Filo y contrafilo ● ADN
Existe un clima enrarecido. A pesar de algunos esfuerzos por disimular las consecuencias de la pelea entre el gobernador Alberto Weretilneck y el intendente de General Roca, Martín Soria, en cada ámbito oficial se palpita este enfrentamiento.
Las actuaciones judiciales sobre la investigación del pago del seguro de vida del ex gobernador Carlos Soria en la empresa Horizonte S.A. deriva de los dichos del gobernador ante una requisitoria del juez penal Favio Igoldi y pone en tela de juicio la actuación que le correspondió a Juan Huentelaf, como presidente de la aseguradora rionegrina, un hombre muy allegado a la familia Soria que hoy se desempeña como presidente del Tribunal de Cuentas.
Es ineludible una lectura política sobre esta situación. Martín Soria hostigó con dureza al gobernador durante estos últimos tiempos criticando la falta de gobierno y la ausencia de poder político. Compara permanentemente a su padre con Weretilneck, menoscabando el estilo del gobernador, quien cansado del maltrato pegó fuerte donde más le duele al jefe comunal roquense: la sospecha de corrupción.
Weretilneck puso entonces un manto de sospecha en el pago del seguro de vida de Carlos Soria, conciente que también complicaba a toda la cúpula de la aseguradora puesta en esas funciones por el ex gobernador e integrada por amigos de Martín.
La respuesta no se hizo esperar y Juan Huentelaf, -otrora presidente de Horizonte- en su calidad de titular de Tribunal de Cuentas de la provincia, remitió la semana pasada un oficio a la Casa de Gobierno, para conocer los gastos y como se pagan los viajes aéreos que contrata el gobernador.
Este tema es espinoso y sabe Huentelaf (y también Martín Soria) que es el talón de Aquiles de la gestión oficial.
Los vuelos del gobernador, en su momento a cargo de Julián Goinhex y luego de Hugo Lastra, despertaron sospechas sobre todo por el ocultamiento de la información y la reserva en dar a conocer el sistema de contratación ya que se recurre para sus pagos al recurso del legítimo abono, un procedimiento de excepción que este gobierno hizo habitual con el concurso de la Contaduría y la Fiscalía de Estado de la provincia.
El gobernador Alberto Weretilneck alquila los aviones de la empresa Sapsa, del grupo Vía Bariloche, sin que se conozca el monto abonado a la firma contratante. Se recuerda aquella pulla de Martín Soria cuando le dijo al gobernador que había cambiado los colores azul y blanco de la campaña de su padre por el verde, en alusión a la empresa Vía Bariloche y el Banco Patagonia.
Si se toman como referencia los últimos años en el 2011 el gasto anual por viajes aéreos fue alrededor de los 4 millones de pesos, en 2012 la cifra creció hasta 6 millones y no se informó el gasto del año anterior. En lo que va del actual período se sigue contratando en forma directa y pagando por legítimo abono.
Durante el gobierno de Miguel Saiz se usaba Baires Fly y luego Carlos Soria decidió que las contrataciones fueron a parar a Pacific Ocean, de London Supply, vinculada al kirchnerismo y con el caso Ciccone.
Oficialmente tampoco se informó –ya una vieja costumbre- de la licitación pública convocada para formalizar la contrataciones de aviones para vuelos del gobernador y sanitarios. Todo sigue igual.
Este caso revelaría nuevamente la interna en el gobierno ya que el tema de los viajes aéreos es controversial desde el inicio de la actual gestión y recién ahora el Tribunal de Cuentas decide pedir informes al respecto. Al menos genera sospechas. ADN en varias ocasiones publicó investigaciones sobre este tema y nunca el órgano de control actuó.
Se da entonces un juego de estrategia de ataque y defensa, que además encolumna a los funcionarios del oficialismo en una u otra fila y donde poco importa las lesiones irreparables que se pueden originar en el FpV y la estructura del gobierno.
Martín Soria espera lograr apoyos surgidos del descontento con el gobierno, conocedor de los problemas que se suceden en la gestión gubernamental como ha sido en la semana el tema de la salud.
La Defensora del Pueblo, Nadia Díaz, quien vio disminuir sensiblemente sus ingresos, se instaló en General Roca y dedicó su tiempo en recorrer el hospital local y otros centros de salud para reclamar atención oficial.
El tema hospitalario es preocupante en muchas ciudades. Aquel primer descontento surgido en San Carlos de Bariloche, se repitió en Allen, Roca, Choele Choel, Cinco Saltos y otros puntos de la provincia. El único que aún no tomó conciencia del estado de la salud pública en Río Negro, es el propio ministro Norberto Delfino.
Tampoco pasó inadvertida esta actuación roquense de la Defensora del Pueblo instalada en tierra hostil para el gobierno e insistiendo en sus reclamos y recorrida, incluso acompañada por el juez Juan Pablo Chirinos.
Hoy ya nada es neutro e inocuo. Declaraciones de distintos ámbitos justicialistas toman posiciones, como un reciente documento que firman, entre otros, Remo Costanzo y Miguel Ciliberto, que no dejan de expresar su contrariedad con la marcha del gobierno.
De igual manera se formulan declaraciones de intendentes y legisladores, anticipando una interna con enfrentamientos, pero que tiene un campo de batalla excluyente, que es el justicialismo, ya que el partido político de Weretilneck es un convidado de piedra en este litigio.
Al gobernador no sólo le cuesta generar apoyos y solidaridad cuando pone el cuerpo en la pelea sino que además no es muy poderoso el capital político que lo respalda. De seguir así su destino estará íntimamente ligado al devenir de la pelea interna peronista.
La posibilidad de competir en las elecciones a gobernador en el 2015 se limita, por ahora, a formalizar un acuerdo con el PJ para elegir a las próximas autoridades dentro del Frente para la Victoria. Mucho azar para buscar un destino político.
El proyecto de realizar unas PASO en Río Negro para elegir gobernador y vicegobernador tiene hoy más destino de archivo que vida propia. Weretilneck por ahora lo desecha, precisamente porque no tiene confianza en como jugará el justicialismo, partido al que en su momento pensó en afiliarse y pelear desde adentro. Ya es tarde.