Tiempo de exigir • Claudia Beltramino
Es virtualmente imposible determinar como habría sido el gobierno de Carlos Soria. No obstante, se siente bien imaginar que habría sido diferente de este.
Aunque sea evidente que hasta el 25 de septiembre de 2011 toda la energía estuvo puesta en aglutinar al PJ (probablemente la clave del éxito) y luego liderar al FpV hacia un triunfo, frente a la desazón que provoca la realidad, es natural buscar consuelo suponiendo que todo se hubiera encaminado perfectamente hacia un Río Negro glorioso si no habría ocurrido lo de la fatal madrugada.
Aunque tan solo por un tema de masa crítica que lo hubiera obligado a mantener equipos similares, cuesta imaginar a Soria testigo y cómplice de malos tratos o incumpliendo con la palabra empeñada. Cuesta imaginarlo impúdico en el discurso, improvisando sobre políticas de Estado.
Aunque nadie ignore y esté absolutamente naturalizada la apropiación de recursos públicos para solventar los costos de la actividad político partidaria, la que por cierto es muy cara, cuesta imaginarlo envuelto en un Limardo Gate que le pusiera a su gestión un sello como el que el caso Boudou Ciccone le pone a la Década Ganada.
Pero las cosas son como son. Aunque nos permitamos pensar que todo pudo haber sido distinto y mejor. Aunque nos permitamos pensar en torpezas para eludir pensar que fuera de la muerte de Carlos Soria, todo cuanto ocurrió luego fue deliberadamente planificado.
En Viedma, el 14 de junio de 2012, apenas pasados 5 meses de la desaparición del Gobernador que había concitado el voto mayoritario de los rionegrinos, el Fiscal de Estado, Pablo Bergonzi firmó la Resolución 076/12 informando así a cada asesor letrado de cada organismo estatal que a partir de ese momento se constituían en primer y único órgano de control interno.
Decenas de jóvenes e inexperientes abogados, sin más destino que poner una firma a cambio de la diaria ración de lentejas, mayoritariamente condicionados por contratos que con mucha suerte se renuevan cada seis meses, atados al arbitrio de los titulares de sus correspondientes áreas, controlarían (controlan) desde entonces los actos de gobierno.
Lo que para algunos podría ser una iniciativa del Fiscal de Estado para alivianar la carga burocrática que se supone existe, para otros configura una estrategia cobarde para diluir responsabilidades cargándolas en el eslabón más débil.
Desde que Bergonzi dispuso que para la casi totalidad de los trámites mediante los cuales el gobierno actúa, “no será obligatorio el control de legalidad previo y notificación a la Fiscalía de Estado (Arts. 12 Inc. E- de la Ley A Nº 2938 y Arts 7 y 12 de la Ley K Nº 88, modificados por la Ley Nº 4739)”, todo se volvió posible. El Limardo Gate es el más obvio pero el menos grave de los ejemplos.
Bergonzi había inaugurado un carnaval cuyas consecuencias son difíciles de prever.
Curiosamente, en ese momento, Bergonzi aún se reportaba al sector sorista. De hecho mantenía un estrecho vínculo con Martín Soria.
La resolución 076/12 puede que sea además, un símbolo de la estrategia depredatoria que parece haberse instalado en Río Negro.
En la anterior entrega hicimos mención al Tren Patagónico. Específicamente apuntamos al show que condujo el presidenciable Florencio Randazzo acompañado en la línea de coro por el Gobernador que aspira a otro mandato, Alberto Weretilneck y al senador que aspira a gobernar a partir del 2015, Miguel Pichetto.
Dos locomotoras más viejas que las que regularmente circulan. Denunciamos que como agravante estas locomotoras no tienen la potencia requerida para el trayecto que une Valcheta con Bariloche. Además hicimos hincapié en que no obstante se hubiera pre anunciado la entrega de más de 3 millones de pesos para reparación de rieles, esto luego no ocurrió.
El destino que a este gobierno le juega con trampa, hizo que pocas horas después de publicada la columna, fatídicamente, descarrilara el Tren Patagónico en Ramos Mexía. Las terribles fotos del riel incrustado en un vagón nos relevan de cualquier comentario aunque nos habría gustado saber que dirían a propósito de esto, Randazzo, Pichetto y Weretilneck, los animadores del acto con fotos sonrientes en la estación de Viedma pocos días antes.
Tampoco hubo explicaciones sobre las gigantografías que desde la 9 de julio en Buenos Aires, invitaban a viajar por la Patagonia rionegrina en el Tren Patagónico que en realidad estaba parado. Cualquiera imagina que esas promociones de casi dos millones de pesos habrían tenido mejor destino en reparación de rieles.
Mientras se daba a conocer que en Neuquén, una pastilla radioactiva se había quedado dentro de un pozo al que se inspeccionaba con propósitos extractivos y en el marco de la renovación del contrato petrolero con Repsol, legisladores rionegrinos hacían una visita guiada por las zonas petroleras. De la mano de algún gerente con título de grado en comunicaciones, fueron instruidos en las severas medidas de seguridad que se respetan a rajatabla cumpliendo las normas ISO 3,1416 al cubo.
La misma empresa que mantiene su demanda contra Río Negro por un 3 % sobre lo producido o que a su vez es demandada por la Defensora del Pueblo por incumplimiento en relación a los pasivos ambientales ahora nos favorecerá con una enorme inversión.
El contrato que firmarían nuestros legisladores, “Ad Referéndum” del directorio de Petrobrás, ya está en manos de los representantes del pueblo. No así el anexo de 2 mil hojas que solo puede consultarse en la Comisión.
Es comprensible que no se les haya entregado copia en papel a la totalidad de los legisladores. Aunque un pen drive, en el peor de los casos un CD, habría resuelto la cuestión de esta “letra chica” facilitándoles las consultas con Universidades, ONG, expertos u otros gobiernos.
Hacemos hincapié en el detalle de que nuestros legisladores firmarán algo que el directorio de Petrobrás puede objetar al punto de detener el acuerdo exigiendo modificaciones. Sostenemos que para los rionegrinos la firma de nuestros legisladores reviste un grado de honor y compromiso que no tiene la de los empresarios privados de manera que el proceso con el “Ad Referéndum” debería ser a la inversa.
Como corolario del tema, sorprende ver a estos legisladores que condenaron proyectos de inversión como el de sistematización de tierras, nuestro suelo, claro, para venderle alimento a China, (proyecto que se presentó en Viedma con presencia de funcionarios de la Cancillería avalando la iniciativa), hoy son mucho menos rigurosos cuando se trata del subsuelo provincial.
Una sostenida campaña de desprestigio por parte de funcionarios del ministerio de salud atenta contra el Prozome.
Desde que el gobierno de Illia fue víctima de un golpe de estado conocido como el golpe de los laboratorios medicinales en razón de que este médico de provincia promulgó una Ley de Medicamentos que sobre la base de la fabricación de genéricos finalmente brindaba mejores posibilidades sanitarias a la población; idea que retoma Néstor Kirchner mientras piloteaba la salida de la crisis del 2001 retomando la fabricación de genéricos por parte del Estado,en Río Negro llevábamos más de 25 años abonando el logro del Prozome.
Solo esta administración es capaz de roer el éxito del Prozome rionegrino que, por cierto, recibió un muy bien 10, felicitado, de parte de la presidente Cristina Kirchner en oportunidad de una visita al lugar.
Como le ocurrió a Ilia que eligió la salud de los argentinos aunque esto apuntara al corazón de tantos laboratorios y droguerías, hoy el Prozome es desacreditado de manera sostenida y no hay que ser muy ducho para imaginar que su desaparición engordaría varios bolsillos.
La nueva conducción del laboratorio provincial, de la mano del ahora ex ministro Norberto Delfino y su ávido equipo, en un hecho inédito, paga los servicios de un auditor (quince mil por mes) sin domicilio en Río Negro, relegando la habitual práctica de trabajar con organismos nacionales como el INTI, universidades nacionales, laboratorios públicos y profesionales del INAME ANMAT, lo que a lo largo de estos 25 años les permitió contar con apoyo y especialmente capacitación.
Copia de la nota de “felicitaciones por el nivel de compromiso, capacitación y sentido de pertenencia del equipo”, fechada el 29 de agosto de 2012 y que firma Jorge Zarzur director ejecutivo del programa para la producción pública de medicamentos del Ministerio de Salud de Nación, posterior a la visita del ANMAT – INAME dirigida al entonces titular del laboratorio se presentan las suspicacias frente a la campaña de deterioro que funcionarios del gobierno provincial implementaron en relación al Prozome.
El inédito contrato de medios por un monto de 15 mil pesos que beneficia Marcelo Kañuky causó sorpresa entre los empleados de Fiscalía de Estado pero el fuerte liderazgo de Bergonzi abrió la puerta al ejercicio de descrédito sobre el laboratorio.
El sesgo desarrollista que reunió históricamente a ambos partidos mayoritarios en Río Negro imponiendo un perfil de Provincia de la que todos nos sentíamos orgullosos, con sus sistemas de riego, el Invap, el Tren o el Prozome hoy está jaqueado por una administración que se muestra capaz de vulnerar el empeño de sus ciudadanos.
Esta provincia que parece más hija de ingenieros y médicos que de abogados, que blandió el Plan de Salud de Mario Franco como un emblema distintivo, hoy, es testigo de cómo el ministerio de salud resigna facultades y entrega la vigilancia epidemiológica de hidatidosis, chagas y triquinosis a la facultad de veterinaria de la UNRN.
En igual sentido el IPROSS por convenio cede el control de los medicamentos a una empresa privada. Esta actividad siempre estuvo en manos de profesionales farmacéuticas de esa obra social provincial.
En el imaginario rionegrino, los logros no se relacionan con el majestuoso paisaje de Bariloche, la Meseta o nuestras playas, que después de todo no tuvimos ningún mérito en esto.
El orgullo rionegrino son los logros obtenidos por sus esforzados ciudadanos. Hombres y mujeres que convirtieron el desierto en un vergel de frutas, que domaron un caudaloso río para que la siguiente generación pudiera ir a la universidad y con el disciplinado ejercicio de la investigación lograran tecnología de punta que desde Río Negro se exporta, por caso, en forma de reactores atómicos; trabajadores que pugnaron por que la ciencia redundara en beneficio de sus hijos y convirtieron al Prozome en un laboratorio de lujo, que sostuvieron al tren “atado con alambre” a pesar de la marea neoliberal menemista.
Hoy todo tambalea y no sirve de mucho pensar que si Carlos Soria estuviera las cosas serían mejor. (Me permito recordarlo como un rionegrino orgulloso). No está.
A lo mejor los ciudadanos podríamos obtener de esa experiencia algunas enseñanzas.
De hecho, frente a la posibilidad de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, deberíamos exigir que votemos fórmulas y no solo candidatos que luego completen fórmulas con criterios utilitarios en los que ni la opinión de la ciudadanía ni la de los afiliados, cuente en lo absoluto.
No es posible, ni factible, ni probable que la ciudadanía toda se empape a diario de lo que ocurre con las cuestiones públicas. Tampoco lo es que la prensa pueda desentrañar la totalidad de las cosas que los gobiernos, que los representantes de cualquier gobierno, laboriosamente ocultan. Pero al menos podemos exigir participar en la elección del compañero/a de fórmula de cualquiera de los candidatos que pretenda gobernar Río Negro a partir del 2015.
Si no por nosotros, al menos como muestra de agradecimiento a las generaciones que nos precedieron. Si no por nosotros, al menos por nuestros hijos y nietos.
Claudia Beltramino