Homenaje a Raúl Alfonsín
Hace cinco años fallecía Raúl Alfonsín. Queremos recordarlo con la frase que sin duda a él más lo enorgullecía:”Padre de la Democracia”
Estas palabras sintetizan la dimensión inmensa de su figura. En aquella épica campaña presidencial de 1983 decía “vamos a ponerle una bisagra a la Historia” y cumplió con creces porque su coraje cívico fue determinante para que pudiéramos vivir estos últimos treinta años en Democracia.
Presidente sincero y honesto, comprometido, desde siempre y por convicción profunda, con los Derechos Humanos, sentó con el histórico, y único en el mundo, Juicio a las Juntas Militares las bases sólidas para estas tres décadas de ejercicio ciudadano en plena libertad.
Muchas cuestiones que hoy nos parecen naturales y cotidianas nacieron de su espíritu inquebrantable de progreso social: la Ley de Divorcio y la de Patria Potestad compartida significaron un enorme avance en el sentido del reconocimiento de Derechos.
El Congreso Pedagógico Nacional, el Plan Nacional de Alfabetización y la recuperación de la autonomía universitaria deben destacarse entre sus grandes logros. El Programa Alimentario Nacional fue la primera gran política pública no asistencialista en pos de una verdadera y auténtica Justicia Social.
Su ejemplo trascendió nuestras fronteras y contagió de civismo a las hermanas Repúblicas de Chile y Uruguay. Construyó los cimientos de la hermandad latinoamericana despejando los conflictos bajo el supremo valor de la Paz y fue artífice del acercamiento con Brasil. La firmeza de sus valores esenciales en todos los foros internacionales le ganó el respeto de todas las naciones.
Gobernó en un contexto nacional e internacional muy difícil, mucho más difícil que el actual y debió enfrentar intereses corporativos reales que conspiraron permanentemente contra su Gobierno. Sin duda, como él mismo, con la franqueza y la humildad de los Grandes, reconoció, cometió errores y hubo proyectos que no pudo concretar como la Democratización Sindical o la verdadera modernización del Estado, pero el balance de su Gobierno es mucho más que positivo y ha dejado huellas indelebles en la Soceidad argentina y americana.
Como Demócrata profundamente convencido dejó la Presidencia de la Nación pero no su prédica política y su figura de estadista y de líder que con su palabra recorría incansablemente el país, hasta en sus más recónditos parajes, se agigantó con el paso de los años. La gran mayoría de las reformas progresistas y democratizadoras consagradas en la Reforma Constitucional de 1994 son fruto de su inspiración y de su visión histórica, cuando ya sin ser Presidente de la Nación continuó esa militancia fervorosa desde el llano porque eligió el sacrificio y no los honores.
Raúl Alfonsín era Radical, pero hoy ya es patrimonio de todos los argentinos sin distinción y merece nuestro permanente reconocimiento y nuestro más emocionado recuerdo.
Que su ejemplo nos guíe.
Mesa Directiva del Comité Seccional Viedma de la Unión Cívica Radical.