Camino a octubre y al más allá ● ADN
Contundente fue el triunfo del FpV en las PASO de Río Negro, aventajando por más de 60.000 votos a la UCR, a pesar que la lectura fría de los números -pasada la euforia del domingo de las elecciones- posibilite varias interpretaciones. Por ejemplo desdice aquella frase de Pichetto: “ganamos en toda la provincia”. No fue así.
El radicalismo ganó en Viedma, Los Menucos, Maquinchao, Jacobacci, Comallo, Pomona, Chimpay, Huergo, Mencué y en varios parajes.
De todos modos en la capital provincial, José Luis Foulkes y sus funcionarios junto con la UCR local deberían poner las barbas en remojo, porque el peronismo redujo las diferencias favorables al radicalismo desde las elecciones del 2011 de manera notoria y llegó ahora a un virtual empate. Se derrumba lentamente otra certeza: Viedma es radical.
De aquí en más todos los caminos conducen al 27 octubre. Ese día se juega por el título y del resultado final depende el más allá, el futuro de muchos dirigentes políticos e incluso de partidos y la culminación de etapas cumplidas.
¿Dónde están las expectativas? El FpV buscará superar los 142 mil votos y ampliar la diferencia con la UCR, quien a su vez tiene por delante el desafío de achicar los casi 60 mil votos que lo separan del justicialismo. La incógnita está en el Frente Amplio Progresista, que hizo una importante elección el domingo pasado y buscará romper con el bipartidismo para llevar a Magdalena Odarda al Congreso con una posición claramente anti kirchnerista.
Pichetto fue el claro ganador. El presidente de la bancada de senadores del FpV y presidente del partido justicialista de Río Negro, ganó en el conjunto de las provincias patagónicas y sacó el 43 por ciento de los votos. Bien Cristina Fernández podría citarlo como ejemplo antes de mencionar el triunfo en la Antártida o de la comunidad Qom.
¿El triunfo del Frente para la Victoria fue un aval al gobierno de Weretilneck, a la gestión de Pichetto para conseguir obras y aportes nacionales en Río Negro o al kirchnerismo en general? quizás todo sea un combo, pero cabe recordar que el gobernador para no perder el tren del triunfo había declarado durante la campaña que en las elecciones se plebiscitaba todo, incluidos los gobiernos municipales
Hay quienes también analizan que Miguel Saiz, ganador de la interna radical, es un opositor cercano al gobierno nacional y favorece al proyecto kirchnerista.
El resultado electoral en Río Negro deriva en una pregunta obligada ¿qué hará Pichetto con el 43 por ciento de los votos rionegrinos?, bien podría pensar en una eventual candidatura a gobernador al 2015; sumar dirigentes de su confianza al gabinete rionegrino –como el caso de su hijo Juan Manuel- y cogobernar en la provincia o seguir apoyando desde la Capital Federal, ya sea en el senado o dentro del gabinete nacional.
A su vez muchos en el justicialismo de Río Negro argumentan que una bala calibre 38 dejó al peronismo sin gobernador, en la primer madrugada de enero de 2012, y ahora el PJ merece tener para el 2015 un gobernador “del palo” después de batallar por más de 30 años.
Este argumento le da sustento a las pretensiones de Martín Soria, quien además ostenta poderío territorial y porta apellido con argumento de revancha.
Tiene el aval del diario del alto valle y maneja la liga de intendentes, pero exageró sobre los porcentajes de votos en General Roca – que triunfó con u 43,5 por ciento – y fueron apresuradas sus declaraciones atribuyéndose la mayor ventaja electoral de la provincia. Eso tampoco fue así. En San Antonio Oeste el FpV ganó con el 52%, Contralmirante Cordero, 65.9%, Campo Grande, 65.4% y Lamarque 49.5%. También hay que decir que Soria perdió cerca de 20 puntos respecto de la elección municipal del 2011.
Pero Martín piensa que es su tiempo. No duda en despegarse del gobernador Alberto Weretilneck y del senador Miguel Pichetto, a quienes no menciona nunca en público y se esperanza en su propio destino. Hace de General Roca un ghetto, maneja discretamente algunas “cajas” provinciales y presiona al gobernador desde la liga de intendentes
Tendría que observar un poco la historia política provincial, nacional e internacional sobre la suerte corrida por los “herederos” con portación de apellido.
Pero es innegable que hay un escenario afianzado y vigente que está dado por la alianza del gobernador con el senador nacional, que podría llevar a repetir la dupla Weretilneck-Peralta para el 2015, en una demostración de poder que podría echar por tierra las pretensiones del intendente roquense.
Hoy las relaciones entre Alberto Weretilneck y Miguel Pichetto pasan por su mejor momento, una alianza que cuenta con el aval de Carlos Peralta.
Weretilneck también puede reclamar repetir su gobierno, bajo el argumento que ante los trágicos sucesos de comienzos del año pasado, puso el pecho y se hizo cargo de la responsabilidad de llevar el gobierno adelante.
Cualquier especulación está condicionada por los resultados electorales del 27 de octubre. Es tradicional en el peronismo que cuando declina su gobierno se busca refugio en el Partido Justicialista y esta fue la actitud de muchos dirigentes nacionales y provinciales que ante la eventual caída del kirchnerismo revalorizan el pejotismo y dejan rengo al gobierno. Hay ejemplos en Chubut, Santa Cruz, Córdoba, Sal Luis y la provincia de Buenos Aires, entre otras. Así surgen luego los posibles candidatos, como ahora se presenta Sergio Massa.
El destino del FpV y del PJ sin duda obliga a repensar la estrategia oficialista en Río Negro, pero además revalorizar al justicialismo en desmedro de la coalición gobernante que igual seguirá siendo necesaria. Esto obligará a Weretilneck, otra vez, a plantear su afiliación al PJ o seguir con el análisis de una primaria al interior del Frente oficialista.
En el radicalismo las cosas están peores. Entre tres candidatos, de los cuales dos fueron gobernadores y el restante legislador provincial, legislador nacional y ministro provincial consiguieron sólo el 25 por ciento de la adhesión de los rionegrinos. Los votantes volvieron a castigar a la UCR y la dejaron con muy poca chance de recuperación, porque la oferta de los candidatos está lejana a toda posibilidad de renovación e incluso al temor de repetir viejos errores que se reciclan en la memoria de los ciudadanos.
¿Podrá Miguel Saiz retener los más de 83.000 votos obtenidos el domingo pasado? Pocos, por no decir nadie, apuestan a esta chance, incluso los propios candidatos.
Ganó la interna Miguel Saiz, con el 40 por ciento de los votos, y ahora tiene la necesidad de mejorar esa performance, con dos puntos clave: la unidad del radicalismo y encontrar el nicho electoral donde sumar esos votos que el domingo anterior le fueron mezquinos.
En cuanto a la unidad su convocatoria deja mucho que desear ya que sólo se limitó a señalar que en el pierde tiene responsabilidades y acompaña al ganador. Retórica con poco y nada que ofrecer.
En cuanto a generar nuevas adhesiones Miguel Saiz tendrá que descartar los votos que fueron al FpV y sólo le queda hurgar en el Partido Provincial Rionegrino y el Partido Obrero que juntos sumaron 39.000 votos. Casi imposible.
Los otros votos, más de 56.000, están en el Frente Progresista, de Magdalena Odarda, una fuerza política que lejos está de prestarle votos al radicalismo, sino que por el contrario se presenta como una alternativa real frente al gobierno provincial y nacional y eventualmente podría sumar votos radicales y alzarse con una banca en la cámara alta del Congreso Nacional.
Sucede que hay espacios comunes con entidad propia, a saber: quien vota al kirchnerismo tiene candidatos genuinos en el FpV, mientras que el voto opositor está mas claro en el FP, el PPR y el PO, que en el ex gobernador de la UCR que fue aliando del gobierno nacional.
El radicalismo sufre el síndrome de la derrota del 2011, persiste en candidaturas perimidas, sin oferta electoral creíble y pocos reductos propios. Hoy, pese a que aumentó los votos respecto al 2011, es un partido al que le resulta difícil contener ese caudal cercano al 25 por ciento de los votos.
Por otra parte la última convención radical rionegrina descartó implementar políticas de alianzas electorales, una torpeza mayúscula cuando en todas las provincias y el país la UCR busca aliados y formaliza alianzas con sectores afines a efectos de romper la hegemonía kirchnerista. Contradijo su propia historia ya que a partir de ’90 concertó siempre con otros partidos políticos, como el MID, PPR, DC y otros logrando importantes triunfos electorales.
La Unión Cívica Radical de Río Negro perdió en el 2011 el gobierno provincial, luego de 28 años ininterrumpidos de administrar el Estado provincial, ahora deberá hacer un esfuerzo electoral para no perder su representación en el Congreso Nacional.