Queremos la Ley Nacional de Juventud ● JR
La gran mayoría de los ciudadanos rionegrinos, y los del país también, proclaman que la política necesita de la renovación y que la juventud tiene que comenzar a ocupar los espacios. Algunos dirigentes políticos piensan igual. La gran mayoría NO. En todos los partidos sucede lo mismo.
Y muchos jóvenes les dan letra y fundamento a quienes piensan que somos títeres, que accedemos a los cargos por parentesco familiar como principal mérito, y que utilizamos la crítica y la descalificación para encubrir la ausencia de propuestas. Pero (lamentablemente para ellos) somos más los jóvenes que pensamos la política de otra forma, los que discutimos propuestas también. Necesidades, aspiraciones colectivas, proyectos. En todos los partidos.
Nosotros los de la Juventud Radical discutimos el Cupo Joven en las listas de legisladores. Aunque a muchos dirigentes no les guste. Porque nosotros queremos espacios de transformación, y ellos, no perder sus privilegios.
Pero para ocupar los espacios necesitamos jóvenes formados, críticos y constructivos. Esos jóvenes tienen que ser todos los jóvenes de la Argentina. No sólo los que pertenecen a un partido, a una región del país o a una determinada clase social. Aunque al gobierno no le guste.
Nosotros los de la JR queremos una Ley Nacional de Juventud que garantice nuestros derechos, que obligue al Estado a promover el desarrollo equitativo e integral de los jóvenes, sin discriminación de ningún tipo. Sin esta base, es injusto exigirle a los jóvenes que elijan mejores representantes, y más aún que se involucren en la política y los asuntos de la comunidad.
En el 2005 se firmó en España el acta final de la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, con presencia de representantes argentinos. Sin embargo, ocho (8) años después, Argentina todavía no ha firmado su adhesión. De igual forma, y a pesar de que se presentaron diversos proyectos en el Congreso Nacional, en Argentina no existe Ley de Juventud.
Mientras tanto, 50 de cada 100 chicos que empiezan el secundario, se caen del sistema en el camino y pierden visibilidad. 900.000 chicos que tienen entre 15 y 25 años no estudian ni trabajan, y probablemente ni siquiera escuchen hablar del “modelo de crecimiento con inclusión y matriz diversificada”.
Cualquier modelo de país que se pretenda sustentable en el futuro, incluye en el presente. Y lo hace desde las nuevas generaciones. La primera vivienda, el primer empleo, el aborto, la cuestión educativa, ponen en evidencia que el gobierno anuncia mucho, pero concreta poco.
Las mayorías Kirchneristas (incluidos sus jóvenes Diputados) han estado bien dispuestas a sancionar una Ley Antiterrorista, pero no han querido dar la discusión para concretar un proyecto de país que contemple a los jóvenes como un sector social con dinámica, intereses y motivaciones propias.
Nosotros los de la Juventud Radical queremos que la “década ganada” se haga realidad para todos. Esa es nuestra propuesta legislativa, y ese es, hoy más que nunca, nuestro compromiso de lucha.
Democracia para todos. Democracia para siempre.
Juventud Radical