Viedma es víctima de “la patria rentística” ● Roberto Vargas
La patria financiera y la patria contratista fueron dos conceptos acuñados en la reciente historia argentina como ejemplo de dos de los grandes males de aquejan a nuestros Estados: la especulación financiera y la corrupción en las contrataciones del Estado. Y Río Negro en su corta historia no ha estado exceptuada de ellos.
Pero en los últimos 10 años además se ha acrecentado el poder de estos males dando lugar a la aparición de una sofisticación de los mismos por medio de “la patria rentística”. Las recientes manifestaciones públicas de la Cámara de Comercio de Viedma, respecto del alto costo de los alquileres en la capital provincial, así lo demuestra.
El problema es que desde el propio Estado se ha facilitado los medios para que un selecto grupo de poder económico (la patria rentística) tome posesión dominante del mercado inmobiliario fijando precios exorbitantes de alquileres: total, don pueblo, vía la desidia del gobierno, paga!
En Viedma se construye mayoritariamente para el Estado. Se construyen edificios que sólo pueden ser alquilados por el Estado. Se construyen departamentos sólo para alquilarlos a funcionarios públicos que vienen del interior y exterior de nuestra provincia a ejercer sus funciones en la capital.
El crecimiento del Estado ha sido muy grande y acelerado también en los últimos años, motivo por el cual las viejas oficinas de la mayoría de los organismos ya no alcanzan para incluir a todos los trabajadores. ¿Qué se ha hecho entonces? El Estado ha salido a alquilar cuanto local comercial esté disponible en el “mercado”. Hoteles, restaurantes y antiguos comercios han sido reconvertidos en oficinas públicas y por ellos “arreglado” montos de alquiler imposibles de ser absorbidos por el mercado comercial local.
Preocupado por este problema es que hace un mes atrás retomé la promesa –otra de las tantas a las que nos tiene acostumbrado- del gobernador Weretilneck de construir un centro ministerial en Viedma (hecha en el aniversario de nuestra ciudad del año 2012) y, sabiendo que la respuesta de los mediocres de siempre sería el costo que tal obra demandaría, cursé nota a todos los ministros del gobierno para que me informen los montos de todos los contratos de alquiler que tienen en vigencia.
Sólo dos ministros me respondieron, el resto ni “mu” dijeron:
– El ministro de economía me informó que posee 4 inmuebles alquilados por un valor total de $ 73.900 pesos mensuales.
– El ministro de obras públicas me informó que posee 1 inmueble alquilado por un valor total de $ 17.000 mensuales.
Pero quienes somos y vivimos acá sabemos que esto no es ni la punta del iceberg de los alquileres. El ministerio de Desarrollo Social funciona en un edificio alquilado. El ministerio de Educación posee varios edificios alquilados. Igual que Seguridad y Justicia y Gobierno, por ejemplo. Millones de pesos mensuales que se van por la alcantarilla de los gastos corrientes en lugar de engrosar la cuenta de inversión de la provincia.
En este contexto, por supuesto que apoyo y acompaño el reclamo de la Cámara de Comercio local, pero más me preocupa que nuestro Estado siga vilmente alimentando la cuenta bancaria de la patria rentística e ignorando la importancia que para nuestra comunidad y provincia tendría el contar con propios edificios públicos donde funcionen todas las dependencias del Estado.
Esto no sólo alivianaría la carga del sector comercial, sino también jerarquizaría a nuestra ciudad en su rol de capital y generaría mucha actividad económica y empleo en el sector de la construcción.
Roberto Jorge Vargas
Legislador Bloque Eva Perón