Pensar y Sentir, en Dina Huapi
Hace ya tiempo somos testigos, no sin cierto pesar, de fuertes enfrentamientos entre sectores de nuestra Comunidad. En ellos se ven reflejadas, distintas necesidades de vida, distintas perspectivas desde donde se interpreta la realidad, distintos intereses individuales, sectoriales y sociales, y hasta diferentes estilos de vida, que dan cuenta a nuestro entender, de una fuerte fragmentación, tanto en relación a una Identidad como Comunidad (Quiénes somos), como a un Proyecto Común (Cómo queremos ser).
Esta fragmentación comenzó a quedar manifiesta en la primera votación por la Municipalización, donde en dos mitades, los dinahuapenses quedamos divididos, entre quienes querían que sigamos siendo una Zona Rural -sin el ingreso del aparato político-económico-, una Comarca hermanada junto a otras Comunidades o Parajes vecinos, en aquel simbólico e identitario “Abrazo del Limay”; y quienes querían que seamos una Ciudad, con sus límites políticos, económicos y socioculturales que también simbolizan aspectos de identidad.
Tal vez la imposibilidad de los tiempos y formato institucionales del Sistema, no nos permitió debatir, reflexionar, y procesar…Qué tipo de Comunidad queríamos ser.
Los enfrentamientos por el poder comenzaron a salir a la luz y hacerse mediáticos.
Poco a poco quienes habitamos, comenzamos a ver que aquel pequeño lugar en el mundo, donde muchos elegimos vivir…por su tranquilidad, por mantenerse menos invadido y depredado, por poder recrear las condiciones de vida fuera de la anomia y la alienación de las grandes urbes, en ese trato cotidiano y personal cuando nos reconocemos nombrados al ir a comprar el pan, o a pagar nuestras tasas o incluso al banco, y saludarnos como iguales…comenzó a ser ocupado como “arena político-económica” donde diversos sectores y grupos de poder, ven terreno fértil donde “desembarcar sus carabelas” y abonar la estepa con sus semillas de “la modernidad”. La paradoja es que algunos que hacen suyo el discurso de la modernidad…llegaron a estas tierras huyendo de algunas consecuencias de la misma modernidad. Pero no se trata de oponerse al cambio, al progreso, o al desarrollo, ni tan siquiera a la misma modernidad sino, de preguntarse desde la postmodernidad, de qué manera y qué tipo de modernidad queremos.
Enfrentamientos por Ambulancia, Salud, Seguridad, Agua, Cloacas, Calles transitables como prioridad; por encima de gastos superfluos y de estética importada, como cordón cuneta, Bulevar de la Mujer, Bici-senda o Parquización de la Costanera. Algunos entendiendo “ocupémonos de un buen vivir nosotros” y otros entendiendo “invertir en el desarrollo turístico que por el derrame económico nos traerá mejores condiciones”. Algunos con más resistencia al cambio, otros imponiendo cambios desde arriba y sin participación.
Enfrentamientos por las Tasas, aumentadas en porcentaje mayor para los que habitan y en otro menor para los comerciantes. Cartas documentos que van y vienen entre Cámara de Comercio y Concejo. Otorgamiento de espacios del Patrimonio Público que forman parte de nuestros Bienes Comunes, para uso exclusivo; como por ejemplo el predio de la Cancha de Rugby, y ahora de la Playa Pública para los que practican kitesurf y que pretenden, junto a algunos comerciantes y cabañeros (no todos), y a cierto sector del poder político de turno (no todos), ser quienes decidan (por todos) el perfil turístico de Capital Nacional del Kitesurf o Capital Nacional de los Deportes de Acción; frente a otros sectores de la Comunidad que eligen otros estilos de vida e incluso otro perfil turístico, acorde a las tendencias más actuales de demanda turística mundial, como el Ecoturismo o el Etnoturismo que anudan, la preservación de las condiciones naturales del ambiente junto a los modos de vida e identidad cultural de sus habitantes.
A nuestro humilde entender, todas estas disputas y fragmentaciones dan cuenta, con estilos e ideas distintas, del deseo y la necesidad (que nuestros dirigentes no parecen o no quieren escuchar) de que los dinahuapenses nos sentemos a dialogar, a reflexionar, a intercambiar y escucharnos, acerca de Quiénes somos y Cómo queremos ser.
Somos una Comunidad pequeña, creemos que tenemos en nuestras manos el futuro por hacer, contamos con experiencias y conocimientos cercanos, sabemos de los modelos de desarrollo economicistas, extractivistas, colonizadores y de acumulación por des-posesión.
La Comunidad es de todos y somos todos, no de unos pocos; no hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, no hay quienes nos “ilustran” y quienes tienen “debilidad intelectual”, quienes saben y quienes no saben; todos aportamos, desde diferentes lugares y formas, desde nuestras diversas humanidades, experiencias y subjetividad.
No deberíamos sacarnos los ojos entre nosotros, deslumbrados por los espejitos de colores que nos quieren vender. No debemos dejarnos llevar por la inmediatez…necesitamos encontrarnos, y delinear un Proyecto que nos represente a todos…y que luego los gobernantes ejecuten.
No es imposible abrir jornadas y espacios de opinión. Ya es tiempo de encontrar otras formas de organización, aprendamos de los “Encuentros Nacionales de Mujeres”, donde miles de ellas, de diferentes y hasta opuestos sectores sociales, económicos, políticos, culturales, y por encima de credos, edades e identidad sexual, nos han enseñado que hasta de a miles y en la diversidad, es posible encontrarse e intercambiar.
¿Por qué debemos aceptar que “La política es el arte de lo posible”…es ésto verdad?…o sólo encubre un intento de naturalización de la opresión?
Francisco E. López DNI 13.953.376, Jorge Vienni DNI 7.801.165, José Raúl Gámez DNI 8.430.152, Marisa Malvestiti DNI 16.287.931, Raúl Brouckaert DNI 10.144.086, Gabriela Angaut DNI 16.392.333, Vicente Fernández DNI 7.747.695, Silvia Urtubey DNI 13.695.980, Christine Helga Plautz DNI 92.008.439, Rafael Salazar DNI 4.316.692, Horacio Grodsinsky DNI 13.124.260, Laura Ruffini DNI 13.714.438, Nelson Freschi DNI 4.401.650 y otros.