Fruticultura: Diagnósticos enfrentados ● Jorge Ocampos
Lamentablemente una vez más los productores se ven sometidos a visiones y diagnósticos que complican y contaminan las políticas de ayuda y salvataje al sector, tras los desastres climáticos y la situación desfavorable de la actividad por el achatamiento cambiario y la situación de los mercados internacionales.
Respuestas distintas, exigencias desiguales, visiones diferentes y obviamente remiendos que no alcanzan y están lejos de contribuir a paliar lo que se coincide en describir como la peor crisis de la fruticultura regional en toda su historia.
Desde los requerimientos del gobierno nacional, – que dicen- desconocen la realidad de la actividad, jaqueada desde hace años y complican la presentación de la documentación para el sector a atender, que comprende desde 1 a 15 hectáreas, se explica la escasa afluencia de productores para reclamar lo acordado con Nación.
Según datos oficiosos del universo de productores de este sector, estimado en poco más de 1.500, hasta hoy se habrían presentado solo un 10 por ciento de esta cifra.
En cambio para los fruticultores de 15 a 30 hectáreas la afluencia habría sido de más de 250. Comprendiendo el requisito, la sola presentación del formulario 931 que contiene la declaración de personal contratado en los meses del de octubre, noviembre y diciembre del 2014.
Pero la renuencia que el sector observa de Nación para atender al sector por la emergencia se basa, afirman, en números muy opuestos con la realidad de la actividad. Así se señala la abismal diferencia de 70 a 80 centavos de costo de producción del kilo de fruta, con los 40 centavos estimados por técnicos de Nación. Similar contraste se enmarca en la mano de obra ocupada por la actividad estimada regionalmente en 70 mil trabajadores, al lado de los 20 mil que estiman los funcionarios de Nación y también los costos diarios salariales, de 375 pesos diarios en los cálculos locales con 200 pesos calculados por Nación.
No son pocos los productores que cuestionan el trabajo del grupo denominado Belgrano, integrados por funcionarios del gobierno nacional, que serían quienes operarían sobre estas diferencias que merman sustancialmente lo esperado por los productores y la actividad en su conjunto.
A las par de esta situación y la medidas calificadas como insuficientes, se agregan datos sobre los enormes daños provocados por la piedra, no ya el granizo, que en la zona de Huergo y Godoy han destrozado más de 2.000 hectáreas de plantaciones dejando a los productores afectados en indefensión absoluta para afrontar la abortada cosecha y las del próximo año. Imágenes que se han efectuado, son desoladoras dados los tremendos daños causados por el fenómeno.
Las discusiones son permanentes, los desacuerdos también. Se habla que productores que se hicieron presentes en SENASA para tramitar el auxilio eran filmados por cámaras ubicadas para tal fin.
Lo cierto es que poco se avanza en entendimientos y que las diferencias lejos de acercar posiciones se alejan y surgen quejas sobre responsabilidades como la efectuada por el ministro Carlos Casamiquela al gobernador y las que por ahora se pronuncian en voz baja desde la provincia.
Jorge Ocampos
Legislador CC ARI.