El realismo mágico y la libertad de prensa ● Herman Avoscan
La serie Los Simpsons lleva 24 temporadas consecutivas en el aire gracias a la capacidad de sus guionistas para retratar a personajes típicos de la sociedad norteamericana. Su mirada descarnada les permite mostrar las tribulaciones y grandezas, pero también los miedos profundos, las aversiones y los prejuicios del estadounidense medio.
En uno de esos capítulos, Homero está feliz por el éxito que tuvo la Patrulla “Anti-Osos” creada por el alcalde Diamante, jefe de la plácida comunidad de Springfield. Lo que la pequeña Lisa quería hacerle ver a su padre es que esa eficiencia no se debía tanto a la patrulla en sí, sino a que nunca hubo osos en la ciudad.
En Buenos Aires, el alcalde Mauricio Macri también podrá vanagloriarse del éxito de su DNU: de hecho, la libertad de prensa está más vigente que nunca. No hay restricciones, los diarios circulan con la regularidad que necesitan, la TV sigue con su programación cotidiana, las radios hacen lo suyo. Es más: los periodistas pueden decir lo que quieren sin temer por su seguridad personal. Que es lo que razonablemente uno puede esperar en cualquier país libre, pero que no siempre pasa: 209 periodistas fueron asesinados en América Latina y el Caribe en los últimos cinco años. De ese total, 89 ocurrieron en México; 23 en la frontera brasileño-paraguaya; 32 en la Honduras posterior al golpe de Estado de 2008; 23 en Colombia… Todo esto, sin contar con las desapariciones forzadas, las golpizas ni los atentados contra los locales. (Fuente: Federación Latinoamericana de Prensa).
En Buenos Aires nada de esto ocurre, por lo que el Decreto de Necesidad y Urgencia dictado por el gobierno de la ciudad debe estar funcionando a la perfección… Pero no confundamos. Mauricio Macri no se parece en nada a ese ciudadano confundido y atemorizado que es Homero Simpson; Mauricio Macri es el Alcalde Diamante.
Y así como el Alcalde Diamante tiene otras intenciones con su Patrulla Anti-Osos, a su paródico imitador porteño también lo guían otros intereses. Porque a poco de avanzar en la lectura del pretencioso Anexo 1 (Defensa de la Libertad de Expresión en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), notamos que abandona su espíritu declarativo (donde reitera garantías constitucionales), y se introduce en la confección de un escudo protector para los bienes de La Nación, Clarín y Cablevisión, estableciendo que no hay ley de la Nación que pueda estar sobre un Decreto de Necesidad y Urgencia de la ciudad. Y que no hay deuda tributaria y/o fiscal que deban pagar si con ello “se pone en riesgo la posibilidad de continuar sus publicaciones”.
Ergo: que La Nación puede seguir evadiendo impuestos tranquilamente, que los integrantes de estos medios pueden desarrollar maniobras contra el fisco usando facturas truchas, que la ley de medios nunca podrá alcanzar al grupo Clarín por más que la Corte ratifique la constitucionalidad. Macri crea un fuero especial para los medios que le dan sustento, argumentando la lógica de la libertad de prensa pero garantizando el más crudo negocio económico para las empresas monopólicas. He allí las oscuras motivaciones del Alcalde Diamante. Perdón: del jefe de gobierno Mauricio Macri.
Herman Avoscan
Diputado Nacional (FPV)
Vicepresidente Comisión de Comunicaciones
Título original: El realismo mágico y la libertad de prensa:
Lisa Simpson, el alcalde Diamante
y su descuidado imitador argentino