La hora de la política ● Mariano Ferrari
El calendario impone tiempos electorales. Los partidos políticos ponen en movimiento sus engranajes y afinan estrategias para afrontar los próximos comicios nacionales, que tendrán una repercusión doméstica importante.
Es por ello que el Frente para la Victoria rionegrino cerró filas y selló su acuerdo interno. Se mostró cohesionado y ponderando a sus máximos exponentes, fundamentalmente al gobernador.
El FAP anunció, tal como estaba previsto, la candidatura a senadora de Magdalena Odarda y se entusiasma con repetir la performance electoral de 2009, e incluso mejorarla. El Socialismo, ARI, Libres del Sur, Proyecto Sur y sus aliados expresan una opción claramente antikirchnerista y esperan poder captar electoralmente al sector que ha demostrado su oposición al gobierno nacional el #18A. Y a partir de octubre, intentarán conformar una estructura que les permita sumar concejales, intendentes y legisladores, y así transformarse en la tercera fuerza política provincial.
El radicalismo mantiene las postulaciones de los ex gobernadores Horacio Massaccesi y Miguel Saiz, y sumó la del ex intendente de Viedma, Fernando Chironi. Uno de ellos se convertirá en el candidato oficial el 11 de agosto, cuando se realicen las elecciones abiertas y simultáneas.
Ese proceso será monitoreado atentamente por el FpV y el FAP. Ambas coaliciones podrían sumar o restar votos de acuerdo a quién sea el representante de la UCR. Chironi y Massaccesi expresan una opción más clara de rechazo a las políticas de la Casa Rosada, y disputarán votos con el FAP. En cambio Saiz es un hombre más afín a un acuerdo posterior con Cristina Fernández de Kirchner, y podría restarle votos al FpV.
En el oficialismo todo indica que Miguel Pichetto irá por la renovación de su banca en el Senado, y que Oscar Albrieu hará lo propio con su espacio en Diputados. Silvia Horne (Movimiento Evita) aparece como la postulante con más ventajas para acompañar a Pichetto en la lista, aunque no se descarta a la barilochense María Eugenia Martini.
También es cierto que esto aparece en el horizonte de los acuerdos internos, y poco aún se sabe de la bendición nacional. El FpV local quiere armar una grilla que no corra riesgos de vetos presidenciales. Es por ello que el Frente fue suscripto por el PJ, FG, MPP y Kolina que ya tiene reconocimiento de partido nacional. Además, cuenta con las adhesiones de los partidos provinciales Redes, MAP y Foro Rionegrino.
Sobresalen dos de las tres corrientes K más simbólicas: Kolina y el Movimiento Evita. ¿Y La Cámpora?. Si bien es una agrupación peronista como el ME, que podría sentirse representada por la orgánica partidaria, es un sector con suficiente autonomía política como para tener su propia candidatura. El viernes, en la presentación del Frente oficialista, no hubo ningún representante del espacio que lidera Máximo Kirchner. Incluso se especuló en las últimas horas con la postulación a diputado nacional del legislador Martín Doñate, presidente de La Cámpora rionegrina.
También se rumoreó sobre el malestar camporista porque el partido justicialista fue el único actor político rionegrino que no condenó públicamente el ataque incendiario que sufriera uno de sus locales en Viedma.
Como se ve, la política comienza a moverse. Y este efecto se prolonga al espectro institucional y sindical.
En el seno del oficialismo, un grupo de dirigentes provenientes del Frente Grande arman el núcleo duro del wereltinecktismo. La idea es fortalecer la gestión del gobernador transformarse en un entorno político que garantice gobernabilidad y gestión, desplazando al peronismo del círculo más íntimo del mandatario.
El FG sueña con gobernar Bariloche de la mano del arquitecto Carlos Valeri. Si así fuera, gobernarían –junto a Cipolletti- dos de las cuatro ciudades más importantes de la provincia. Tienen seis legisladores dispersos entre los bloques del oficialismo y la oposición. Dos ministerios y varios espacios en el Ejecutivo.
Ante este panorama dos ministros también piensan en reforzar su anclaje político: Ernesto Paillalef y Fernando Vaca Narvaja imaginan un espacio político en conjunto. Advierten que el PJ y el FG tienen sus propios cimientos, y que en el esquema del gabinete el FpV son el sector más débil. Y no se darán por vencidos.
Uno de los sindicatos más importantes de Río Negro tiene internas este año. Los docentes tendrán que determinar si la Unter sigue en manos del tándem Molina-Mango o vuelve a tener una conducción del espacio que lidera Marcelo Nervi.
El Ministerio de Educación juega en esa interna y le otorgó a Molina el anuncio oficial del acuerdo paritario con el gobierno, con aumento salarial incluido.
La Azul Arancibia contraataca y se plantó en la calle la semana pasada oponiéndose al sistema de horas libres cero, por entender que la medida encubre una flexibilización laboral y precariza el trabajo docente.
Pero donde la política también se coló con fuerza es en el Poder Judicial.
Enrique Mansilla, presidente del Superior Tribunal, sorprendió en el auditórium de Viedma cuando comenzó su discurso con un: “buenos días a todos y a todas”.
La referencia ineludible a la muletilla presidencial se hizo notar un ambiente hostil para el gobierno nacional, fundamentalmente después de los proyectos para reformar y democratizar ese Poder.
Pero Mansilla no solo avanzó desde lo simbólico, también dijo que el debate es importante para determinar qué justicia quiere la sociedad, y alentó cambios en el Consejo de la Magistratura.
Todo ello ocurría cuando funcionarios y magistrados de la capital asumían funciones. Y a poco que la Legislatura aprobara por mayoría abrumadora la ampliación de miembros del STJ rionegrino.
El Parlamento también mostró su movimiento político. El bloque oficialista que se presentaba dividido suma coincidencias a partir del renovado acuerdo entre Pichetto y Weretilneck que, a medida que pasan los días parece que no caducará en octubre.
Un comentario a parte y análisis extenso merecerían los movimientos políticos subterráneos en la Legislatura: el trabajo en comisiones, los acuerdos internos en los bloques, la actividad de la labor parlamentaria, los acuerdos rotos y las negociaciones de último momento.
Llegó la hora de la política. Enhorabuena.
Por Mariano Ferrari
@tatoferrari