«Garantismo no tan estúpido…» ● Observatorio de DDHH de RN

“…hay un garantismo estúpido que molesta…” así se expresaba nuestro máximo representante del poder ejecutivo provincial, al referirse al sistema penitenciario de nuestra provincia.

Pero qué es el garantismo? En una definición simple y llana podemos decir que es una teoría jurídica que pretende la defensa de los derechos individuales frente al poder salvaje del Estado. Así es como Luigi Ferrajoli, uno de los precursores de esta teoría, llamaba a la relación antagónica entre las personas y los estados despóticos, que constantemente arremetían contra los derechos de éstas.

El garantismo parte del reconocimiento de los derechos fundamentales de las personas y de su efectiva protección y tutela como la piedra de toque del diseño constitucional del Estado. Desde ese punto de vista, la función y finalidad de las instituciones públicas es, precisamente, la de respetar y proteger ese conjunto de prerrogativas de los individuos que se plasman en los derechos civiles, políticos y sociales, esencialmente.

En un primer momento el garantismo se hace presente en nuestra constitución a través del reconocimiento positivo de los derechos y de las herramientas efectivas para su defensa, en una etapa posterior el ejercicio y utilización de esas herramientas es lo que permite un efectivo control por parte de la sociedad civil hacia un estado democrático, corrigiendo los límites para no transformarse en despótico, autoritario, abusivo y negador de las prerrogativas y derechos fundamentales de los individuos sometidos a su voluntad.

Adjetivar de estúpido al garantismo corre por cuenta de un pensamiento contrario a los sistemas constitucionales de protección de derechos, individuales, sociales y colectivos. Puede promover todo tipo de abusos.
En las cárceles rionegrinas se mueren personas, se torturan a personas y se comercializa con las personas. Las condiciones de vida son infrahumanas, la asistencia a la salud es nula, la educación y trabajo escasos y la justicia es frecuentemente negada.

Muchas veces cabe preguntarse ¿cómo es posible que quienes estén condenados purgando una pena por haber cometido un delito, vean delante de sus ojos, hechos delictivos, de los cuales muchas veces son víctimas, sin poder denunciarlos? Lo impiden las represalias, la inacción o burocratización de la justicia, y un sector de la sociedad que se limita a la función de espectadora pero que pide mano dura, más policía, más armas, sin mirar y sin responsabilizarse por la brecha existente entre los que acumulan y los que menos tienen entre otras razones.

No es necesario que policías “experimentados” (según dichos del gobernador en otra nota) conduzcan las cárceles en Río Negro, solo es necesario el respeto de los derechos de todas las personas, y no hablamos solo de las personas detenidas, hablamos de las personas que están en libertad y se ven restringidas en sus derechos por las condiciones sociales económicas y culturales que limitan el desarrollo plena de cada uno de ellos y de sus hijos.

Respetando los derechos de las personas, no es necesario más policías ni mas mano dura, ni tener una justicia ni más ni menos garantista, sino simplemente ser garantista para fortalecer la efectividad de la ley, obligando al estado a combatir la impunidad de los delincuentes de guante blanco, proteger a los débiles, ayudar a su inclusión social y no a encerrarlos, ocultandolos en depósitos inhumanos. Esto también es seguridad para todos y todas.-

OBSERVATORIO DE DERECHOS HUMANOS DE RIO NEGRO