Después de la tormenta • ADN
Existe un refrán popular que dice que “lo que se promete en la tormenta, se olvida en la calma”. El gobierno provincial reaccionó rápido y con eficacia frente al temporal de viento y lluvia que se extendió por varios días en todo el territorio rionegrino y con graves consecuencias, como fue el caso de Arroyo Ventana, paraje sureño que fue literalmente arrasado.
El gobernador recorrió las zonas afectadas y constató personalmente los daños que dejó la tormenta. Ahora queda en manos de sus funcionarios obrar en consecuencia -en los días de calma- y trabajar en reparar los daños en edificios públicos, viviendas y redes de servicios básicos como agua y cloacas y fundamentalmente en reconstruir rutas, accesos a localidades y parajes, caminos vecinales y vías ferroviarias.
Pareciera mucho trabajo para un gabinete con ritmo lento y poco acostumbrado a reacciones rápidas, donde se hizo costumbre ver a un gobernador empujando el carro en soledad. Los funcionarios provinciales dieron muestras de poca creatividad y afecto al trabajo.
Lo peor de la tormenta pasó y la política convoca nuevamente a la realidad y como en el juego infantil de Antón Pirulero, cada cual atiende su juego.
No todos los temporales obedecen a condiciones climatológicas. La política suele ser una fuente de mal tiempo y de consecuencias inevitables.
El Consejo de la Magistratura viedmense, en su reunión del miércoles pasado mostró su juego. La propuesta de nombramiento de Guillermo Bustamante como camarista, puso una vez más en la Justicia blanco sobre negro.
El juez penal de Viedma siempre recibió severas críticas de parte de Martín Soria y de la legisladora Ana Piccinini. El intendente de General Roca aprovechó el ascenso de Bustamante y le pegó al gobierno denunciando que la designación evidencia “la influencia radical” en el actual gobierno.
Ni la justicia se salva de la interna del gobierno y del justicialismo.
El juez del Superior Tribunal de Justicia, Sergio Barotto, integrante del Consejo de la Magistratura, actuó en la misma línea de Martín Soria, quizás sin quererlo, quedó atrapado en la lógica política del intendente de su ciudad de origen.
Se opuso a la designación de Bustamante y argumentó que el magistrado tiene en su juzgado muchas causas demoradas. Martín Soria avaló con sus dichos apenas conocida la designación del nuevo camarista y protestó por la prensa.
Ante esta situación cabe preguntarse por los mecanismos internos que tienen la Justicia para sancionar a un juez. También uno se podría preguntar por qué no se alertó antes sobre la morosidad del magistrado.
El tema trae a colación el caso del juez Carlos Reussi, cuando fue ascendido a camarista y también se hizo conocer de un número importante de causas demoradas, que en ese momento se calificó como “retrasos programados”. Reussi, presente en el Consejo de la Magistratura en representación del fuero penal, alegó a favor de Guillermo Bustamante y votó por su ascenso.
La política tiñe todo. Y la inocencia e imprevisión se pagan caro, sobre todo cuando por omisión, impericia o inexperiencia algunos temas se dejan fluir en su propia dinámica.
En este sentido el gobierno hoy observa como la causa que tramita el juez Favio Igoldi, sobre el cobro -por parte de los hijos- de los seguros de vida del IAPS y de Horizonte del ex gobernador Soria, tomó un cauce no previsto.
Alberto Weretilneck respondió a una actuación de oficio de la fiscal Paula Rodríguez Frandsen, ante el juzgado de Igoldi, por sus dichos contra Martín Soria, sin estimar –al igual que sus asesores- derivaciones no deseadas y que generan molestias en el equipo gubernamental.
En este tema causó sorpresa y algunos desagrados en el oficialismo la actitud del Fiscal de Estado Pablo Bergonzi, quien fue llamado a indagatoria por el juez Fabio Igoldi, en la investigación sobre el pago de la póliza de Horizonte.
Bergonzi envió un escrito reclamando su sobreseimiento en la causa. Se expresó en duros términos contra la fiscal Rodríguez Frandsen y argumentó en su falta de competencia para intervenir en el pago de los seguros. Sin embargo opinó cuando Horizonte le giró el expediente –podría haberlo rechazado por inconducente- y además no puede negar la vigencia del decreto 815/2004, que otorga competencia a la Fiscalía en las empresas del Estado.
El Fiscal jugó su partido en forma individual. Cuando el gobierno armaba su estrategia de poner paños fríos al entredicho, Bergonzi, en soledad, movió las piezas en su favor y dejó al descubierto intimidades de los procedimientos judiciales.
Su escrito fue hecho público de inmediato y para ello citó en su despacho a dos periodistas, uno de un diario que se edita en Viedma y otro en el Alto Valle, para difundir el escrito enviado al juez.
Ridiculizó al gobierno al revelar cuestiones de la causa que no eran conocidas y con una estrategia personal fuera de la órbita del mandatario, cuando en realidad sus funciones son las de abogado del Estado y custodio del erario provincial, perjudicado por el pago de los seguros.
Todo se hizo público. El antecedente previo a esta situación fue la publicación en el diario de General Roca de los escritos con las preguntas y respuestas que se sucedieron al requerimiento judicial entre el gobernador Alberto Weretilneck y el juez Favio Igoldi.
Algunos trascendidos de la propia Casa de Gobierno señalan que la documentación original que tenía el sello del proveído del juez, habría desaparecido de la oficina del Fiscal. Las otras copias se suponen en manos más seguras.
Una vez publicados los escritos en el diario valletano, el intendente de General Roca, completó la jugada e hizo el gol con el arco libre. Criticó con dureza al gobernador por no presentar testigos ni precisar fechas de sus denuncias y Alberto Weretilneck quedó expuesto una vez más.
Ahora se suma un nuevo elemento en el intercambio de correos electrónicos entre la gerente administrativa de Horizonte, Graciela Colace, quien pertenece al IAPS, y la Contaduría General de la Provincia, donde el gobernador autoriza el pago del seguro. Una muestra más de que las informaciones se filtran a la prensa de acuerdo a intereses particulares y políticos.
No a todo el gobierno le interesa este caso judicial y tampoco es generalizada la preocupación por la pelea entre el mandatario y el intendente de Roca. Por ejemplo el llamado sector pichetista está con otras ocupaciones.
Los hombres del senador no ocultan su alegría ante la posibilidad cierta de que Miguel Pichetto, finalmente se decida por presentarse como candidato a gobernador en el 2015.
Por caso, trascendió que los intendentes de San Antonio Oeste y Sierra Grande, Javier Iud y Renzo Tamburrini, viajaron a Buenos Aires y en el despacho del senador rionegrino expresaron que no apoyarán en el futuro al gobernador ni al intendente de General Roca. Con el mismo ímpetu expresaron su apoyo a Pichetto.
Si bien las consultas sobre el tema tienen como respuesta que “falta mucho” nadie se cree esta muletilla. Ya se cuenta la tropa y los más inquietos recogen adhesiones.
En el gabinete el pichetismo reconoce como propios a los ministros de Agricultura, Haroldo Lebed; de Obras Públicas Julio Arrieta y de Seguridad, Oscar Albrieu. Ubican junto al gobernador al ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo y al secretario General de la Gobernación, Matías Rulli, pero que responde primero a La Cámpora. En la categoría ns/nc están el ministro de Gobierno, Luis Di Giácomo y el de Economía, Alejandro Palmieri, de quienes algunos no se dudan que mantienen lealtad a Martín Soria. Del ministro de Salud Norberto Delfino no se define encuadramiento y sobre la ministro de Turismo, Mariana Giachino, se destaca su buena relación con el senador.
El gobernador no cuenta además con el alineamiento de los funcionarios de los organismos de control externo y la Defensoría del Pueblo que se debaten entre posturas independientes y de adhesión a Soria.
También los seguidores de Miguel Pichetto revelan que las segundas y terceras líneas en el gobierno, responden mayoritariamente.
En cuanto a los legisladores ubican muchos seguidores, si bien se reconoce que primero acuerdan políticas en sus circuitos y que luego esperan el devenir de los acontecimientos y al igual que los intendentes prolongan cualquier distanciamiento con el Ejecutivo ante la posible pérdida de beneficios, salvo aquellos que lideran posicionamientos internos.
De cumplirse algunas de las conjeturas que se manejan en el justicialismo con el posible regreso a la provincia de Miguel Ángel Pichetto, no es difícil pronosticar una colisión de intereses con Alberto Weretilneck.
Por otra parte no hay crédito a la posible candidatura de Martín Soria a quien reconocen más voluntarismo que méritos propios.
En este tema un conocido dirigente peronista viedmense muestra a quien quiere leer, el capítulo I, Sección Cuarta, Poder Ejecutivo, “Inhabilidades” de la Constitución de Río Negro, que en su artículo 172, señala que “no pueden ser elegidos gobernador y vicegobernador: los cónyuges y parientes hasta el segundo grado de consaguinidad o afinidad del gobernador, en el mismo período o en el siguiente al mandato ejercido”.
Se entiende que éste mandato que ejerce Weretilneck corresponde al fallecido Carlos Soria por cuanto cualquier pretensión del intendente de Roca debe trasladarla al 2019.
Hasta pasadas las vacaciones de invierno las cartas estarán guardadas en el mazo. Luego vendrá el tiempo de barajar y así llegar al final del 2014 con las cartas sobre el tapete.
De la inteligencia y habilidad de cómo salir de este escenario de un eventual enfrentamiento, se escribirá el futuro del gobierno e incluso de la vigencia del Frente para la Victoria.