Dudas y Certezas ● ADN
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La finalización del año está a la vuelta de la esquina y el debate en los partidos políticos sobre la resolución electoral del 2015 presenta más dudas que certezas.
Por el lado del gobierno -que tantas veces anunció su apoyo a Sergio Massa- se evalúa un error de apresuramiento ante el estancamiento que experimenta el ex intendente de Tigre en las encuestas de opinión, hoy convertidas en un oráculo imprescindible para ubicarse a la sombra de los candidatos preferidos por el electorado.
La vedette pareciera ser en el Jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri, que paradójicamente no cuenta aún con un candidato a gobernador en Rio Negro y muestra una exigua plantilla de dirigentes políticos con pasado en el PPR y la UCR.
Alberto Weretilneck imagina la creación de un partido provincial o una alianza de pequeños sellos partidarios y avanzar hacia el año próximo con el plus invalorable de administrar las finanzas del Estado rionegrino. No habrá problemas de recursos y aún no definió el cronograma electoral que podría llevar a los rionegrinos a un cargado calendario de asistencia a las urnas con elevados costos para las cuentas públicas y los partidos políticos.
El gobernador tiene que definir cuando convocará a las elecciones interna abiertas, simultáneas y obligatorias y luego a la general para la gobernación. Un dato que merece destacarse: nada se conoce sobre la reglamentación de la ley votada por la Legislatura. ¿Habrá PASO?
Por el lado del radicalismo competirán dos listas para elegir autoridades partidarias provinciales, de comités locales, convencionales y de la juventud. Confrontarán Horacio Massaccesi y Leonardo Ballester, que a decir de los propios protagonistas los diferencia principalmente su posición frente al gobierno de Weretilneck.
El primero muy allegado al gobernador acompañado por Daniel Sartor, media docena de legisladores que integran la denominada “Nueva Mayoría”, veranistas e intendentes W, donde se destacan José Luis Foulkes y Yamil Direne y el segundo, acompañado por saiztas y mendioristas, propicia conformar en Río Negro la alianza Unen, no acuerda sociedades con el gobierno y se autodefine de centro izquierda.
Massaccesi, que vuelve al radicalismo luego de haber creado su propio partido, aportó a la posibilidad de acompañar a Weretilneck, en declaraciones periodísticas donde no dejó dudas que la amplitud de criterios hacia el 2015 no tiene límites. De esta manera recordó su pasado asociado con el menemismo y su protagonismo en el Pacto de Olivos, junto con Raúl Alfonsín, abonando a la idea de que a partir de la alianza con Carlos Menem todo es posible.
Volviendo a las encuestas, estos relevamientos dan poca chance al radicalismo e incluso lo ubican en el orden del 10 por ciento del apoyo del votante. Hay drenaje de votos en el radicalismo y no hay unanimidad para optar por el camino del frente Unen en Río Negro. Además se observa que el voto antikirchnerista lo capta el macrismo compartido con el massismo.
Esta variedad de ofertas anti oficialistas divide el arco opositor y alienta al justicialismo a pensar en una performance ganadora hacia el 2015. Los encuestadores sostienen que aún falta tiempo y que nadie tiene una clara ventaja sobre sus adversarios.
Mauricio Macri y sus asesores saben que si bien aumentó su figura no es menos cierto que le cuesta encontrar un candidato a gobernador con una oferta electoral atractiva en Río Negro.
Trascendieron contactos con Julio Arriaga, dirigente cipoleño que al igual que Weretilneck transitó por distintos partidos y alianzas electorales, y tiene fluidos vínculos dentro de la política, incluso se conoce su gran amistad con Miguel Pichetto.
Existe un silencioso y agitado tiempo preelectoral en los principales actores políticos rionegrinos. Por el lado de la UCR y el PJ el debate interno se calienta, mientras que el partido del gobierno sólo piensa en sumar voluntades a la par que cerró esta semana el instrumento legal que brindará a las empresas constructoras contar con los recursos económicos y financieros que reclaman desde hace tiempo. Esto no significa más obras para los rionegrinos, sólo un acuerdo dinerario que beneficia a pocos.
El gobierno se siente seguro. Recibe aportes nacionales tanto en forma directa como indirecta a través de los programas que ejecutan los distintos ministerios, hay obra pública de Nación y principalmente la inflación ha sido una aliada de Weretilneck, ya que licuó salarios y hay promesa de mejoras mínimas en los sueldos, sólo sumas fijas. Aumenta la recaudación y el Estado cada vez paga menos.
Desvela al oficialismo la falta de inserción en el Alto Valle Centro, donde el apoyo a Martín Soria es excluyente a cualquier intento de disputarle su hegemonía, principalmente en General Roca, asimismo en Bariloche tampoco el gobernador tiene bien los números, con varios sectores adversos como la propia intendente María Martini y otras agrupaciones justicialistas y en Viedma aún no tiene candidato ya que los sondeos de opinión no favorecen a Matías Rulli, ilusionado con disputar la intendencia capitalina. ¿Habrá apoyo a Foulkes?
La estrategia de Weretilneck es intentar acercar a Silvina García Larraburu, enemistada con la jefa comunal y distanciada del senador Miguel Pichetto. De esta manera podría pensarse en una fórmula con acompañamiento andino.
Por el lado del justicialismo Miguel Pichetto confía en los números que arrojaron una encuesta de agosto y que sustenta además con el acompañamiento a Daniel Scioli. Este no pareciera ser el criterio de Martín Soria y María Martini, ambos con llegada directa a la Casa Rosada por los canales de Parrilli, De Vido y Zannini y por lo tanto la estrategia es no apresurar los tiempos y esperar.
El senador recorre la provincia convocando al justicialismo y no desprecia el aporte de dos intendentes de enclaves electorales importantes para ganar una elección. También pareciera ser que el justicialismo iría a las PASO con las candidaturas – por ahora – de Miguel Pichetto, Martín Doñate y Osvaldo Nemirovsci.
Un rol clave jugarán es este escenario los intendentes justicialistas que mantienen un entramado de poder territorial siempre definitorio al momento de abrir las urnas. Este poderío entusiasma al intendente de General Roca, quien espera definir ir por la reelección en su ciudad o pelear por la candidatura a la gobernación.
El gobierno siempre está atento a sacar provecho del río revuelto en tanto la oposición se debate en cuestiones domésticas, perdió la agudeza en las críticas y renunció a su rol principal dentro del sistema democrático, ante una administración sin gestión, trasgresora de las normas y un Estado ausente de políticas públicas que sólo recurre a los subsidios para atender las demandas sectoriales.
Alberto Weretilneck agradecido.