Diskettes ● Claudia Beltramino
Tres años de gestión de FpV. La legislatura provincial está paralizada y una parlamentaria intima al titular del cuerpo para que sesione. Ser republicanos a fuerza de imposiciones judiciales. El poder judicial se divide entre los viajeros de sonrisa “turismo egresados” y el duelo a primera sangre entre la Procuradora y una vocal del STJ.
El Decreto de Necesidad y Urgencia que volvería a poner en marcha a la obra pública hace empalidecer al Ente Binacional Yaciretà, el famoso “monumento a la corrupción”.
El cierre del 2013 encontró al gobierno provincial haciendo cola para obtener un préstamo para pagar aguinaldos. El 2014 encontró al Gobernador anunciándonos que nos endeudaríamos, en dólares. Dos semanas después el gobierno nacional instrumentó una devaluación del 30%.
En el primer trimestre del año, Alberto Weretilneck pergeñó una serie de acciones cercanas a una estrategia de gobierno, seguramente atento a las demandas de la opinión pública. Anunció que achicaría mega sueldos y mega planta de funcionarios. Visto que poco habrán significado estas decisiones que no tenían otro objeto más que la espectacularidad, avanzó con la suspensión por seis meses de la obra pública que a diciembre sigue suspendida.
A mediados de año le dobló la apuesta al legislador Martìn Doñate y presentó un proyecto de ley para avanzar sobre las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Se aprobaron y nunca se reglamentaron hasta que fue claro que se había dejado pasar la oportunidad hasta que pasada la fecha de vencimiento, hubiera que descartarlas.
Entre la sesión legislativa y la caída se sucedieron innumerables reuniones con partidos políticos que se acercaron a conversar con el Ministro de Gobierno para aportar calidad a las P.A.S.O.
Partidos vecinales que habrán estallado de orgullo al obtener un reconocimiento semejante, hasta la UCR se sentaron con Luis Di Giàcomo para enriquecer a nuestra democracia.
Con P.A.S.O. o sin ellas, Weretilneck camina al próximo turno electoral con la convicción de que cuatro años no es nada y que le son imprescindibles otros cuatro años más para consolidar el proyecto de Provincia laboriosamente diseñado.
También ha de abrigar el convencimiento de que le hacen falta recursos y no hacemos referencia a los intelectuales porque estos, ya se ve, son los que abundan.
Primero fue la renovación de los contratos petroleros que por fin parece que de todos modos se consagrarán en poco tiempo más. Ninguna de las dos fracciones del FpV, ni la que abrazó la renovación sin la menor exigencia ni la que hizo fuertes críticas, está interesada en que se revise el mecanismo de DDJJ para que se abonen las regalías. No importa si las empresas declaran por menos de lo que extraen o si declaran extraer un producto de menor calidad, no importa si, el producto de una eventual engañifa, se comparte luego con la política. Las campañas cuestan caro.
Luego la readecuación de costos de la obra pública. Incomprensible. Sobre todo si se tiene en cuenta que todas las empresas a las que se les suspendieron los contratos, lejos de negociar una readecuación de precios retroactiva a enero de 2012, fruto de un decreto pobrísimo, con precios fijados por las propias empresas que corren el riesgo de terminar enjuiciadas o señaladas socialmente, bien pudieron contratar servicios de algún estudio jurídico y accionar contra el Estado que no respeto los contratos firmados.
La situación es más que curiosa porque si se tiene en cuenta que no son muchas las empresas constructoras rionegrinas, de las grandes a las más modestas, es decir que de reactivarse la Obra Pública, necesariamente deberán ser todas invitadas a participar de las licitaciones, llama la atención entonces, que no se haya optado por enjuiciar a la parte que no cumplió.
En cada rincón, siempre, el gobierno falla, olvida, se le rompe la balsa, el Prozome deja de producir, ni sus legisladores se ocupan de atender la problemática de la fruticultura, los docentes de Unter no aceptaron la oferta del gobierno, el verdadero ministro de seguridad, Sergio Berni apunta a Bariloche como uno de los centros neurálgicos de eventuales saqueos en las fiestas y en estos lares n siquiera se registra inquietud por el escenario.
Llegar al 2015, competir, ganar. Gobernar.
El caso de ministro de Gobierno, debiera ser un alerta rojo pero no preocupa a nadie. No preocupa a la oposición, menos va a preocupar al oficialismo.
El hombre que llegó para reemplazar a Hugo Lastra y que sellaba una nueva alianza con Martín Soria ya que había sido el Presidente del Deliberante roquense, un virtual vice intendente, Luis Di Giàcomo se inclinó por el gobernador en la lucha del FpV.
Al caso Limardo, el de las funcionarias truchas que cobraban por su Ministerio de Gobierno, deberá sumarle su afición al espionaje.
Desde el viaje que Di Giacomo hizo a Tel Aviv para capacitarse con empresas tecnológicas, hard y soft, vinculadas a la seguridad ciudadana hasta el acompañamiento de Miriam Daoub, su mujer y titular del área de sistema del Poder Judicial quien proporcionó información que excede las incumbencias de cargo y pueden habilitarnos a suponer que ese mismo talento pudo servirle para acceder a cualquiera de las computadoras de los jueces del sistema; pasando por la denuncia del Senador Pichetto, en sede del Juzgado Federal, en relación a eventuales actividades de inteligencia expresamente prohibidas por la Ley de Seguridad Interior, que apuntan a Ramiro Lucena, también de estrecho y casi familiar vínculo con Di Giàcomo, todo apunta al ejercicio consistente con socavar los principios de la República y las libertades individuales.
Es curioso el silencio que se cierne sobre este accionar. Ni el Inadi, ni la Defensorìa del Pueblo, ni la titular de la Comisión de Derechos Humanos Beatriz Contreras, ni los partidos políticos, ni los bloque opositores o semi opositores, nadie exige saber si se viola o no la Constitución.
El Gobierno no va a detener su ejercicio de nada en cada lugar siempre. Supone que esto le permitirá otros 4 años de nada con excelentes ingresos más beneficios.
La oposición, la mayoritaria, la que está en manos de la UCR que una vez que fue desplazado del poder, perdió su equilibrio e intimidados y sumidos en la confusión y finalmente, terminan colocados en medio, entre el poder real y los ciudadanos, funcionando como colchón que amortigua el reclamo.
Oficialismo y oposición se aprovechan del ciudadano perezoso, indiferente, abombado. Un ciudadano que a esta altura perdió su capacidad de asombro y ya ni siquiera muestra curiosidad.
Nada va a cambiar a menos que decidamos que las cosas deben cambiar.
Esta democracia de partidos políticos funciona del mismo modo que cuando los diarios llegaban con 24 horas de atraso, que cuando no había teléfonos celulares ni redes sociales. Esta democracia de partidos políticos funciona del mismo modo que cuando la efervescencia por la recuperación de la democracia colmaba los locales partidarios, esta democracia funciona igual que cuando la vida interna de los partidos estaba sujeta a elecciones internas.
Nosotros hemos cambiado, ni nuestros ojos ni nuestras miradas son iguales. A lo mejor está llegando la hora de ponerlo todo patas para arriba y atrevernos a revisar que cosas nos sirven y que cosas quedaron desactualizadas. Como los diskettes.
Claudia Beltramino