La muerte de Nisman, las escuchas y una comisión que no funciona ● Magdalena Odarda
La reciente y sospechosa muerte del fiscal Alberto Nisman, despierta grandes interrogantes no solo por el suicidio poco creíble, sino por las connotaciones que tienen sus denuncias respecto a la actitud del gobierno nacional en las investigaciones sobre el caso AMIA, lo que ha llevado a cuestionar el accionar de la SIDE todos estos años.
La motivación apresurada del Poder Ejecutivo para la creación de la AFI – Agencia Federal de Inteligencia-, intenta correr del eje el hecho gravísimo de la muerte del fiscal horas antes de revelar información importante para la causa. Por otro lado, los cambios y la reforma en el organismo de inteligencia, son una deuda que hace años se posterga.
A meses de las elecciones y ante el hecho de la grave muerte, el proyecto del ejecutivo parece tener el propósito de opacar las críticas generalizadas y dar una respuesta oportunista al reclamo por el funcionamiento del servicio de inteligencia.
Por si esto fuera poco, las declaraciones recientes de Juan Bautista “Tata” Yofre, ex secretario de la SIDE durante el gobierno de Menem, revelan la existencia de “escuchas” que involucran a la presidenta. Habría afirmado que «le gustaba leer las desgrabaciones y escuchar los cassettes», sugiriendo -palabras más, palabras menos-, “espionaje” de funcionarios y políticos por parte del Poder Ejecutivo a través del servicio de Inteligencia.
El Parlamento Nacional tiene una importante función regulando el accionar de los otros poderes del Estado. Según la Ley N° 25.520, la Secretaría de Inteligencia, dependiente de la Presidencia de la Nación, es el organismo superior del Sistema de Inteligencia Nacional y tiene entre varias funciones específicas la de “Elaborar el informe anual de actividades de inteligencia a los efectos de su presentación ante la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de lnteligencia del Congreso de la Nación. A tales efectos, los organismos del Sistema de Inteligencia Nacional le deberán brindar toda la información correspondiente.”, según dice textualmente el inc. 9) articulo 13 de esta ley.
La Secretaria de Inteligencia se encuentra bajo control de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia del Congreso de la Nación, pero lamentablemente esta comisión no ha funcionado como se debe en los últimos años y por lo tanto no se ha ejercido el poder de fiscalización que tiene para controlar su funcionamiento.
Por esta razón es que se hace imprescindible instruir al presidente del Senado para que esta comisión se reúna en forma urgente ejerciendo su poder contralor. Del mismo modo, es necesario que se convoque al recinto del Senado al actual Secretario de Inteligencia de la Nación, Oscar Parrilli, para que brinde explicaciones sobre el funcionamiento del organismo que preside, y en particular sobre el rol que tuvo en la causa AMIA. Estas son acciones que estamos reclamando a través del Senado.
Los mecanismos democráticos para transparentar el funcionamiento de los órganos del Estado y para controlar en forma independiente su correcto proceder, existen; solo se requiere su aplicación. En el contexto actual, ante la muerte del fiscal y la justicia que se hace esperar luego de 20 años, la fe del pueblo argentino en sus instituciones depende mucho de afianzar los controles para mejorar el Estado democrático. Como dijo el ex presidente Illia “Lo que nuestra democracia necesita es ser auténtica expresión de su verdadera esencia”.
Magdalena Odarda
Senadora CC ARI