Más calor, más lluvias, menos glaciares
Buenos Aires (Página 12-María Fernanda Rezzano).- La publicación del diario porteño refiere a la primera investigacion sobre el cambio climatico en los ultimos cincuenta años en Argentina. El cambio ambiental es una realidad registrada a lo largo de los últimos cincuenta años, señaló el primer informe sobre la materia. Algunas tendencias podrían revertirse si cambia el nivel de emisiones. Los resultados se verían en cuarenta años.
En el último medio siglo, en la mayor parte de Argentina la temperatura promedio aumentó medio grado, un número de todos modos menor que el global. Además, las precipitaciones tienden a aumentar. Así lo determinó la primera investigación científica sobre los últimos cincuenta años en materia de cambio ambiental, que fue presentada ayer en la Casa de Gobierno. El estudio revela que el incremento de la temperatura media en ese período fue más alto en la Patagonia, en algunas de cuyas zonas llega a superar un grado.
El informe evalúa las tendencias del clima del pasado reciente (desde la segunda mitad del siglo XX) y una proyección del clima futuro de la Argentina. Según la investigación, “el fenómeno registrado se basa en la generalizada retirada de los glaciares existentes en la Patagonia.
Mientras que en la mayor parte de la Argentina no patagónica hubo un aumento de temperatura de hasta medio grado. Este aumento fue menor al promedio global”, algo que podría atribuirse a “las condiciones predominantemente oceánicas del Hemisferio Sur”.
La presentación de la investigación Modelos Climáticos, elaborada por expertos del CIMA (Centro de Investigación del Mar y de la Atmósfera), fue acompañada por el titular de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Lorusso, y el subsecretario de Promoción y Desarrollo Sustentable, Juan Pablo Vismara. “A este tipo de investigaciones las veo como un acto de heroísmo, porque es desde estos trabajos de base que se puede apuntar a prevenir el cambio climático”, señaló Lorusso. Son trabajos, añadió, que permiten “preparar al área agrícola, industrial, aportar a la planificación urbana y pensar políticas públicas que tengan en cuenta el cambio climático como variable”.
La doctora en Ciencias de la Atmósfera Carolina Vera explicó que “CIMA toma esta tarea como una decisión política: no es casualidad que al trabajo se sumen el Conicet y las universidades públicas”. “La investigación tiene dos objetivos. Evaluar el estado del clima reciente y futuro, por un lado, y proveer datos que permitan estudiar el impacto en los distintos estratos sociales”, agregó, al tiempo que detalló que “demandó el trabajo de 12 consultores con 5 colaboradores, que evaluaron 10 mil ubicaciones geográficas distintas”.
Para elaborar el informe, además “se consideraron dos escenarios: uno con emisiones moderadas para 2015-2039 y otro con emisiones fuertes considerando los mismos períodos”. Vera advirtió que “la temperatura media no depende mucho de la emisión inmediata, pero en un futuro lejano sí se hace notable el aumento” y que “los extremos de altas temperaturas y precipitaciones aumentaron y seguirán con esta tendencia en un largo plazo si no se modifican las emisiones”.
Los aumentos de temperatura “no sólo se deben al calentamiento global, sino también a procesos internos del sistema climático como son los cambios en la circulación atmosférica que pueden exacerbar o morigerar regionalmente el impacto de tal calentamiento global”, señaló el informe.
“En el centro del país hubo menor aumento de temperatura, incluso con disminución en algunas zonas”, indica la investigación, y puntualiza que “la temperatura mínima tuvo mayores aumentos que la temperatura máxima, la que incluso tuvo disminuciones generalizadas en el centro del país”. En tanto, la precipitación diaria máxima del año ha aumentado en casi todo el país, aunque sólo en pocas zonas en forma significativa.
A su turno, Vicente Barrios, del CIMA, expresó que “cada región del país presenta situaciones distintas en sus variantes climáticas”. En la región húmeda se presentan “olas de calor y temperaturas extremas”. En la región centro se registran “prolongación de período seco y mayores olas de calor con precipitaciones extremas más intensas”. La región de los Andes registra “grandes aumentos de temperatura con una disminución de precipitaciones en invierno y primavera”. Por último, la Patagonia “aumentó un grado en su temperatura y presenta tendencia a la aridez”.
Barrios expresó que, de todas formas, “la diferencia positiva o negativa del cambio climático ligada a las emisiones se percibirá recién de aquí a cuarenta años”. “Es un grave problema, porque al no crear una urgencia, la sociedad podría sostener su indiferencia frente al cambio climático”, reflexionó. El subsecretario Vismara subrayó que las proyecciones “demuestran que hay una tendencia hacia los eventos meteorológicos extremos, como lluvias extremas con muchos milímetros en poco tiempo, u olas de calor muy fuerte. En algunas regiones hasta hay cambios en la frontera climática”.
Las conclusiones del informe indican que “los efectos del cambio climático –el calentamiento global de la atmósfera y la falta de ozono– se van acelerando permanentemente, al igual que sus efectos no deseados”, señaló el secretario Lorusso.
El documento servirá para elaborar la posición argentina ante la Cumbre del Clima, que se llevará a cabo en diciembre en Francia, con el propósito de alcanzar un acuerdo superador al Protocolo de Kioto, firmado en 1997 en Japón por los países industrializados. “Este estudio tiende a racionalizar la información que hemos podido procesar y decir en cada período qué clima vamos a tener. El cambio climático se trabaja con dos ejes centrales: adaptación y mitigación. Somos conscientes de que mitigar, sobre todo en aquellos países que son grandes emisores, va a ser muy difícil, pese a que prometen que van a mitigar un montón”, señaló el secretario.