A tres años de la desaparición de Solano ● Vicaría de la Fraternidad
Como Vicaría de la Fraternidad del Obispado de Viedma, con motivo del tercer aniversario de la desaparición del joven obrero Daniel Solano en la ciudad de Choele Choel, nos sentimos interpelados y queremos compartir con sinceridad y humildad nuestra reflexión.
La pregunta bíblica de Dios a Caín ¿dónde está tu hermano? sigue presente frente a todos los hechos donde la vida humana es despreciada y/o aniquilada.
Una vida destruida delata a una o varias personas responsables. Hoy esta pregunta sigue presente frente a la ausencia de Daniel y espera una respuesta …. no puede quedar sin ella ¡y pronto!. Pregunta de Dios pero también de los que queremos que la vida de todos sea respetada y cuidada. El dejar sin respuesta esta pregunta, genera la sensación de que «algunas» vidas no valen, aumenta el dolor de quienes sufren esa ausencia y defrauda a quienes buscamos vivir en la paz que se construye en la verdad, la justica y la solidaridad.
Nuestra palabra ante todo quiere ser presencia, cercanía, apoyo y aliento para el papá y toda la familia de Daniel, para los profesionales que trabajan responsablemente en la búsqueda de la verdad y para tantos vecinos de Choele Choel que silenciosa y efectivamente acompañan esa búsqueda esperanzadora.
Pero nuestra palabra quiere a su vez incentivar en todos – cada uno desde su responsabilidad social- a que tomemos en serio y busquemos remediar tantas situaciones que muchas veces aceptamos pasivamente y con resignación. En la búsqueda de Daniel están emergiendo situaciones de injusticia, de irresponsabilidad, de transgresión de las leyes vigentes, de corrupción,….. y que muy bien se pueden tomar como las causas profundas de este hecho tan inaceptable. Urge buscar y actuar frente a estas situaciones de «pecado”. La no individuación de estas situaciones, el no llamarlas por su propio nombre y someterlas a lo que las leyes determinan, se vuelve irresponsabilidad, complicidad, falta de compromiso por el bien común y al mismo tiempo deja abiertas «las puertas» para que se multipliquen hechos de esta gravedad donde la vida del otro no es tenida en cuenta.
Exigimos a quienes corresponde: no ahorrar esfuerzo, tiempo y recursos económicos para que la VERDAD de la desaparición de Daniel Solano se manifieste. La mentira no es verdad, la media verdad no es verdad, solo la verdad fruto de una búsqueda sin presiones, «pactos y favores» es la que sirve, y es la que debemos alcanzar. A esa verdad es necesario sumar JUSTICIA que lleve a los responsables a tomar conciencia de la gravedad de lo hecho y a remediar para con la familia y a la sociedad ese gravísimo mal. Pero también invitamos a la RECONCILIACIÓN. La verdad y la justicia deben florecer en la reconciliación. Lejos de nosotros «ojo por ojo, y diente por diente», lejos de nosotros resentimientos, odios, venganzas,…. que generan nuevas situaciones iguales o peores a las que condenamos. Queremos aprender desde la reconciliación a construir una sociedad donde haya relaciones nuevas impregnadas de respeto, valoración mutua, equidad, igualdad de oportunidades.
Invocamos a Dios Padre para que nos comprometa en la construcción de una historia más humana.