Massa y Scioli: dos visitas que no serán neutras ● ADN
El justicialismo rionegrino mira al futuro en dos etapas. Primero superar las elecciones nacionales del 27 de octubre con la mayor diferencia de votos posibles sobre sus rivales y en segundo término comenzar el armado de la estrategia hacia el 2015, con los resultados de las urnas a la vista.
En cuanto al primer paso, el FpV sabe que las próximas elecciones serán un trámite y todo el esfuerzo está destinado a sumar un mayor porcentaje de votos que al obtenido en las PASO. No tendrá problemas porque además no son pocos los pronósticos que vaticinan una magra performance del radicalismo a favor del Frente Progresista de Magdalena Odarda, incluso el oficialismo espera ganar bien en Viedma, algo impensado algunos meses atrás.
Por supuesto que el gobierno ha puesto sus reales en la capital rionegrina y los viedmenses ya están acostumbrados a que cada vez más seguido se anuncien obras importantes, incluida la costa atlántica.
El operativo “enamoramiento” a Viedma tendrá como hito importante la fiesta que el gobierno está organizando para el 20 de octubre “Día de la Capitalidad”, en el autódromo local, con la presencia de figuras nacionales y múltiples actividades culturales y recreativas.
La idea es hacer de este festejo un acontecimiento que año tras año reúna a todos los rionegrinas y ocupe un lugar destacado en el calendario de las fiestas provinciales.
La gestión Foulkes, un poco deslucida, acompaña con beneplácito los aportes nacionales y provinciales, en el entendimiento que esta relación beneficia a la ciudad y sus habitantes.
Podría decirse entonces que el tema electoral no es lo que más preocupa al FpV, sino el día después. Fundamentalmente poder medir el futuro en relación a la debilidad en que podría quedar el gobierno nacional y el ascenso de otras figuras en el firmamento político, como es el caso del actual intendente de Tigre Sergio Massa.
En el gobierno no se descartan conversaciones con el denominado “massismo” pero debe esperar ya que cualquier sospecha en la Casa Rosada sería un dolor de cabeza.
Sergio Massa llega el martes a Carmen de Patagones y se especula con alguna línea reservada de contacto. A la inversa, cuando también llegue a la ciudad maragata el gobernador bonaerense Daniel Scioli, no sólo en su calidad de mandatario sino como futuro sucesor del entramado nacional kirchneristas, habrá presencias institucionales y políticas del Frente para la Victoria, pero además se organizó un encuentro en Viedma, en el Centro Cultural.
Sin embargo, el intendente de General Roca, Martín Soria, tiene menos compromisos y más libertad para forjar sus alianzas con miras a la gobernación rionegrina para el 2015. Por esto ya inició contactos con Sergio Massa, un hombre que proviene de la cuna duhaldista donde abrevó su padre Carlos Soria.
Para esto el intendente roquense cuenta con el acompañamiento de Abel Baratti, jefe comunal de Cipolletti, distanciado de Alberto Weretilneck y ahora con buenas relaciones con su par de Roca.
Asimismo, algunos trascendidos, ubican a Javier Iud formando parte de este entramado político, que también cuenta con la adhesión de Maru Martini, de San Carlos de Bariloche. De esta manera Iud se alejaría de Miguel Pichetto, de quien siempre se consideró su delfín, pero a poco de transcurrir su gestión comunal su figura fue empalideciendo y hoy cotiza en baja. Hace una semana dejó su terruño para viajar a Las Vegas a presenciar un festival de boxeo, invitado –según trascendió-por un conocido empresario nacional K, vinculado a ALPAT, los casinos y la actividad petrolera, entre otras actividades.
Algunas fuentes indican que Martín Soria está convencido de la derrota del gobierno nacional y que la figura de la Presidente Cristina Fernández, perdió puntos en la imagen ciudadana de rionegro, y que por el contrario la alternativa será Sergio Massa, con una alianza filo justicialista con proyección en todo el país.
Estas razones alienta primero al armado de una línea interna con cabecera en General Roca, y con apoyos en Cipolletti, Bariloche y San Antonio, sumando también a otros intendentes y legisladores críticos del gobierno y otrora enrolados en el pichetismo.
Soria busca dirigentes descontentos con la gestión Weretilneck y con Pichetto. Bucea en enojos personales, críticas políticas y levanta la consigna de que Río Negro se merece un gobernador justicialista, haciendo responsable al senador nacional de ser el sostén del mandatario provincial para una eventual reelección.
Soria no deja de hablar con nadie, incluso –aunque parezca imposible- tiene diálogo con Walter Cortés, dirigente gremial de Bariloche, a quien Carlos Soria propició expulsar del justicialismo.
Por supuesto que esto tiene contrapartida desde el gobierno. Primero serán los cambios en el gabinete con la incorporación de nuevas figuras de mayor lealtad al actual proyecto del FpV y de sectores políticos aliados y segundo esperar los movimientos del gobierno nacional, en la etapa postelectoral, donde Miguel Pichetto, tendrá un rol importante, sobre todo a partir de una destacada elección en Río Negro.
“Con más del 40 por ciento de los votos Pichetto tiene el derecho de elegir que quiere ser” afirmó una fuente justicialista, aludiendo a un caudal electoral que nadie tiene en la provincia y muy pocos en los otros distritos del país.
Se asegura que al nuevo gabinete de Alberto Weretilneck, retornará Juan Manuel Pichetto, quien siempre manifestó su deseo de desarrollar la carrera política en la provincia y asentado en la capital provincial. Desde la función pública podrá construir un espacio hacia el 2015 y con preferencia en la municipalidad de Viedma.
Los posibles cambios en el gobierno –de los que mucho se habla y poco se conoce- tendrán los tiempos y el estilo Weretilneck, en el marco del compromiso de los acuerdos con Pichetto y otros aliados.
Habrá disputas escalonadas dentro del espacio del FpV y del PJ. Quizás el primer test sea la renovación de autoridades en el partido justicialista.
Nueva conducción, nuevos congresales y nuevos titulares de las unidades básicas rionegrinas.
Luego será la sanción de una norma electoral que permita las PASO en Río Negro para elegir gobernador y vice y otras autoridades. Quizás en esta iniciativa haya acuerdo total porque en todos los partidos se visualizan fracciones en disputas y será un mecanismo para dirimir estas internas, tanto en el gobierno como en el radicalismo, que las necesitará para iniciar su propia reconstrucción.
Otro signo de los posibles cambios será fortalecer la gestión gubernamental e imprimirle mayor eficacia y eficiencia, un reclamo de muchos actores internos. No pocos dirigentes cercanos a Alberto Weretilneck reconocen la necesidad del cambio porque la buena estrella es efímera, impactarán los resultados electorales nacionales y cuando las falencias en diversas áreas del gobierno se aceleren con impactos negativos en los ciudadanos no habrá dique de contención ni miradas misericordiosas.
Sergio Massa y Daniel Scioli llegan a Carmen de Patagones, en la margen norte del río Negro. Dos visitas que no serán neutras para el gobierno y la dirigencia oficialista rionegrina. Dos dirigentes llamados a jugar un rol trascendente en los próximos años en el país.