Las cuentas publicas rionegrinas ● ADN
Se prendió una luz de alerta. Las cuentas provinciales no cierran y el gobierno ensaya una vieja práctica: recurrir al Banco Patagonia para transitar sin sobresaltos la administración del Estado.
Nuevamente para quienes siguen de cerca la información del gobierno y la lectura de diarios se ven sorprendidos por la contradicción permanente que existe entre la difusión oficial y la realidad.
Los alardes del ministro Alejandro Palmieri anunciando que la provincia tiene superávit estallaron ante la realidad que hoy lo obliga a endeudarse con la banca privada.
Mientras el gobernador ha sido más claro en asegurar que se podrán pagar los aguinaldos sin inconvenientes, el contador Palmieri niega ese destino del préstamo y lo desestima para gastos corrientes.
Los fondos del FUCO parecieran que quedaron cortos y por consiguiente el ministro debe atender los descubiertos en el Patagonia.
Este monto que se pide de 250 millones de pesos en realidad mejora el estado de la caja, pero no reduce el déficit que se estima en una masa salarial. Las previsiones presupuestarias ubicaban esta cifra en 400 millones de pesos.
Además hay que agregar que no se pagan deudas anteriores a empresas y proveedores y que existen compromisos a saldar como el caso de los involucrados en la ley 4640, la promesa con los retirados del decreto 7 y otros.
De todos modos así se llegará a fin de año, pero de persistir esta situación el gobierno debería tener un plan de deuda que le garantice el funcionamiento hasta el 2015.
Hay alerta. Se estima que pasadas las elecciones el gobierno nacional restringirá los aportes a las provincias y sólo mantendrá el ritmo de la obra pública, que como anunció el senador Miguel Pichetto las de Río Negro están garantizadas en el presupuesto 2014.
¿En que condiciones se tomará este préstamo? se estima que en una tasa que oscilará entre el 25 al 26 por ciento. Un valor de plaza para estas operaciones que las provincias realizan con los bancos privados. El estado también podría pedir un aporte nacional, que hoy no es posible, o emitir letras de tesorería o bonos de deuda. Se optó recurrir al ente crediticio con sucursal a metros del despacho de Palmieri.
Según opiniones recogidas por ADN el tema no es para alarmarse, pero se requiere la puesta en marcha de una política que supere condiciones estructurales.
Un tercio del presupuesto se financia con aportes provinciales y los dos tercios restantes con aportes de coparticipación, a esto hay que sumar que de cada 10 pesos que ingresan siete se gastan en salario y los otros tres pesos restantes se destinan a salud, educación, etc.
La ecuación en el gobierno anterior era que de cada 10 pesos cinco iban a sueldos.
También como en las administraciones anteriores el camino más corto fue recurrir al Banco Patagonia. Es la lógica de la noria, siempre alrededor de la misma fuente de energía.
La mejor manera de llevar tranquilidad ante estos alertas es brindar información correcta. Para ello existe la página web del ministerio de Economía donde se tendría que reflejar, sin atrasos como hasta ahora, los números de la provincia.