De la crisis a la oportunidad ● ADN
Alberto Weretilneck declaró esta semana que tiene “un andar cansino” en referencia a la urgencia para poner en marcha al gobierno y definir la situación de los funcionarios renunciados a partir del 31 de enero y que aún están en ascuas.
La definición de cansino es, entre otras acepciones, “lento, pesado, perezoso” Esta es la visión del gobierno que tienen muchos sectores de la sociedad rionegrina que ven una administración lenta y pesada.
¿Qué habrá querido decir Weretilneck?, que no hay espacios para muchas expectativas o fue un acto de sinceridad para comunicarle a los rionegrinos que no deben esperar otra cosa. Esto es lo que hay, un andar lento, sin sorpresas ni atrevimientos, sin ideas conmovedoras que sacudan las emociones de los rionegrinos, sin audacias y osadías.
Valga el comentario de un habitual proveedor del Estado rionegrino, acreedor en muchos miles de pesos del gobierno, acostumbrado a caminar los pasillos de la administración: “No hay firma es la excusa perfecta para no pagar, pero cuando estaban todos en funciones con grandes sueldos tampoco pagaban”.
La administración está lenta y pesada y más aún podría calificarse también como perezoso, que define al “que no tiene ganas de hacer lo que debe, especialmente de trabajar o levantarse de la cama”.
Posiblemente el gobernador no haya querido caracterizar a su gobierno como “cansino” y su deseo era manifestar que reflexiona sus decisiones con paciencia y alejada de ansiedad, fundamentalmente para no errar en la designación de funcionarios que luego tenga que dejar en el camino.
Quizás por esto mismo también declaró que no hay más cambios y que desea que este equipo lo acompañe hasta el 2015. Una expresión fuera de toda crítica y autocrítica por cuanto seguirán en sus funciones algunos ministros y colaboradores cuestionados y al frente de organismos demasiados lentos y pesados.
Para Weretilneck poner a la administración en marcha es una asignatura pendiente que no admite más dilaciones, sin embargo con su paso cansino primero se abocó a resolver la cuestión interna de su gabinete en el marco de la crisis económica anunciada a principios de año.
Sin dudas sacó provecho de una situación adversa y dejó un mensaje a los rionegrinos: apuntó a los sueldos de los funcionarios que tanta irritación provocan y dejó en claro que la crisis no afecta los ingresos de los empleados.
Apuntó al corazón de algunos privilegios, como el caso del Tribunal de Cuentas. Erika Acosta tendrá un 50 por ciento menos de ingreso y su esposo no fue confirmado al frente de Altec, lo mismo sucede con Juan Huentelaf y su esposa. Dos matrimonios que cada uno superaban los 100.000 pesos mensuales de ingresos.
Falta todavía, porque hay empresas donde los gerentes y subgerentes perciben bonificaciones o adicionales que llevan los ingresos por encima de lo que gana el gobernador, como es el caso de Horizonte, INVAP y otras.
En el gobierno se sabe que hay lecturas distintas sobre las medidas de ajuste. Una cosa es la sensación térmica en Viedma y otra en el resto de la provincia, donde según encuestas de opinión la administración gozaría de buena salud y existe amplio apoyo a la reducción del gasto público.
El gobernador miró los antecedentes en la provincia cuando Pablo Verani llegó al gobierno, luego de la debacle de la gestión de Horacio Massaccesi. El Estado era un enfermo terminal con atrasos salariales en varios meses, deudas a proveedores y la obra pública paralizada.
Verani puso en marcha un severo plan de ajuste. Hubo reducción de personal, retiros voluntarios, rebaja de sueldos a funcionarios en un 30 por ciento, el resto de los poderes y organismos de control achicaron los sueldos de funcionarios en un 15 por ciento, se practicó una quita salarial del 12 al 24 por ciento, reducción de sueldos en retirados o jubilados que reingresaban a la administración y también el sector pasivo hizo un aporte de emergencia. Todos redujeron sueldos aún aquellos amparados en la intangibilidad constitucional.
El resultado fue que Pablo Verani –luego de la tormenta- se fortaleció internamente en la UCR, ganó con amplio margen las elecciones partidarias, aglutinó poder y se consolidó para su reelección que obtuvo con una mayoría importante de votos frente al justicialismo.
¿En la misma lógica camina Weretilneck? Sin dudas que el mensaje de austeridad lleva implícito el mismo objetivo de Verani: reconciliar a la política con el ciudadano y ordenar al Frente para la Victoria con el objetivo de la reelección.
Hoy la estrategia oficial quedó en claro. El gobierno aprovechó esta crisis y el marco nacional condicionado por la paridad cambiaria, la inflación y la devaluación. Convirtió a este escenario en una oportunidad y prometió un Estado austero, con un ajuste en el sector político, que en definitiva eran funcionarios designados por el ex gobernador Carlos Soria y por su propia administración, con un importante incremento en la planta de funcionarios. A la par prometió no tocar el sueldo de los empleados.
Con estas medidas pretende ganar el apoyo de la sociedad, condicionar las paritarias con los gremios estatales y limitar a la oposición interna.
Alberto Weretilneck mira a su socio y observa como se mueve la interna en el PJ, donde también juega la crisis porque aisló a Martín Soria y le recortó funcionarios, acorraló al vicegobernador Carlos Peralta, que para mantener su exiguo poder debe acompañar al Ejecutivo y Miguel Pichetto, el único con poder propio y territorial que mantiene expectativas en la gobernación rionegrina, por ahora apoya y privilegia la institucionalidad.
Del mismo modo en que sectores justicialistas insisten con un candidato propio para el 2015, Weretilneck agita el fantasma de la derrota si se pierde la unidad: “los une el espanto”.
Algún sociólogo o politicólogo podrá algún día medir las consecuencias de la muerte inesperada de Carlos Soria. Las consecuencias de su asesinato tanto en el gobierno, el justicialismo, la oposición, el Estado provincial y la sociedad en su conjunto.
Había un tiempo para el duelo. Weretilneck lo respetó por dos años, incluso nunca fue a vivir a la Residencia de los Gobernadores –ícono histórico del poder en Río Negro- y ahora decretó el fin del luto.
Aprovechó la oportunidad que le brinda la crisis y relanza el gobierno y su gestión. Con el ajuste lidera el gobierno y el Frente para la Victoria, ya no comparte poder. Pichetto no ingresa su gente al gabinete, el sorismo desolado y Peralta un socio menor.
¿Cuál es “el punto de apoyo para mover al mundo” ?Aquel principio físico de Arquímedes está en los contratos petroleros y su proyecto de avanzar en la petrolización rionegrina. Es optimista y espera para fin de año anunciar el fin de la crisis.
Este proyecto tiene acompañantes convencidos, otros especuladores, oportunistas y por supuesto enemigos. Hay reacomodos y también visionarios, como los intendentes de la oposición que acostumbrados al poder de antaño se anticipan a la jugada.
Para este etapa es fundamental volver a la mayoría automática en la Legislatura, donde serán importante los roles de Miguel Pichetto, Carlos Peralta y Pedro Pesatti.
Luego de reordenar el frente interno y dejar en claro el camino de la reelección, Weretilneck ahora tiene que poner en marcha al gobierno, recuperar el tiempo perdido y saldar el costo de la inexperiencia en la administración del Estado.
Vienen tiempos de discusión salarial con el sector público, garantizar el inicio del ciclo lectivo y ofrecer eficientes servicios en salud y seguridad, cuestiones que a este gobierno le cuestan mucho.
La política comienza a calentar motores. El PRO de Mauricio Macri, que se definió lejos de los radicales, quiere hacer pie en Río Negro y para ello se asentará en la estructura del PPR y otras incorporaciones como la de José Luis Rodríguez “Rafucho”. El proyecto es recoger a los dolidos desencantados de otros partidos
Por el lado del radicalismo se anunció la visita a Viedma y a Las Grutas del senador Ernesto Sanz, allegado a Bautista Mendioroz, mientras que el ex gobernador Miguel Saiz se entrevistó con Julio Cobos, la otra figura presidenciable de la UCR.
Tanto Sanz como Cobos son partidarios de formalizar una alianza de partidos y fuerzas políticas opositoras para las elecciones del 2015, una directiva que llegará a Río Negro con los ojos puestos en el Frente Amplio Progresista.
Hacia su interior el radicalismo rionegrino está muy golpeado y recientemente se alentó formar una comisión de “notables” para conducir la estrategia y las acciones del principal partido de la oposición. Un puñado de dirigentes con escasa convocatoria pareciera que se resiste a perder protagonismo.
La UCR rionegrina tiene un gran desafío con miras al 2015. Recuperarse y volver a ser una opción electoral, caso contrario podría recorrer el peligroso camino del desgranamiento, con radicales que se alejen del partido para apoyar al PRO, al Frente Renovador de Sergio Massa e incluso que se incorporen al proyecto de Weretilneck.