Como siempre incorregibles ● Jorge Castañeda
Como se ha caracterizado en los últimos años los compañeros peronistas de Río Negro son incorregibles. Caen siempre en los mismos errores. Y por varios motivos:
1) Por no saber mantener la unidad partidaria viven dividiéndose y tildando de traidores a quienes desencantados con las actitudes soberbias y mezquinas de la cúpula enquistada en el poder partidario discrepan o eligen otras opciones más sanas.
2) Han atado al Partido Justicialista de Río Negro al carro de centralista de Buenos Aires desde donde se digitan candidatos y se dirimen entuertos. Poco les importa que el PJ rionegrino haya perdido su identidad soberana por sus caprichos y proyectos personalistas.
3) Las autoridades nacionales, tanto senadores como diputados, son meros levantamanos de las urgencias del poder nacional y levantan a ultranza esas divisas desmerecidas y fáciles sin representar como debería serlo a los intereses de la provincia que los ha elegido como sus representantes. Han sido menemistas, kirchneristas y siempre se amoldarán al patrón de turno sin que se les mueva un pelo. Como el camaleón: cambian de color según les convenga.
4) Permiten que funcionarios de la Nación ordenen lo que debe hacerse en Río Negro y muy ufanos los traen aún para dirimir sus agrias disputas de poder y sea el dedo de ellos quien digite a su propio antojo candidatos y boletas, al mejor estilo de la vieja política. Para estos buenos muchachos una buena foto con algún mandamás porteño tiene más valor que un retrato de familia.
5) Cuando se reúnen en sus congresos al decir de Mario Franco o “se ponen las sillas de cogotera” y vociferan despotricando contra sus adversarios políticos ajenos y propios, porque para su minúscula forma de ver las cosas y con el “peronómetro” en el bolsillo los únicos peronistas son ellos. Son más papistas que el Papa.
6) Como carecen del óleo de Samuel que decía Perón son patéticos cuando buscan la bendición del que que les parece que estará mejor ubicado para ganar las elecciones.
7) No tienen proyectos para el desarrollo de Río Negro o al menos nunca lo manifiestan públicamente. Cuando abren la boca es para desprestigiar a otro peronista – y piden a los gritos su expulsión, (ellos por supuesto que nunca, porque al decir de William Cooke “ensimismados en la adoración de su propia virtud” son un dechado de virtudes)-; para acordarse a casi cuatro años de ser gobierno de las gestiones radicales o para fustigar con latiguillos de Pero Grullo a quien los enjuicia.
8) Mientras otras agrupaciones políticas con proyectos nuevos y superadores (Por ejemplo Todos Somos Río Negro)son pluralistas, y respetuosos del que piensa distinto ellos insisten con la matraca cansada de la descalificación.
9) Se cansaron de regalar cargos en las listas electorales pergeñando alianzas donde después de regalarles un buen pastaje a los vivillos de siempre si te he visto no me acuerdo o mejor dicho pájaro que comió voló. Y jamás se hicieron la más mínima autocrítica. Claro su ellos no se equivocan nunca. El infierno son los otros.
10) Repiten hasta el cansancio que será la última vez que se presentan y por un solo mandato cuando todos saben que solo es de la boca para afuera. Si así fuera ya después de cuarenta años hubieran dejado el espacio para nuevos dirigentes y que no tengan portación de apellido.
11) El último de sus dislates es que el Congreso partidario digite los cargos municipales. Se ve que del afiliado de a píe les importa bien poco, o no les importó nunca.
En fin, como dice José Hernández por boca de su Martín Fierro si uno señala con dolor estas cosas “no es para mal de ninguno/ sino para el bien de todos”.
Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta