Vaca muerta, cordero atado ● Florencia Yanniello
El polémico convenio entre YPF y la multinacional petrolera Chevron sigue siendo cuestionado desde diversos sectores. Ya se habían manifestado numerosas organizaciones en las afueras del edificio de YPF en Buenos Aires, el día que se firmó el acuerdo, mientras que en Vaca Muerta comunidades mapuches tomaron cuatro pozos en protesta. Desde la Confederación Mapuche de Neuquén nos cuentan la situación actual tras la firma del acuerdo. “Cambiar petróleo por vida humana no es algo que podemos admitir”, denuncian.
El área de Vaca Muerta, que ha sido pensada como zona de reserva de yacimientos petroleros y gasíferos, está a 100 kilómetros de la ciudad de Neuquén, a la vera del Río Neuquén y atravesada por dos lagos: el Mari Menuco y Los barreales. Se trata de una zona que se viene explotando hace más de 40 años y que está emplazada sobre el territorio de las comunidades mapuche Kaxipayiñ y Paynemil, que han denunciado sistemáticamente casos de contaminación y de altos índices de enfermedades oncológicas, el fuerte impacto en las economías regionales y en la ocupación territorial.
Luego de la firma del polémico convenio entre YPF, el Gobierno Nacional y la petrolera multinacional Chevron -condenada por la Justicia ecuatoriana por el derrame de 103 millones de litros de petróleo, que contaminaron ríos y alrededor de dos millones de hectáreas en las cuales estaban emplazadas comunidades indígenas-, se pretende avanzar en la explotación del yacimiento de Vaca Muerta mediante la cuestionada técnica de fractura hidráulica o fracking, prohibida en numerosos países por los daños ambientales que ha generado.
“La situación en Vaca Muerta es de una preocupación igual al momento previo al anuncio del convenio, porque se trata de un territorio amenazado con Chevron o sin Chevron. Hoy está trabajando YPF y múltiples contratistas en territorio mapuche, destrozando los campos de uso económico de la comunidad, sin ningún tipo de consulta previa ni participación de las comunidades”, señala Jorge Nahuel, representante de la Confederación Mapuche de Neuquén.
Nahuel señala que cuando se anunció la firma del convenio con Chevron, “la alarma fue más dramática, porque sabemos lo que implica esta multinacional criminal y lo que ha dejado a su paso en otras regiones. A partir de eso es que nos comenzamos a organizar y a plantear el alerta”.
El representante de la Confederación Mapuche, denuncia que se trata de un pacto “que se firmó totalmente a espaldas de la población, respondiendo a una necesidad preelectoral que tiene el gobierno y a negociados económicos, en donde el impacto mayor va a ser sobre el pueblo mapuche”.
En relación a la ocupación simbólica de los pozos petroleros, Nahuel explica: “La acción de parar cuatro pozos de perforación respondió a la decisión de generar un acto de resistencia pacífica en nuestro territorio y llamar la atención del mundo sobre algo que se está haciendo a nuestras espaldas que pone en riesgo de muerte la vida física y cultural del pueblo Mapuche”.
Además, agrega que la toma fue simbólica y por ese motivo ya fue levantada. “Ahora estamos revisando y analizando las medidas que vamos a realizar para no dejar ingresar a Chevron y no permitir que se aplique la fractura hidráulica en territorio comunitario. Nos parece que cambiar petróleo por vida humana no es algo que podemos admitir”, concluye.
El acuerdo con Chevron y las comunidades mapuches
Vaca muerta, cordero atado
Florencia Yanniello
Tinta Verde