Oposición reclamó a Pichetto que Boudou deje de presidir el Senado

Capital Federal.- «No lo queremos a Boudou en la Cámara.» Todos los bloques de la oposición en el Senado se reunieron con el jefe de la bancada kirchnerista, Miguel Pichetto (Río Negro), y le plantearon por primera vez su enérgica negativa a sentarse en las bancas en una sesión encabezada por el vicepresidente, procesado en el caso Ciccone.

También advirtieron que, ante el primer intento de Boudou de presidir una sesión, impulsarán un proyecto para suspenderlo en sus funciones de jefe de la Cámara alta.

El planteo de la oposición suma un nuevo condimento en la inusual situación que se vive en el Senado desde el procesamiento del vicepresidente y agrega tensión en el bloque oficialista, en el que muchos sostienen que lo más indicado sería que diera un paso al costado. Sin ir más lejos, el senador Adolfo Bermejo (FPV-Mendoza) admitió ayer, en declaraciones radiales, que la situación de Boudou «les hace daño tanto a los senadores como al gobierno nacional».

Por lo pronto, la decisión de impulsar el proyecto de suspensión no se concretaría esta semana, en razón de que el vicepresidente viajará mañana a Colombia para asistir a la asunción del segundo mandato de Juan Manuel Santos. Lo hará unas horas antes de que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, concurra al Senado para informar sobre la marcha del Gobierno.

El encuentro con Pichetto se celebró la semana pasada y la novedad radica en que, por primera vez desde que Boudou fue procesado, la oposición mostró unidad de criterio en su rechazo al vicepresidente.

La reunión de los bloques de la oposición con Pichetto se celebró en el despacho del líder de los senadores kirchneristas y asistieron el jefe del bloque radical, Gerardo Morales (Jujuy), el peronista disidente Adolfo Rodríguez Saá (San Luis), el socialista Rubén Giustiniani (Frente Amplio-Santa Fe) y la macrista Gabriela Michetti (Capital).

El tenor del reclamo fue confirmado por fuentes oficialistas, quienes precisaron que Pichetto sólo se limitó a escuchar el planteo y a señalarles a sus interlocutores que su bancada estaba dispuesta a defender la continuidad del vicepresidente en su cargo y a denunciar la causa Ciccone como una maniobra para desprestigiar la administración de Cristina Kirchner. Se trata de la línea que impartió en los últimos días la Casa Rosada para defender a Boudou y de la que ya hizo gala la senadora por Tucumán, Beatriz Rojkés, esposa del gobernador José Alperovich.

La iniciativa que impulsará la oposición es un proyecto de resolución por el cual se pretende «suspender» al vicepresidente en sus funciones, en razón del artículo 66 de la Constitución nacional.

Esa cláusula establece las causales por las cuales una cámara legislativa podrá remover a uno de sus miembros. En el caso de Boudou, se pretende aplicarle la supuesta «inhabilidad moral sobreviniente» en la que habría incurrido al ser procesado en la causa Ciccone.

En un principio, el proyecto impulsaba el desplazamiento del vicepresidente en función de un supuesto «desorden moral en el ejercicio de sus funciones», causal también contemplada en el artículo 66 de la Constitución; pero Michetti hizo notar que a Boudou se lo investiga por una irregularidad que habría cometido cuando ejercía como ministro de Economía y no como presidente del Senado.

No obstante, el proyecto de resolución abre algunos interrogantes sobre su procedencia. Es que la cláusula constitucional que se invoca hace referencia a los «miembros» de alguna de las cámaras legislativas. Pero el vicepresidente es miembro del Poder Ejecutivo. En otras palabras, no es legislador, tanto que no puede intervenir en los debates del Senado, que debe limitarse a conducir, y sólo tiene voto en caso de un empate, como ocurrió con Julio Cobos cuando votó en contra de la sanción con fuerza de ley de la polémica resolución 125, de retenciones agropecuarias.

Mientras tanto, la situación política de Boudou podría complicarse más. Tras el regreso de la actividad judicial, el juez federal Claudio Bonadio tendrá que definir si lo procesa por la inscripción irregular de la compra de un automóvil (ver aparte). Por otra vía, también avanza una causa en la que se lo investiga por enriquecimiento ilícito.

Lo concreto es que, más allá del respaldo que le sigue dando el Gobierno, los avatares judiciales del vicepresidente han complicado el funcionamiento del Senado. En los últimos dos meses, la Cámara alta apenas sesionó en dos oportunidades.

La última, el 10 de julio, la Casa Rosada debió obligarlo a ausentarse ante la amenaza de la oposición de hacer fracasar la sesión en la que se aprobó el proyecto que garantiza inmunidad a los depósitos de los bancos centrales extranjeros, medida que el Gobierno necesitaba como gesto de reciprocidad a las inversiones chinas en la construcción de dos represas en Santa Cruz.

En medio del impacto negativo que produce la situación de Boudou en el Senado, el legislador kirchnerista Bermejo admitió en Mendoza que el procesamiento genera «una situación incómoda», aunque luego intentó desdramatizar: «No soy nadie para exigir renuncias».

LA NACIÓN