Cuesta arriba ● ADN
El gobierno rionegrino quedó atrapado de nuevo en la coyuntura. Ahora fue la policía quien puso en estado público un malestar que tiene meses de incubación.
El justicialismo no acertó en sus políticas hacia la fuerza de seguridad, a pesar que muchos uniformados de alta graduación y retirados con experiencia participaron activamente para que el FpV llegue al gobierno y ofrecieron los servicios de asesoramiento.
En el tema seguridad y el manejo policial se computan como un dolor de cabeza, para ser benévolos y no utilizar el término fracaso. No se trata de designar al frente de la fuerza a un civil o uniformado, a la policía hay que conducirla, la verticalidad en sus decisiones y ejecuciones es su razón de ser. No existen criterios horizontales y todo razonamiento fuera de la cadena de mando se interpreta casi como un desprecio, falta de interés y lesivo a la fuerza.
Las últimas manifestaciones frente a Jefatura y las comisarías más importantes de la provincia son un llamado de atención. No se debe pensar que la protesta es sólo una reivindicación salarial, porqué el tema es más complejo y de fondo.
Por supuesto que los magros sueldos es un problema y así lo hicieron saber principalmente los familiares, quienes ante los periodistas no dejaron de recordar los abultados sueldos y privilegios de “políticos” o “funcionarios” frente a los trabajadores policiales.
La policía de Río Negro quiere que la conduzcan, que existan políticas claras y mejores condiciones de trabajo. Quieren ser escuchados y hablar de cómo se implementan las sanciones y cómo se pueden defender ante acusaciones. Dicen que no pueden seguir comprándose parte del uniforme ni usar bandejas de supermercado, como escudos y gomeras, para repeler una agresión.
Voceros policiales señalaron que la mecha se encendió al conocerse que el aguinaldo se paga el tres de enero, terminadas las fiestas de Fin de Año. El gobierno respondió que se está dentro de los plazos legales.
No se trata de justificar la legalidad en el pago, sino de agregar al bolsillo de policías y empleados algunos pesos más en fechas muy sensibles a la tradición nacional.
Seguro que el gobierno no cuenta con los recursos necesarios, pero también es lógica la reacción de los asalariados cuando han venido escuchando desde siempre en boca del ministro de Economía, Alejandro Palmieri, que Río Negro tiene superávit.
No es cierto, hay déficit, no se pagan las deudas y sólo se dibujan los números “pour la galerie”. La recaudación propia está estancada, los gastos se incrementan y al igual que el gobierno anterior el salvavidas mensual se llama Banco Patagonia, quien ahora, con otros entes crediticios, cederá un préstamo de 250 millones de los cuales una parte irá al pago de deudas.
En resumen no queda margen para satisfacer las demandas salariales que cada vez serán más sostenidas en el marco de un proceso inflacionario que deteriora el salario mes a mes y donde la brecha con los sueldos de ministros y funcionarios de todos los poderes se profundiza frente a los incrementos que se conceden en el vértice de la pirámide en temas como adicionales de alquiler, pago de teléfonos, vehículos y otros privilegios.
El gobierno trabaja el día a día. El oficialismo va cuesta arriba con motores exigidos, sin hoja de ruta ni GPS.
Sus problemas tienen origen en la falta de planificación, en la carencia de políticas de Estado y la ausencia de un plan real de gobierno. Lo que se afirma a la mañana se desmiente a la tarde o a lo sumo al otro día, los anuncios sólo sirven para titular en los medios de comunicación, porque luego no se concretan, no hay seguimiento de los temas y existe la sensación de que cada ministro hace lo que quiere o lo que puede.
Ahora dos nuevos ministros se sumaron al gabinete. Albrieu y Lebed llegan con beneficio de inventario, en sus yerros y en sus aciertos y además podrán aportar no sólo en la temática administrativa de sus funciones sino también en la cuestión política. Estas dos designaciones fueron decisiones del gobernador, son “propia tropa” y suman al esquema hacia delante.
Un futuro que se pergeña con el proyecto de repetir una nueva gestión a partir del 2015 y que se visualiza a partir de la consolidación de una fuerte alianza entre Alberto Weretilneck y Miguel Pichetto. El senador dio muestra claras de esta conjunción la semana pasada cuando una vez más apoyó al gobernador, posición que dejó muy clara frente al legislador Ariel Rivero y otros diputados de ese sector.
De todos modos Miguel Pichetto también deja en claro a quien lo quiere escuchar que “este no es mi gobierno” y plantea reservas sobre algunos ministros. Por ahora su ámbito es el nacional, pero su enclave está en Río Negro.
El justicialismo, siguiendo directivas nacionales, postergó sus elecciones internas para el año próximo. Permite ganar tiempo, monitorear la marcha del gobierno nacional y provincial y a su vez analizar la realidad en cada una de las regiones de Río Negro.
Por su parte el gobernador confía en el apoyo de parte del PJ y de otros aliados. Descansa en su buena estrella y algunas encuestas y encontró en las PASO una herramienta para una próxima eventual candidatura.
Queda una materia pendiente, que es la más importante: realizar un buen gobierno, gestionar y ejecutar políticas públicas. Una deuda a saldar.
El Superior Tribunal de Justicia sacó un empate en el tema de Susana Freydoz. Definió sobre las apelaciones de fiscales y la defensa. Unos por la pena máxima y otro por la libertad. Rechazó ambas pretensiones y quedó firme la sentencia de 18 años.
La condena, por la muerte del ex gobernador Carlos Soria, se cumple en la clínica avril de la capital federal, con un importante costo para el Estado, que algunos estiman en 80 mil pesos mensuales.
El gobierno, bajo la órbita de su ministro Di Giácomo, paga los costos políticos de este situación de privilegio.
La Justicia tampoco dice nada y por el contrario no se argumentó en igual sentido en el caso de la viedmense Marta Baffigi, que mató a su marido luego de años de ser maltratada. Recordamos lo dicho por el doctor Carlos Dvorzak, defensor de la condenada cuando señaló “arbitrariedad del fallo y violación del principio in dubio pro reo, debido proceso legal y de defensa en juicio”.
También cabe mencionar a la travesti Laila que protagonizó una balacera en una clínica de Cipolletti, alterada por la muerte de su madre. En el hecho perdió la vida la empleada de la Fundación Médica Carla Villa, o en el caso de la muerte de Elena Oviedo, asesinada de seis puñaladas por su hija de 25 años, producto de un brote psicótico
Todas estas mujeres están alojadas en cárceles comunes y también requieren tratamiento psicológico. No hay atenuantes ni privilegios.
El empate dejó a todos satisfechos en la causa penal de mayor gravitación política de la historia de la provincia de Río Negro.