por las potencias occidentales (prurito que no aplican por ejemplo con la nada democrática Arabia Saudita).
Estos informes sirven para que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, si hay acuerdo, o la OTAN si no lo hay, inicie sus acciones.
El Tribunal Penal Internacional es, paradójicamente, herramienta de legitimación de los ataques imperiales aunque Estados Unidos no acepte su competencia.
El rol de Moreno Ocampo fue clave. El fiscal acusa de crímenes contra la humanidad al líder del país que Estados Unidos (o Francia y Reino Unido en caso de Libia) quiere invadir.
El papel de Moreno fue impecable. No les falló ni una vez a los yanquis.
Es memorable su intervención contra Khadafi. Alegó que Khadafi había importado contenedores de viagra que se usarían para violar las mujeres de sus enemigos. http://www.youtube.com/watch?v=R_6wxqEXjDY
El perverso y ridículo informe del entonces fiscal de la Corte Penal Internacional nunca fue corroborado por ninguna otra fuente. Esa afirmación delirante sólo sirvió para que las fuerzas invasoras tuvieran “razones humanitarias” para matar libios.
No haré una descripción de los horrores cometidos por los “libertadores”. Sí recuerdo que falta aún información sobre dónde están las reservas internacionales de Libia que algunos cuantificaban en U$S 200.000 millones, reservas que las potencias internacionales decidieron “congelar” y hasta hoy no aparecen. El gobierno italiano en un acto de sincericidio dijo que ellos las devolverían por “cuotas”. ¿No es este caso una joya de la seguridad jurídica internacional?
La cancha inclinada del derecho internacional tiene en letrados como Moreno Ocampo más que abogados, agentes de las potencias dominantes.
En un caso como la investigación del atentado a la AMIA es fácil ver a qué viene el ex fiscal. A operar los intereses de política internacional de Estados Unidos e Israel.
Es lo mismo que está haciendo Guillermo Borger, presidente de AMIA, cuando asusta con nuevos atentados. Estamos esperando aún que sea citado a aclarar sus dichos por la justicia.
La Cancillería argentina, consistente con los valores de memoria, verdad y justicia que rigen nuestra política interna, pero también con el respeto a los pueblos y con dignidad para no subsumir la política internacional bajo prepotencias ajenas, ha encontrado un camino posible. Posible no quiere decir exento de asechanzas.
Carlos Almenara
Publicado originalmente en Rebelión