A propósito de la capitalidad: a confesión de partes … ● Pedro Casariego
Hace unos días, el todavía Fiscal de Estado de la Provincia Pablo Bergonzi confesaba críticamente en un reportaje de despedida en el diario Noticias de la Costa que el Frente para la Victoria cuando asumió la administración del gobierno a fines del 2011 tomó como metodología asustar a la gente. Esto en referencia al empleado público en general, pero en particular respecto de nuestra ciudad de Viedma.
Resulta meritorio que este funcionario ya renunciado, aunque tardíamente, reconozca el desastre que el Frente para la Victoria produjo en su arribo al gobierno respecto de la administración pública.
Vale la pena reproducir algunos conceptos de Bergonzi tales como … “Me parece que en esta gestión abordamos mal el inicio, porque asustamos a mucha gente y muchos empleados valiosos se recluyeron”. Luego dijo que “en general el funcionario que llega no conoce demasiado lo que tiene que hacer, se tiene que interiorizar y los que te pueden enseñar son los Agentes que trabajan hace muchísimos años en los organismos”.
“Falta capacitación, por que cuando alguien no sabe empieza a hacer las cosas mal, termina las cosas mal y hay que hacerlo de nuevo. Y esas son las demoras que yo veo”, … ”hay una buena burocracia técnica en Viedma que tiene que reaparecer”.
El axioma jurídico conocido como a confesión de parte, relevo de prueba, significa que quién confiesa algo libera a la contraparte de tener que probarlo y para este caso resulta plenamente aplicable.
Efectivamente, cuando el triunfador Frente para la Victoria se instaló en Viedma para gobernar a los rionegrinos de la mano del malogrado Carlos Soria no tenía ni programa ni propuesta, mas allá de maltratar, de perseguir, de amenazar, de acomodar parientes y amigos, de aumentarse los sueldos desproporcionadamente, de viaticar, de usar abusivamente autos y celulares. La administración resultó ser un botín de guerra para beneficio personal de quienes llegaron, todo en un ámbito de holgazanería e ignorancia absoluta.
Tiene razón Bergonzi, él lo sabe perfectamente bien ya que fue de los primeros que vino a ocupar un importante cargo y seguramente fue coautor de las políticas y normativas que se utilizaron en ese entonces contra los empleados públicos.
¿Queda todo esto en la memoria del pueblo de Viedma que casi en su totalidad depende de la administración pública? ¿Observa el viedmense el deterioro general que sufre nuestra ciudad desde que se aplicó esa política filo stalinista?
En el 2015 habrá elecciones para renovar todos los cargos provinciales y seguramente, como siempre, muchos tratarán de hacerse los distraídos respecto de su pertenencia al Frente para la Victoria poniendo todo tipo de escusas.
Para aquellos que le faltaron el respeto a la gente por ser autores, cómplices o encubridores, o simplemente se hicieron los distraídos debe haber un voto castigo, una lección ejemplar.
Deberá recordar la ciudadanía el discurso de aquella época, que tenía por finalidad desacreditar a Viedma en todo Río Negro con una finalidad que no pudo ser aclarada debido al hecho violento y trágico del primero de enero del 2012.
También sirva esta especie de confesión demorada para aceptar de una vez por todas que en la Provincia los pueblos y los ciudadanos de cada uno de ellos han logrado ser lo que son por sus antecedentes y su trabajo, que todos debemos respetar. Viedma es la ciudad capital de la provincia porque su historia la avala para ello, desde la época de los territorios nacionales. Esta condición privilegiada que detenta debe ser defendida y ratificada todos los días por quienes vivimos en ella.
Para aquellos que por temor apoyaron al Gobierno de Soria en esos momentos difíciles y que disimuladamente continúan entre nosotros, seguramente se presentarán como si nada hubiera pasado en las próximas elecciones.
La memoria es importante para todo y sobre todo para elegir sus representantes.
Pedro Casariego (PRO)