Gracias Pesatti, no lo sabíamos… ● Agustín Mozzoni
Parece una ironía que hoy el gobierno rionegrino busque generar canales de diálogo para lograr acuerdos con China. No hace mucho tiempo que se tuvo la posibilidad de firmar el acuerdo más importante de la historia, y fue este mismo sector que hoy nos gobierna quien lo desestimó.
Me sorprendió la noticia del viaje del vicegobernador a China, no para visitar el país, sino para reunirse con empresas que quieren invertir en la Argentina.
Es que, estábamos en puerta de la inversión más grande de la provincia, y fue el mismo Frente para la Victoria quién la desperdicio.
El peronismo rionegrino se movió rápidamente en los momentos previos al convenio, acusando de infames traidores a quienes apoyaran ese proyecto y a los radicales de entregar soberanía a un país extranjero. Poniendo en duda las facultades del entonces gobernador de poder firmar el acuerdo, y posteriormente tirando a la basura lo logrado por el gobierno.
El proyecto en 2011 preveía una inversión de 1.500 millones de dólares en la provincia, financiando -con capital chino- obras de irrigación en 330 mil hectáreas privadas para poderlas someter a riego presurizado, con uso racional del agua y una conservación mayor del suelo. Las inversiones se realizaban en los últimos valles improductivos de clima templado sujeto a riego que existen en el mundo y que tenemos el privilegio de que estén ubicados en suelo rionegrino.
Luego, por acuerdo, China compraría lo producido en esas tierras por 20 años. El proyecto iba a generar alrededor de 100.000 puestos de trabajo, no solo para nuestra provincia ya que en Río Negro faltaría gente para cubrir la demanda laboral.
Los diarios nacionales y latinoamericanos entendieron esta negociación rionegrina como una oportunidad única que abría la posibilidad de replantear qué lugar podría ocupar la Argentina en la economía mundial.
Sin embargo, la nebulosa, la lógica de amigo-enemigo, y la forma de hacer-deshaciendo, que caracteriza al Frente para la Victoria provincial, hizo que los rionegrinos no tuviésemos esa oportunidad. Que no es, ni más ni menos la misma que hoy, el actual gobierno, pretende volver a lograr. Una total y absoluta ironía.
Claro que en aquel momento la muy consolidada, unida y hasta casi indivisible oposición del Frente para la Victoria en su habitual práctica de denunciar absolutamente todo, más mediática que judicialmente, encontró en el STJ a un Juez gustoso de colaborar para frenar la estrategia de desarrollo rionegrina.
Es que, en su lógica, si es que se le puede atribuir algo de lógica al FPV rionegrino después de esto, el acuerdo con China no era más que un “cuento chino”. Lo curioso, casi cuatro años después, es que el segundo hombre en importancia de éste gobierno haya descubierto ahora que China es la principal economía emergente del mundo, que tiene empresas estatales interesadas en invertir, que demanda lo que nosotros tenemos, que disponen de ingeniería financiera propia, y que hay una empresa China radicada en la provincia desde hace más de ocho años, entre otras “novedosas” aseveraciones.
En su regreso de China, donde se reunió con empresarios locales, el vicegobernador detallo que a los asiáticos “les interesa lo vinculado a la agricultura” y que “no solamente trabajan sus inversiones en el extranjero en relación directa, sino que también en la estructura que hace falta en otros países para que puedan desarrollar estos bienes que necesitan”… Gracias Pesatti, no lo sabíamos…
Pero para no entrar en su lógica, y en su forma de entender a la política como un instrumento para aumentar los ingresos personales y el poder de quien la practica, se puede presumir que el viaje del vicegobernador a China es un reconocimiento del error que cometieron cuatro años atrás. Y esto es por demás celebrable.
Pero lo cierto es, que sería complicado que en la historia de nuestra provincia se vuelva a conseguir algo parecido de lo que se había logrado en 2011. Y no por una mera visión pesimista respecto al futuro, sino porque las condiciones coyunturales de ese momento difícilmente vuelvan a darse, y los chinos no son los salvadores, por lo que si no les conviene algo, simplemente no invertirán.
Es casi imposible no pensar que hubiera sido de la provincia con tamaña inversión, y con semejante creación de fuentes laborales. Porque, quizás no hubiera hecho falta al actual gobierno aumentar tanto el número de funcionarios políticos, o también quizá nos hubieran invitado a la renegociación de la deuda, o hasta probablemente nos hubieran consultado por la ley de hidrocarburos.
Es contra fáctico pensarlo, pero no inútil. Porque, si bien hoy hay rionegrinos que no pasan necesidades, hay otros que no pueden asegurar el alimento de sus hijos, y es ahí, donde la insensatez política nos mueve hacia otro plano.
Porque como sociedad podremos aceptar la retórica discursiva, las chicanas políticas, las denuncias mediáticas, y hasta las penales que concluyen en nada. Pero la impericia de un gobierno nos tiene que importar, porque es esa, la que pega donde más duele.
Es que no es cuestión de ganar la lotería para tener éxitos., sino de saber administrar, de saber negociar, de saber gobernar.
Agustín Mozzoni.
Licenciado en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionale