García Larraburu gestionó un subsidio para la reconstrucción de la Inmaculada

Bariloche.- En agosto de este año un incendio consumió la Parroquia de la Inmaculada Concepción de San Carlos de Bariloche. En ese momento la Senadora Silvina García Larraburu aseguró que toda la comunidad barilochense transformaría ese indescriptible dolor en fuerza para lograr su levantamiento.

Hoy, casi tres meses después, la legisladora nacional entregó a las autoridades de la primera iglesia de Bariloche un subsidio del Honorable Senado de la Nación de 20 mil pesos para avanzar en esta ansiada reconstrucción del patrimonio local.
«En su momento fue un dolor desgarrador, porque con el incendio se quemó parte de nuestra historia. Este granito de arena hoy genera entusiasmo porque es el puntapié para tramitar más aportes», explicó García Larraburu.

En el acto estuvieron presentes autoridades de la Inmaculada, el padre Jorge Pliauzer, Belén García Bertone -encargada de la comisión pro-templo- y la Senadora Silvina García Larraburu. El sacerdote resaltó: «Recibimos con profunda alegría el gesto de Silvina, que acompañó a la comunidad parroquial desde un inicio y se comprometió con su reconstrucción. Las obras que deben realizarse ya cuentan con autorización, y sólo resta sumar aportes para su consecución final, amén de los ya recibidos por el Santo Padre, la Senadora y la cobertura reconocida por el seguro».

«En estos momentos contamos con los fondos necesarios para completar la mitad de la obra, por ello convoco a toda la comunidad a seguir colaborando para reedificar la histórica capilla erigida en 1908 por el padre salesiano Zacarías Genghini», indicó el párroco.

Para concluir el acto, la dirigente rionegrina hizo hincapié en la necesidad de cuidar la cultura y los preciados patrimonios. Finalmente agregó: «Este doloroso suceso, convoca y une a todos los ciudadanos barilochenses con el objeto de restaurar nuestra querida parroquia. Creo firmemente que todo evento negativo nos brinda la oportunidad de rescatar valores como la solidaridad y la magnanimidad ciudadana».