Juntos a la par ● Mariano Ferrari
Juntos nos es lo mismo que unidos.
La vieja premisa popular parece ser el estado del Frente para la Victoria.
Bariloche dejó una enseñanza en el oficialismo: juntos se pueden logar cosas, separados, nada. Pero también quedó claro que las distintas vertientes que lo componen son independientes entre sí. Por lo tanto, se va conformando la idea de ir juntos a la par.
La renovada alianza entre el gobernador Alberto Weretilneck y el senador Miguel Pichetto disminuye el poder de Martín Soria en la coalición de gobierno.
Su sector perdió al último soldado fiel dentro del gabinete: Nicolás Rochás fue desplazado de la Secretaría Legal y Técnica. Allí recalará María Dolores Cardell, una abogada con larga trayectoria en el municipio de Cipolletti.
Weretilneck requería para ése área una persona idónea, afín y ejecutiva. Las críticas a Rochás sobre su forma de conducir el organismo, el trato con sus empleados, el freno que aplicó a contratos, el cuestionamiento a colegas del gabinete y las filtraciones de información al municipio de Roca, determinaron su salida.
A pesar de ello, el sorismo mantiene su cuota de poder en los organismos de control, en Canal 10 y en un puñado de funcionarios de menor jerarquía que conforman –junto a militantes y dirigentes- el espacio que propone al Intendente como candidato al sillón de Belgrano y Laprida en 2015.
Incluso, Soria tiene en sus planes y como estrategia política futura, poder tallar en la conformación judicial, promocionando a la Cámara Penal viedmense a la fiscal Daniela Zágari e intentar incorporar al Superior Tribunal de Justicia a Liliana Piccinini, actual Procuradora General.
Ese esquema no es incompatible –a priori- con los planes del Gobierno ni con los del senador Pichetto.
Lo que resta definir es, en qué esquema: una Corte de tres miembros o de cinco.
Para dilucidarlo, hay que seguir de cerca los acuerdos legislativos. Pedro Pesatti esbozó el domingo pasado la idea de unificar criterios con el bloque disidente Eva Perón. El miércoles hubo un encuentro que convocó a Weretilneck, al presidente de la Legislatura Carlos Peralta, y a los legisladores Pesatti, Ariel Rivero y Alejandro Marinao. La idea era acercar posiciones. El acuerdo: sumar votos en los proyectos que al gobierno le sirvan para desarrollar su programa de gestión, pero sin unificar la bancada.
Un avance, dentro del pesimista panorama previo.
Ahora, Pesatti deberá redoblar esfuerzos y lograr consensos proyecto a proyecto. Un reflejo del estado endeble de alianzas.
La dinámica del oficialismo en el Parlamento se traduce a otros ámbitos. Pichetto y Weretilneck se muestran juntos o separados de acuerdo a la ocasión. Ninguno quiere perder los centímetros ganados en la intensa disputa del año pasado. El Senador ofrece sus legisladores pero con soberanía política (¿e independencia económica?). Anuncia obras con Weretilneck en Viedma, pero lanza un programa de mejoramiento barrial para San Antonio junto al intendente Javier Iud desde su despacho del Senado, dando señales de mantener intactos los deseos de ser candidato a gobernador en 2015. Algo, que comenzarán a vociferar cada vez más fuerte sus seguidores. Fundamentalmente, después de octubre.
El Gobernador responde y se fortalece en su despacho. Por allí desfilan intendentes, diputados, gremios y organizaciones intermedias que tienen territorialidad, algo que en el Obelisco no se consigue.
Weretilneck recorre los andariveles donde se siente seguro: camina la provincia y potencia el contacto con la gente. Utiliza las redes sociales y se despega del típico estereotipo político.
Sabe, porque así lo marcan encuestas y sensaciones propias, que su imagen sube. Entiende que no hay conflictos sociales, cortes de rutas duros, ni reclamos violentos en acción. Fuera de Viedma recoge una impresión (mejor) de su gestión, diferente a la que se moldea en la arena política capitalina. Pero no descuida ese frente.
Aunque no lo transmita, le preocupan los desaciertos de áreas claves, las rencillas internas, la falta de compromiso de muchos de sus funcionarios -que sienten que sus cargos están atados en otros despachos, fuera de Viedma-, y el funcionamiento de los organismos de control.
“Lo que ocurre en los mármoles del palacio repercute en el pueblo”. Una muestra de ello fue el resultado de la elección municipal en Viedma.
Pero el problema sigue siendo la solución: le cuesta renovar cargos por falta de cuadros propios. El peronismo aporta poco. Esa razón hay que buscarla más en la falta, que en la negación, porque los salarios son tentadores y ponen a prueba casi todas las lealtades. Un caso es el Jefe de la Policía: de Gallinger a Gatti, dos dirigentes que no fueron parte del proyecto inicial.
Otro caso que preocupa a Weretilneck es el de Horizonte. Las peleas intestinas entre el presidente Sandro Chaina y el gerente general Nelson Cides, llevaron al gobernador a determinar la casi segura salida de ambos. Quiénes los reemplazarán es la gran incógnita dentro y fuera de la compañía de seguros rionegrina.
El gobernador mira al Tribunal de Cuentas y sabe que debe terminar de conformarse. La renuncia de Mario Sabbatella impone un reemplazo. El oficialismo no descarta la idea de sumar un hombre o una mujer de la oposición. Un viejo reclamo a las gestiones radicales.
En Viedma, cada acción gubernamental se transforma en un vendaval. Y sobrevienen críticas propias y ajenas por la inacción de algunas áreas.
El corrimiento de la barrera sanitaria (definido en Buenos Aires) elevó el precio de la carne. Como única reacción el Gobierno ofreció un control de precios. Al momento, no hay programas de fomento a la producción para generar hacienda en pie en la región y evitar la importación de otras regiones de la Argentina. Nada se avanzó tampoco en lo que se ha denominado “la ampliación de la fronteras productivas” que pone a sectores patagónicos de valles irrigados a producir maíz, trigo y soja. Ese impulso bajaría costos de producción y, por lo tanto, los costos de la carne. Además generaría puestos directos e indirectos de trabajo.
Continúa la indefinición ideológica, fundamentalmente en materia económica.
Sin embargo, se frenó el proyecto de privatizar las juntas médicas. Una señal.
Pero quizás su máxima obsesión en las últimas horas ha sido el estado de salud de Susana Freydoz. El gobierno ha comunicado cada ocho horas sus partes médicos, dándole un tratamiento de Estado. Incluso pomocionó desde la Subsecretaría de Medios, un informe de diciembre de 2012 del Hospital de Cipolletti a la Cámara Penal de Roca donde ya se recomendaba su traslado.
La viuda del ex gobernador Carlos Soria está a resguardo del Estado (como tantas otras personas) y su integridad física depende de él.
En este esquema, Martín Soria y Miguel Pichetto tienen esperanzas de ser candidatos a suceder a Weretilneck en 2015, pero el Gobernador trabaja para bajar esas expectativas y lograr un apoyo a su reelección.
Hay pasos previos importantes: La decisión de quién será el nuevo intendente de Bariloche; las elecciones nacionales y municipales de octubre; la consolidación de un equipo de gobierno; una identidad de gestión; y una impronta política propia.
Todos tienen fortalezas y debilidades. Pero la delantera –según indican los manuales- siempre la lleva quien detenta el Poder Ejecutivo.
Una vez, Marcial Biagetti, columnista del diario Noticias de la Costa y alter ergo del ex gobernador Horacio Masaccessi, escribió un perfecto decálogo de por qué los gobiernos se reeligen y es casi imposible que sus líderes pierdan el poder desde adentro, desde la interna, que lo desbanquen sus propios aliados.
Una buena relectura para estos tiempos.
Durante la semana que comienza se definen 22 cargos en el Poder Judicial, entre los que figuran jueces y fiscales para completar algunas vacantes. Aún restan más.
Se pone a prueba el Consejo de la Magistratura, institución cuestionada por el gobierno nacional, y centro medular de la reforma judicial impulsada por Cristina Fernández de Kirchner esta semana.
En Río Negro, el proceso de democratización judicial recién comienza su debate, y ya tiene detractores.
El “avance” del kirchnerismo sobre la justicia, la inflación, el cepo al dólar, el totalitarismo, la chavetización de la argentina, la “opresión” a la oposición y la falta de libertad de expresión (entre otros tópicos) se expondrán por parte de la oposición como argumentación para captar votos en las elecciones nacionales de octubre.
En cambio, el Frente para la Victoria deberá exponer una férrea defensa del modelo nacional que lidera la Presidenta.
Otro punto en el que pareciera que el oficialismo no logra unidad.
Por ahora, juntos a la par.
Por Mariano Ferrari
@tatoferrari